TERCER CAPITULO

16 2 6
                                    


El hombre que estaba allí se irguió sonriente y un tono de voz siniestro con la frase. "Te encontré, elfa. Hoy la cena será elegante." Terminaba soltando dos carcajadas fuertes, una seguida de otra mirando con sed de sangre a la pelirroja quien con un collar hecho pulsera alzando su brazo hacia el frente poniéndose en guardia y tragando saliva sintiendo la feroz mirada con la que el semi-humano la observaba, además este se relamía mirándola de arriba abajo. 


Con una mueca en la cara, la elfa hizo una señal para que se bajaran del carro. "Si no nos bajamos del carro ahora mismo, será una trampa para conejos. Yo os cubriré."

El león se precipitó a atacar rápidamente con la misma sonrisa en la cara, pero no contaba con las habilidades de Elythia, quien rápidamente, sin decir una sola palabra, hizo aparecer delante de ella un escudo de madera más fuerte que los demás tipos de este material, como si fuera madera de Roble Toro, resistiendo el golpe. Mientras Leopold, Jasmine y el padre de esta bajaban del carro, la niña con ayuda.


Una de las uñas de aquel imponente semi-humano se quebró mientras el dedo le sangraba.

"Me gusta cuando las presas se resisten, es tan... excitante", decía el semi-humano con una mirada sádica y una sonrisa característica, mientras lamía la sangre de la herida en su mano.

La elfa lo miraba asqueada, pero con algo de miedo. "El escudo no podrá resistir otro golpe más de ese nivel", dijo, observando las grietas creadas por el impacto en el objeto.

La chica bajó de un salto del carro, aún cubriéndose con el escudo y lo tiró al suelo más tarde.


Leopold se encontraba en una encrucijada, sopesando las posibles consecuencias de sus acciones. Mientras reflexionaba, el semi-humano continuaba con sus amenazas y movimientos intimidatorios. La elfa, aunque hábil, estaba en una situación peligrosa, ya que no podía atacar directamente debido a la fuerza de su adversario.

La niña y su padre se mantenían a salvo por el momento, pero Leopold sentía la urgencia de hacer algo para cambiar el rumbo del enfrentamiento. La duda y la presión del momento se reflejaban en sus ojos. 


Mientras Leopold evaluaba sus opciones, se encontraba en una encrucijada. "Esto podría convertirse en una situación de doble filo. Si ataco, Elythia podría distraerse, pero, al mismo tiempo, si no la ayudo, podría morir aquí. Además, si dejo solos a estos dos, indefensos contra ese bicho raro, podrían ser atacados, como le pasó al caballo". Imaginaba los posibles escenarios, intentando encontrar la mejor manera de actuar. 

"Si podemos huir, sería la mejor opción. Sin tener que matarlo", seguía pensando el chico.

Pero, al ver la situación y notar que la elfa parecía estar más lejos, intentó ir a ayudarla dando un paso al frente.

Elythia parecía llevar la situación, trazando un patrón circular mientras pronunciaba palabras inentendibles de un idioma antiguo. "O! Mater Arbor, da fructus tuos, da mihi succum tuum, da potentiam tuam, et nos adiuva nos qui ex tuis radicibus vivunt" (¡Oh, Madre Árbol, dame tu fruto, dame tu jugo, dame tu poder y ayúdanos a los que vivimos de tus raíces).

El león la seguía, siguiendo el plan de la mujer, quien pensaba: "Si lo ato con raíces, romperá las cuerdas, pero creo que este plan es mucho mejor. Lo dejará acorralado".

Entonces, Leopold intentó acercarse, pero la elfa se dio cuenta y le hizo una señal para que se quedara parado cubriendo al padre y a su hija, aunque este no hizo caso y se acercó igual.

"No dejaré que hagas todo sola, 'veleta'", gritaba Leopold.

Elythia, manteniendo su concentración en tres cosas distintas, enfurecida gritó, "'¡Quédate ahí si no quieres morir!'"

Dark VirtueWhere stories live. Discover now