Lucas

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Después de la clase, cuando reconocía mis cosas y me preparaba para salir del aula, sentí una presencia a mi lado. Levanté la mirada y me encontré con Lucas, quien se había acercado para hablar conmigo.

"Disculpa si te incomodé durante la clase", comenzó, su voz suave y amigable. "No era mi intención distraerte."

Tragué saliva, tratando de controlar mi nerviosismo. "No te preocupes, no fue nada", respondió, tratando de sonar segura de mí misma. "¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?"

Él negó con la cabeza y ambos salimos de clase. Me dirigí al aula de profesores; Era hora de reunirnos, pero choqué con David. Él se disculpó y me miró.

Hola, soy Alex. Soy la profesora en prácticas de Historia del Arte.

"Sí te conozco", dijo. "Yo soy David. ¿Cuántos años tienes? Pareces bastante joven -me alegré al oír eso- Tengo 22 -le dije

David asintiendo con una sonrisa. "Ah, interesante. Yo tengo 30 años, así que somos de edades similares", comentó.

Nos quedamos charlando unos minutos más antes de que recordara mi compromiso con la reunión de profesores. "Bueno, fue un placer conocerte, Alex. Quizás nos volvamos a encontrar por aquí", dijo David con amabilidad.

Después de intercambiar despedidas, me dirigí hacia el aula de profesores con una sensación cálida. Parecía que el día iba a ser interesante. Aun así, en la reunión, mientras hablaban de muchas cosas que no me interesaban, no podía dejar de pensar en David. Me había fijado en sus ojos color miel y en su cabello oscuro y bien cuidado. Cada vez que su imagen cruzaba mi mente, sentía un cosquilleo en el estómago. No podía evitar preguntarme qué pensaría él de mí.

Después de la larga reunión, salí del aula de profesores con la mente aún en David. Decidí que quería conocerlo mejor, así que aproveché para buscarlo por los pasillos. Finalmente lo encontré cerca de la biblioteca y me acerqué con una sonrisa nerviosa.

- ¡Hola, David! ¿Te importaría tomar un café conmigo? -le preguntó, esperando que aceptara.

David me dirigió una sonrisa y asintió. "Tengo clase", dijo. Lo miré decepcionada, pero entonces agregó: "Acabo a las 12. ¿Puedes a las 12:30 o así?"

Mi rostro se iluminó con una sonrisa ante la posibilidad de encontrarnos después de su clase. "¡Claro! Nos vemos entonces en la cafetería a las 12:30", respondió emocionada.

Me fui hacia mi clase, sabiendo que tenía que acabar mi presentación. Con una universidad tan grande, me llevaba unos veinte minutos atravesando los pasillos llenos de gente. Decidí entrar en una sala de conferencias vacía para hacer mi presentación. Hablar en público siempre había sido fácil para mí, y si no había gente, todo se me hacía diez veces más rápido.

Pasaron las horas y perdí la noción del tiempo mientras estaba concentrada en mi presentación. Para mi sorpresa, cuando finalmente terminé y miré alrededor, vi a David impresionado y aplaudiendo al final de la sala, acompañado por varios alumnos. Me embargó una sensación abrumadora de vergüenza al darme cuenta de que había perdido la noción del tiempo por completo. Sentí como si me estuviera derrumbando por dentro. Entonces, miré la hora en mi móvil y vi que eran las 3 de la tarde. ¡No me había dado cuenta de que tenía clase a esa hora! Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras el pánico se apoderaba de mí. ¿Cómo pude olvidar algo tan importante? Me levanté de un salto, disculpándome apresuradamente con David y los demás alumnos, y salí corriendo de la sala de conferencias en dirección a mi clase, con la esperanza de que aún pudiera llegar a tiempo. Cuando sonó el timbre al final de la clase, me sentí aún más avergonzada por lo sucedido. Mientras mis estudiantes salían de la clase, sentí que sus miradas me juzgaban por mi retraso. Mariví y Lucas salieron sin decir una palabra, dejándome con una sensación de incomodidad en el aire. Tomé una respiración profunda, decidida a no dejar que este incidente me afectará más de lo necesario. Sabía que tenía que hacer las paces con mi error y asegurarme de ser más cuidadosa en el futuro. Con determinación, reconocí mis cosas y me dirigí hacia la siguiente tarea del día, esperando que las lecciones aprendidas me ayudaran a mejorar.

Admirador Where stories live. Discover now