Tuya y mío #4 (completa)

Capítulo 60: La persecución, Parte I

A menos, que esta fuera una trampa.

Hasta ahora me ponía a pensar en esa posibilidad.

«Genial Nube, tú misma te metiste a la boca del lobo».

Mi madre tomó la perilla, pero antes de girarla, John le tomó la mano deteniéndola, le indicó que se echara a un lado sacando su arma de la funda, así que mi madre le obedeció, creo que tras actuar impulsivamente, ahora nos dábamos cuenta de la gravedad de esto; y de lo peligroso que podía ser.

Seguidamente él giró la perilla y abrió la puerta con rapidez apuntando con el arma al frente con su mirada de águila recorriendo todo alrededor, cuando de repente lo vimos.

Ahí estaba, frente a nosotros, el mismísimo Taylor en medio de la humilde y sencilla sala, vivo.

No era una alucinación ni alguien parecido, era él en carne y hueso.

Apenas nos vio con el arma alzó las manos al aire y se lanzó de rodillas al suelo de porcelana en señal de rendición empezando a llorar.

—Déjenme en paz, por favor.

La voz de Taylor sonaba como un ruego, las lágrimas corrían por sus mejillas con fluidez hasta empapar su camisa negra, al mismo tiempo que su rostro se volvía rojo y su boca se abría soltando ligeros sollozos.

—Taylor —dije entrando a la casa—, soy Nube.

Me acerqué a él a una distancia prudente, para ver si lograba encontrarme en sus ojos, pero su mirada era vaga, como si no lograra reconocerme, su ceño se frunció pasando los ojos por mi rostro.

—¿Nube? —susurró con voz entrecortada, volvió a bajar la cabeza— No me hagan nada, por favor.

Voltee John bajó el arma aún algo confundido y empezó a revisar los alrededores del lugar para comprobar que fuera seguro, la casa no era tan grande, se notaba que vivía él solo aquí.

Tragué pesadamente saliva, entonces no había muerto, entonces siempre estuve en lo cierto.

—Taylor —lo llamé arrodillándome frente a él en el frio suelo—, ¿no me reconoces?

Él alzó la cabeza fijando su mirada en la mía y negó con la cabeza, parecía sincero, parecía al borde del llanto otra vez, como si estar con personas desconocidas lo asustara. Esto podía significar dos cosas, que se dio un fuerte golpe en la cabeza o que Hades me borró de su memoria...

¿Pero entonces si no me reconocía, por qué iba detrás de mí como si me espiara?

—Soy... la prometida de Hades —le expliqué a ver si la mención de Hades lograba crear algo en él—, Nube Queen.

Sus cejas se alzaron un poco y esta vez me miró de manera más profunda, como si tuviera algunos vagos recuerdos venir e irse de su cabeza.

—Nube —repitió.

—Taylor, ¿Qué hacías siguiéndome? —pregunté, él negó con la cabeza como si quisiera negar mi pregunta, así que agregué:— Te vi, me has seguido.

—No es cierto —replicó en un susurro, pero sus ojos decían lo contrario, mostraba que mentía, lo podía ver claramente por como me desviaba la mirada.

—No me mientas —susurré—, ¿por qué me buscabas?

—Es que hay algo en ti que se me hace familiar —respondió—, pero no sé quién eres, no sé muchas cosas...

Su voz se perdió al mismo tiempo que se tiró en el suelo y se tapó los oídos empezando a llorar como un niño al que lo arrinconan contra la pared.

Me levanté del suelo con ayuda de mi mamá mientras Taylor lloraba en el suelo sin consuelo.

—¿Pero qué le ha pasado a este pobre chico? —murmuró mi madre.

—No lo sé —respondí con sinceridad.

De repente afuera de la casa se escucharon como derraparon frenando en seco unos autos, voltee justo para reconocer esas camionetas negras blindadas, se bajaron muchos agentes de seguridad y entre ellos estaba Hades, su rostro tenso, lo vi acercarse con ese traje ejecutivo que le daba un toque elegante y poderoso, cuando entró a la casa, lo primero que hizo fue mirarme, luego a Taylor y seguidamente a mi madre.

Joder...

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Hoy tres capítulos, pero recuerda votar :D