Tu admirador secreto

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Con el paso de los días, cada vez nos acercábamos más a la justicia, pero aún así, quedaba esa pieza del rompecabezas que se resistía a encajar. ¿Quién podría ser tan despiadado como para amenazar a alguien de esa manera? Los sollozos desgarradores de Lucas resonaban en mi mente, llenándome de un dolor insoportable que me hacía temblar por mi propia seguridad.

"Te quemaré vivo y solo quedarán tus pinturas hechas de ceniza y sangre que colgarán en tu honor en el instituto".

¿Cómo era posible? No lograba entenderlo. Lucas no era un chico malo, no juzgaba ni hacía cosas malas que pudieran motivar a esas personas a tratarlo así. ¿Quién podría ser capaz de hacer algo así?

Sin encontrar respuestas, mi mente se volvió hacia la pelea. Aquella pelea que nos dejó con leves rasguños en la espalda y una herida en la mano. Pero, ¿qué pasó con Lucas? Recordaba el eco de los golpes resonando en el patio, y me sentí impotente al no poder detenerlo.

Entendía su ausencia en las clases, pero eso no disminuía mi preocupación por él. Cada vez que miraba su silla vacía, me invadía una sensación de inquietud y desasosiego. Probé a contactarlo, pero no hubo manera. También intenté comunicarme con sus padres, pero no recibí respuesta. Me preocupaba eso, estaba segura, y se me acababan las opciones.

Era jueves, su día favorito. Podía pintar libremente sin que nadie lo juzgara en las clases, y el jueves era el día más indicado de la semana para ello... Entré en el pequeño almacén buscando bocetos o lienzos que pudieran decirme algo, pero no parecía haber nada. Sus obras eran desordenadas pero limpias. No parecía el realismo, sino que quería que las personas imaginaran buscar su significado. Me encantaban...

Encontré una libreta roja con anillas doradas. Antigua Parecía o, más bien, muy usada. en su lomo se encontró el nombre de Lucas, con colores neutros que le describían muy bien. Abrí la libreta con curiosidad, y en sus páginas se encontraron bocetos de la composición anatómica femenina. Parecía interesarse por eso; Los bocetos eran perfectos, cada milímetro formaba una línea segura que remarcaba las partes del cuerpo. Seguí pasando las hojas. Empecé a mirar las últimas hojas y encontré algo desconcertante: bocetos rápidos y temblorosos de mi rostro. Parecía haberlo analizado muy bien, pues encajaba con mi cara, cada forma, cada detalle. Sin embargo, él no parecía preocuparse por eso y se notaba. Remarcó mis ojos con un color oscuro que se aclaraba, y así era...

Sin embargo, a pesar de mi curiosidad, no pude seguir. El vibrar intenso de mi móvil me desconcertó, y entonces lo vi...

El jueves 14 de mayo, a las dos y cuarto del medio día, recibí un mensaje. Al abrirlo, me encontré con la imagen de Lucas en su habitación. Llevaba una camiseta larga y unos shorts cortos, con un maquillaje que resaltaba su belleza similar al que yo siempre llevaba. En sus manos sostenía un cojín con mi nombre, y detrás de él se veía un póster de pinturas griegas con los rostros tachados. Sobre la cama, había una peluca. Lucas parecía triste, pero lo que me dejó impactada fue el texto que acompañaba la foto.

En el mensaje, se podía leer lo siguiente:

"¿Te gusta lo que ves, profesora? Parece que a Lucas le gusta mucho tu compañía. Espero que disfrutes de la vista tanto como él disfrutó de la sesión de fotos. No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo, pero ¿podrías?" ¿Decir lo mismo de Lucas? Estaré esperando tu respuesta. Con cariño, tu admirador secreto.

Con manos temblorosas, escribió un mensaje: "¿Quién eres?" preguntó.

El continuaba escribiendo, y yo me sentía impaciente, deseando saber quién era.

"Soy tu admirador secreto, preciosa. Al igual que Lucas, deseo pasar un rato a solas contigo, y no me gustaría hacer sufrir a nadie..."

El mensaje me dejó atónita. Lo leía y releía una y otra vez, incapaz de detenerme, mientras mi mente daba vueltas y vueltas, tratando de comprender lo que estaba sucediendo. Guardé la libreta de Lucas que aún sostenía en mi mano, prometiéndome revisarla más tarde en busca de alguna pista.

Admirador Where stories live. Discover now