Capítulo 3: Das Rote Haus

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Berlín, 13 de mayo de 1951.

Sala de descanso de la Estación de policía de Berlín

7:22 a.m.


Lena notó a Arthur indeciso, tratando de decirle algo sin saber bien el cómo. Preparaba torpemente café para ambos y daba más vueltas de las necesarias, como si fuera la primera vez que estuviera en esa sala de descanso. A pesar de su estatura sobre el promedio y su contextura atlética, lucía como un muchacho débil y disminuido.

—Entonces, ¿vas a decirme qué ocurre, o seguirás haciéndote el tonto?

—Toma, le puse una de azúcar —respondió acercándole una taza humeante—. Anoche tuve una charla con el capitán respecto al caso.

Lena no respondió, se limitó a dar el primer sorbo mientras con la mirada apremiaba a Arthur a continuar. Presentía que se venían malas noticias.

—La razón por la que te hicimos venir a Berlín fue por consideración, no podíamos mantenerte al margen por lo peculiar de la situación. Sin embargo —hizo una pausa tratando de ordenar las palabras—, sabes bien que este caso está fuera de tu jurisdicción. El capitán insistió en darte unas semanas libres, como parte de las vacaciones que no has tomado, para que puedas descansar de la captura de los traficantes de Leipzig. Ya está acordado con tu estación, eres libre de quedarte en Berlín, pero estarás fuera del caso.

—¿Es en serio? —dijo Lena golpeando la mesa. Se puso de pie, airada, y caminó en círculos en torno a Arthur, que trató de permanecer impasible.

—Al menos, esa es la versión oficial...

Lena levantó una ceja y lo examinó, intentando descifrar sus intenciones. Aquel hombre siempre había sido un libro abierto para ella, pero esta vez no obtuvo nada, salvo por el amago de una sonrisa cómplice que disimuló con un sorbo de su taza.

—No puedes ser parte del caso de forma activa —continuó—, pero aquí y en todo Alemania confío en que no hay nadie más capaz que tú para arrojar luz sobre todo esto.

—Cretino —le dijo volviendo a su asiento, cruzando brazos y piernas—. Lo que quieres es quedarte con el crédito para obtener otro ascenso, ¿cierto? ¿A dónde serás transferido esta vez, a Münich?

—No se trata de eso. Hay otro motivo —le acercó un papel arrugado con algo escrito con prisas.

"Das Rote Haus, Calle Friedrich, Berlín. 10 pm, mesa 13"

—¿Es una pista? ¿Cómo la obtuviste? —preguntó Lena, intrigada. Por el nombre, podría tratarse de cualquier tipo de lugar, pues significaba "la casa roja". Era un nombre usual en bares, clubes nocturnos y salones de juegos.

—Estaba entre las pertenencias de los traficantes del ayer, los que capturaste en la Mansión Burgscheidungen.

—Un poco más despacio, Arthur... ¿Qué tienen que ver esos delincuentes con Berlín y con este caso en concreto? Pensé que estábamos de acuerdo con que se trataba de un asesino serial.

—Resulta que tenemos el informe preliminar que le pedí a balística, llegó hace un par de horas. Sabía que el informe final tardaría semanas en llegar, pero Krönig es un zorro viejo, me fío de sus primeras impresiones. Nunca me ha fallado.

—¿Y? ¿Qué obtuviste? —apremió Lena, intuyendo por dónde iban los tiros.

—El casquillo de bala encontrado en la víctima no era alemán, ¿a que no adivinas de qué arma era?

Doppelganger - #ONC2024 (Completado ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora