Pansy. «Irradias muchísima magia»

48 5 0
                                    

Las Navidades habían pasado demasiado lento. Había estado carteándome con Blaise desde año nuevo y había estado fantaseando una y otra vez con los labios de cierto pelirrojo. Con sus labios, con su cuerpo...

Había estado impaciente por volver a encontrarnos. Y también había estado impaciente por saber qué ocurría con Crabbe. Estaba deseando verlo y pedirle explicaciones. Cuando lo viese, iba a...

Oscilaba entre el calor de la pasión y de la ira con demasiada facilidad para el frío de invierno.

En casa, tampoco había sido sencillo. Mis padres discutían acerca de qué hacer respecto a los Malfoy. Yo permanecía al margen. No me importaba cuál sería su decisión. Yo tenía clara la mía.

Pero por fin estábamos en Hogwarts. Nunca pensé que Hogwarts se sintiese como mi lugar seguro, pero, extrañamente, así era.

Blaise y yo estábamos esperando a Draco en la sala común. Había prometido a Blaise que no lo dejaría sole y él estaba dispueste a venir con nosotros a las comidas del Gran Comedor. El resto del tiempo, le haría compañía en la sala común.

Entonces, pasó Crabbe. Ni siquiera pudo sostenernos la mirada. En cuanto nos vio, miró hacia el suelo y corrió hacia la salida. Yo me levanté para decirle algo, pero Blaise me sujetó con una mano. Cuando lo miré, el tan solo negó con la cabeza y señaló hacia otro lado de la sala.

Y vimos a Greg. Tenía los ojos rojos. Parecía haber estado llorando. Carraspeó y, con un hilo de voz, dijo:

—¿Quieren ir a desayunar conmigo al Gran Comedor?

Parte de mi corazón se rompió cuando vi al tierno y alegre Gregory en ese estado.

—Por supuesto, cielo —respondí, ofreciéndole mi mejor sonrisa y una mano.

Él se esforzó por sonreírme. Y la misma parte de mi corazón que se había roto, se retorció un poco más al entender las connotaciones de aquello. Gregory nos había elegido. Y eso lo había destrozado. No dije nada más. Tan solo comencé a caminar hacia el Gran Comedor. Ya nos seguiría Draco.

En la mesa de Gryffindor, estaban los leones de siempre. Y también Lunática Lovegood junto a la que ahora sabía que era su novia. Sin embargo, había una diferencia principal. Weasley no tenía esa cara de culo que lo había caracterizado tanto. De hecho, platicaba con Granger y Potter distendidamente. 

También era atractivo de esa manera. Con las mangas remangadas, una sonrisa sarcástica y rodando los ojos. Con una risa de vez en cuando y un tono de voz relajado.

—¿Preparado, Greg? —le dije a mi amigo, para obligarme a salir de mis pensamientos.

Él asintió con la cabeza, pero no parecía muy convencido. Yo le sonreí ampliamente y me senté al lado de Potter esta vez. Ron estaba justo delante de mí y Granger estaba a su lado. Ninguno parecía sorprendido de verme. Zabini se sentó a mi lado y Goyle junto a él. Ambos bastante más tímidos que yo.

—Buenos días —saludé, con energía—. ¡Feliz año! Aunque ya los vi pasándoselo en grande en la fiesta. ¿Qué les pareció?

Weasley dirigió su mirada hacia mí, aún con su actitud relajada. Cuando me miró, vi cómo se tensaba ligeramente antes de volver a calmarse. Sutilmente, lo escaneé con la mirada. Merlín, sí que me agradaban las vistas. Miré a Hermione para no ser demasiado descarada. 

—Draco y tú van muy en serio, ¿no es así?

—Eso parece —respondió, con una sonrisa algo incómoda. La pobre aún tenía mucho que aprender sobre actuación.

Besos de humo | Dramione & RonsyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora