El hada del bosque

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Estoy seguro de que ya hacía un mes que Blas vivía con nosotros cuando tuve el impulso de volver a comer.
Me seguía negando, no era divertido hacerlo y mucho menos ahora que teniamos a este adolescente con nosotros, me avergonzaba, pero un vampiro hace lo que un vampiro debe hacer, y eso es chupar sangre.

Luego de hacerlo yo dormía, parecía que había dormido mucho, horas de calidad, tenía la mente despejada y tranquila después del...banquete.

estaba durmiendo con él, pese a estar sumergido en un sueño liviano podía sentirlo cerca, su piel desnuda, el sonido que hacía al respirar, el peso de su cabeza en la almohada y todo eso me daba tranquilidad, me ayudaba a dormir sabiendo que no podía pasarnos nada, éramos solo nosotros y el resto del mundo estaba lejos, ajeno.

En un momento su voz se coló en lo que yo soñaba, podía verlo dentro de mi mente, parado frente a mi intentando decirme cosas, podía ver su boca abrirse pero no escuchaba nada de lo que decía, era incapaz.

-Estebi-le entendí en un suspiro. supe incluso dormido que esa era efectivamente su voz, la real, me estaba hablando muy de cerca

Sin embargo mis ojos seguían cerrados, no podía despertar del todo, deseaba aferrarme al sueño, necesitaba seguir durmiendo

-amorcito, dale-insistió

No hablaba fuerte pero me arrancó del sueño a la fuerza, me obligó a despertar en medio de la noche.

Fran estaba sentado a un lado, mirandome intensamente

-¿estás despierto?-preguntó sonriendo, y quiero decir sonriendo en serio, ampliamente, de una manera tan inocente como divina, sus dientes parecían más blancos, más perfectos, todo en su cara parecía así, perfecto e inocente

-bueno, ahora lo estoy-le dije, quería estar enojado con él, odiaba despertarme a esa hora aunque no sabía que hora era, pero claramente era temprano, o tarde, dependiendo de como se mire, y yo tenía un sueño magnífico, era injusto tener que abandonarlo.

Sin embargo, Fran estaba tan increíblemente angelical y su sonrisa era tan amable y serena, me había despertado con tanta delicadeza que me vi obligado a calmarme y sonreirle de nuevo

-quiero mostrarte algo-dijo entusiasmado

-¿que hora es?

-ya es hora de despertar, Blas salió con el otro humano adolescente

-Fran, por favor, estoy...quiero dormir

-dale, quiero que veas una cosa

-después-le dije pasandole un brazo por la cintura intentando hacer que vuelva a acostarse

-no,dale, es algo especial que hice para vos

-por favor...

-vamos-dijo poniéndose de pie y tirando de mi brazo

parecía un nene que quiere ir a ver sus regalos de navidad, emocionado e insoportable.
Tiró de mí hasta que se cansó y entonces me soltó. yo crei que se había enojado y que me dejaría en paz, pero a los segundos volvió con un vaso de agua del baño.
Metió los dedos dentro y comenzó a sacudirlos en mi cara, lo cuál no solo me despertó si no que logró enojarme mucho, aunque incluso entonces agradecí que no me tirara el agua directamente

-sos insoportable-le grité sentandome

Él estaba divertido, le daba igual mi enojo, había logrado lo que quería y con eso le bastaba para seguir de buen humor.

Me dio tiempo de vestirme mientras fumaba esperándome y después de eso dejamos el departamento.

Cuando llegamos al ascensor pensé que saldríamos del edificio; Sin embargo en cuánto subimos no presionó el botón para bajar, si no para subir.
Lo miré esperando que me explique, pero él simplemente se me tiró encima y comenzó a besarme, abrazandome el cuello.
Le seguí el beso tomandolo de la cintura mientras el ascensor nos llevó hasta el último piso del edificio.

Las puertas se abrieron y bajamos en la terraza, dónde no había nadie, solo que no era mi terraza de siempre, era la recreación completa y perfecta de una especie de bosque, con el piso de césped, plantas enormes, flores, enredaderas y un tipo de hamaca, esas de tela que se atan a los árboles y se suspenden en el aire por encima del piso.

Él me tomó la mano y me llevó a la hamaca

-es un paraíso-dijo sentándose en ella-y es nuestro ahora

-¿de dónde sacaste todo esto?-dije sentandome también

-y,la magia del vampiro

-¿en...¡anda a la mierda, Francisco!

Él se rió, se acomodó sobre mis piernas y me abrazó, apoyando su cabeza en mi hombro. podía sentir su corazón latiendo fuerte contra el mío

-¿te robaste todo esto?

-nop, el de seguridad de la tienda de adornos de exteriores me lo donó muy gentilmente

-¿porque estamos acá?-le pregunté. era un sitio hermoso, un pedazo de naturaleza en literalmente medio de la ciudad, un paraíso artificial como él dijo

-porque-dijo levantando su rostro para quedar frente a frente con el mio-sé que extrañas la vida normal, y yo te la saqué. yo no me acuerdo como es disfrutar de un parque...de hecho me parece la cosa más aburrida del mundo, pero sé que para vos no es asi y sé también lo mal que te sentís cuando...comemos, solo queria darte un momento lindo

Lo miré a los ojos. por primera vez vi en ellos una humanidad perfecta, llena de dulzura y bondades.

-creo que-le dije llevandole las manos a la cabeza-te esta saliendo humo, no deberías pensar tanto...

-¡ay que malo sos!-dijo golpeando mi pecho

-esté lugar es perfecto para vos, es como un bosque, y vos, que sos un hada...

-¡soy un vampiro! ¡respetame!

nos reímos un poco y luego nos besamos, nos besamos mucho en esa noche, era agradable el silencio, su compañía, lo lejano que parecía todo.
ese era nuestro paraíso, no le pertenecía a nadie más y aunque durara poco, fue suficiente.

Vampi: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Where stories live. Discover now