Capítulo 5

1.2K 75 0
                                    

Adam:

Jamás me atrevería a admitirlo en voz alta, pero la verdad es que en cierto modo me daba miedo mi futuro marido, sus ojos fríos y oscuros como la noche, su rostro sin rastro de emoción alguna, todo eso de él me aterrorizaba, yo no quería estar con alguien así..., ni quería, no podía.

— ¿Firmamos?— preguntó el que se convertiría en mi suegro.

— Por supuesto— afirmó mi padre sin tenernos en cuenta ni a mi hermano ni a mi.

Ambos progenitores firmaron aquel papel sin dejar que los verdaderos afectados de este chanchullo viéramos en que condiciones se nos había atado de por vida a unos completos desconocidos.

— Pues ya estaría— dijo mi actual suegro— le mandaré una copia a más tardar dentro de tres días.

— Perfecto— respondió mi padre con una sonrisa.

Esto de perfecto no tenía nada, absolutamente nada.

— ¿Les parece si vamos a tomarnos algo con los demás invitados?— sugirió mi suegro.

Sin decir nada los tres salieron por la puerta seguidos de mi actual marido, así que supuse que yo también debía ir, pero nada más lejos de la realidad.

En cuanto Bruno se dió cuenta de que iba tras él se paró y se giró.

— Parece ser que si no te lo digo no vas a darte cuenta— dijo mirándome directamente a los ojos— nuestro matrimonio ha sido por conveniencia— de eso ya era consciente— así que como comprenderás lo único que tú y yo vamos a compartir va a ser un piso— explicó con rudeza— así que no te confundas, porque en ningún momento he aceptado compartir mi tiempo o mi vida contigo— dijo mirándome con desprecio— así que desaparece ahoramismo de mi vista y ve a por tus cosas, en cuanto la fiesta acabe nos vamos— ordenó con tono severo.

— Entendido— obedecí cabizbajo.

Caminé con gran pesar hacia la entrada dejando a mi marido a mis espaldas y salí por el gran portón para ir a recoger mi maleta al coche en el cual habíamos venido hoy.

Una vez llegué al maletero y traté de sacarla no pude, era muy pesada y yo apenas tenía fuerzas.

— ¿Te ayudo?— cuando oí una voz me giré y detrás de mi vi a un alfa rubio de ojos verdes y gran estatura.

— Por favor— dije con una sonrisa amable, la cual reflejaba mi cansancio tras haber intentado sacarla yo solo.

— Claro— dijo antes de sacar como si nada la gran y pesada maleta del maletero.

— Muchas gracias señor...— ahora que lo pensaba tan siquiera sabía su nombre.

— O'Conner— dijo con una sonrisa amable completando así mi frase— Maxwell O'Conner— ahora ya sabía su nombre— ¿Te ayudo a llevarla?— preguntó señalando la pesada maleta.

— Si me hace el favor— dije con timidez— por cierto— comencé a decir mientras caminaba al lado de aquél alfa— yo soy Adam, Adam Salander— cuando acabé de presentarme el alfa a mi lado simplemente se limitó a mirarme y sonreír.

— Un gusto conocerte Adam— en cuanto dijo eso sonreí con gratitud.

— Lo mismo digo Maxwell— respondí sonriente.

— Mis amigos me llaman Max— aclaró con una sonrisa— así que tranquilo, simplemente llámame Max.

— De acuerdo— respondí pletórico, era el primer amigo que hacia fuera de la mansión en la que antes vivía.

MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora