DECIMO CAPITULO

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Afueras de Steinfurt, capital de la región sur de Wolkenburg, semanas antes.

Varios semi-humanos se reunían en una tienda de campaña de grandes dimensiones. Por la noche, el viento soplaba fuertemente, haciendo crujir la lona de la tienda, pero esta parecía resistir con firmeza.

Entre ellos, destacaban un guepardo semi-humano, este tenia una nariz semejante a la del animal y vestía una camiseta abierta con los colores similares al color de su pelo, pero con un estampado propio del animal, un pantalón corto de color negro, su cabello rubio terminado con un tono negro que le tapaba la frente, pero no sus orejas de guepardo; un cerdo con ojos inquietos, vestido con un chaleco sin mangas de color marrón, este sujetaba una maza; un camaleón con la piel cambiando de colores según su entorno a modo de entretenimiento, vestía con ropa de piel de cocodrilo, un abrigo que le llegaba hasta los pies, pantalones largos y una camiseta blanca; y dos humanos, uno de los cuales era Giftkrieger, vestido de blanco. Además, un ratón estaba escondido detrás, visiblemente asustado ante la tensión en el aire. Dentro de la tienda, las sombras danzaban en la luz de las velas, destacando dos figuras: Lykania y Verena, ambas con caras serias de poker.

"Estamos en problemas", pronunció Lykania con una voz imponente que emanaba autoridad. "Los semi-humanos comunes, perros y gatos, están cada vez más débiles. Por eso os he convocado aquí."

La luz de las velas iluminaba los rostros preocupados de los presentes, mientras la tienda crujía en armonía con el viento nocturno. El ratón se mantenía en silencio, temblando en su escondite.


"Te daré mi palabra, Verena", pronunció la loba.

Verena se aclaró la voz antes de hablar. "Veréis, nuestro presupuesto cada vez es peor y necesitamos resultados. Empezaremos tomando el sur, pero también atrayendo la atención en el norte, cerca de la Capital. Dado que, siendo como son, priorizarán la capital del país, aprovecharemos esa distracción para que los más fuertes tomen el sur junto con la Comandante Lykania. Yo me ocuparé del norte. Lykania y yo hemos estado preparando todo esto. Ella os asignará las misiones."

Concluida su explicación, Verena regresó a su lugar al lado de la loba, y esta última colocó un mapa sobre la mesa. El silencio tenso se apoderó de la tienda, mientras todos los presentes dirigían su atención al mapa que mostraba los planes estratégicos para el futuro.


"Primero quiero expresar mi agradecimiento", decía Lykania. "Vosotros, provenientes de las mafias de semi-humanos, y teniendo grupos que os siguen, gracias por uniros a nosotros por esta causa. Aunque me sorprende que un humano se una; supongo que tendrás tus propios intereses."

Giftkrieger tomó la palabra, a pesar de los intentos de la cierva por callarlo. La loba, por su parte, respetó su intervención, levantando la mano para indicar a Verena que se calmara. "Solo quiero encontrar a Leopold; es mi única recompensa."

"No me importa si nos ayudas con la distracción, de cualquier manera, irás con Verena. ¿Tienes gente a tu cargo? He oído que vas solo, lo cual es valiente por tu parte, chico."

"Ya hay gente en la Capitale esperando mis ordenes." Decía el hombre con una sonrisa en su rostro.

Lykania compartía la misma sonrisa. "¿Eh? Veo que ya estás preparado."

El guepardo empezó a reír. "Perdona, comandante, pero me sorprende. ¿No conoces a Giftkrieger? De Teunicia."

Lykania dejó ver una sonrisa de nuevo. "Claro, simplemente os trato como a mis subordinados. No hace falta que os llame por vuestros nombres. Raoul Falkenauge, creo recordar que tú controlas el distrito rojo. Quiero dejarte una zona para ti: Rosenfeld, la frontera hacia el norte del país. Resulta que esa pequeña ciudad tiene un subsuelo que puedes aprovechar como desees en tus negocios. Tomarás esa zona. En cuanto al ratoncito escondido aquí..."

Dark VirtueWhere stories live. Discover now