EL REGRESO

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El verano había acabado, mañana regresaría a Atlanta y todavía no sabía cómo enfrentaría todo el asunto que había estado evitando, sin importar las horas que pase en aquella cafetería el jamás llegó.

Estos meses habían sido difíciles, no he sabido nada de nadie y la larga era mejor así.

Aunque me entere que Ian y Santiago habían resuelto sus diferencias, aún tenía un poco de frustración en la conciencia.

Observo aquellas avenidas de la azotea.

—¿Qué haces aquí? Te enfriaras y te sentirás mal —escucho una voz a mi espalda.

—Sería una buena excusa para no regresar —digo.

—¿qué te tiene tan frustrada?, digo en todo el verano no has querido tocar el tema —cuestiono sentándose a mi lado.

—Es muy largo de explicar, te aburrirás —respondí.

—Tengo tiempo —exclamo buscando mi mirada.

—¿Recuerdas a Santiago? —Interrogó

—El tipo alto, ¿guapo sangrón por el que has estado sufriendo todos estos años? —responde.

—Si ese mismo, bueno resulta que al regresar conocí a su amigo Ian, con el tiempo nos hicimos novios, pero antes pasaba algo entre los tres, es decir dormí con ambos, pero no era nada serio, hasta que me dieron un ultimátum, escogí a Ian porque me quería y yo a él, también porque él me ofrecía algo estable y seguro, pero solo duró poco mes, Santiago y yo pusimos distancia, pero no funcionó termine acostándome con él, su novia lo supo y nos encaró frente a todos. —Explico.

—Mierda —responde —parece una serie de Netflix —dice riendo.

—Lo sé, no sé cómo termine metida en esto, el punto es que nuevamente tenía un ultimátum, aunque esta vez, yo fui quien quiso, pensé mucho, al principio había decidió dejar a ambos de lado, pero deje una carta sin embargo a quien escogí no llego, no he hablado con nadie, estoy asustada no quiero sentirme como una niña de nuevo tan pequeña y asustada. ¿Entiendes cómo? —digo.

El asiente y me ve con pena.

—Oye, no puedes pesar así, Maddie —dijo —desde que nos conocemos sé que eres una mujer fuerte, feroz, inteligente capaz de comerse el mundo entero. —Dice tratando de consolarme

—No lo sé Nico, desde hace mucho me siento perdida, trate de tener una vida normal después de todo lo del instituto, la universidad fue buena, pero debía regresar a casa y solo cause estragos —digo.

—Maddie no necesitas a nadie a tu lado, mucho menos a un hombre, mira al espejo las veces necesarias eres hermosa y quien tenga el placer de tenerte en su vida es afortunado, eres una mujer exitosa, hermosa el combo perfecto, no puedes seguir menospreciándote, la culpa de todo esto es de Santiago sí, pero de tu amor hacia el también —exclama. — respecto a Ian no lo conozco bien, pero si él te causaba dudas Maddie allí no es, nadie merece que su pareja le cause dudas. —trata de hacerme entender.

—¿Qué debería hacer Nico? Tengo 24 años y sigo equivocándome —digo afligida

—Dejar de preocuparte por los demás, deja de querer que las personas te quieren, te acepten, que importan si lo hacen o no, cuando eras una niña de 14 a 16 años eras una marginada a quien hacían a un lado, ¿porque ahora debería importarte? enfócate en ti, trata de crecer sola como lo has hecho siempre, no has necesitado de nadie antes cuando eras una niña a la que había que cuidar menos ahora que eres una mujer inteligente e independiente —responde, sus palabras era como un latigazos, dolía porque tenía razón .

JUEGOS DE SEDUCCIÓN (+18)Where stories live. Discover now