El pasado que esconde kagome

Parte sin título 18

Cuando Sesshoumaru vio que Kagome había despertado, le cogía la mona, y ella ante este acto se sonrojó y aceptó sus sentimientos, ahora solo faltaba que se los comunicase a él.

Kagome: Sesshoumaru...yo...yo...- la joven yokay titubeaba, eso le izo gracia al yokay, ya que normalmente esa mujer era valiente delante de todas las situaciones, pensó en hacerla sufrir un rato hasta que se atreviera a decirle lo que sentía, pero desecho esta idea.

Sesshoumaru: lo sé- y susurrando muy bajito, tan solo para que ella lo escuchara- y yo también- sonrío impredeciblemente- ahora duermete un poco que aún estas cansada por la energía que has utilizado para regresar- le dio un brebe beso en la frente, Sesshoumaru hubiera seguido observando a su mujer por no ser que alguien rompió el hechizo en el cual estaba preso.

Dser: Vaya, estimado amigo, no sabía que fueras tan cariñoso- le dijo con una sonrisa de burla, él por su parte solo recibió una mirada fría de nuestro atractivo yokay.

Mientras tanto, aún en la habitación había cierto hanyou, pensando en todo lo que había visto, el que había ido a esa habitación para declarar su amor a su kaogme, y va que el que declara su amor es su hermano. Eso no le podía estar pasando, es lo que pensaba, y una oleada de rabia y odio hacía su hermano le invadió, y se fue de allí justamente cuando kagome se estaba declarando. (n/a es retrocedido en el tiempo).

En la estancia donde entro, le esperaban el resto de su grupo, lo miraron ilusionados, por si su amiga había despertado, pero al ver la cara furiosa de su amigo prefirieron callar.

Mientras tanto en la habitación Kagome dormía profundamente y Sesshoumaru esta dictando las últimas ordenes para la ceremonia.
Esa sería en el bosque de las ninfas donde todos los inuyokais de su familía marcaron a sus hembras.

La ceremonia consistía en que a la luz de la luna llena se mordieran, y aceptasen el poder que el otro les ofrecía y sus sentimientos. Pensaréis que tiene de diferente con la primera vez que se mordieron, pos muy simple, la luna, la luna llena es el poder de la magia.

La ceremonia ya estaba al fin estaba preparada, después de tres días de que Kagome despertarápor fin se uniría con ella. Sesshoumaru, aunque nunca lo admitiría y menos lo demostraría, estaba feliz, pero lejos de todos estos acontecimientos, una mujer vagaba por el bosque donde tiempo atrás, como tres años estaba dormido Inuyasha. Esa mujer con ropas de sacerdotisa, volvía ser humana, no hecha de barro y ceniza, si no de carne y hueso. Esta mujer, vagaba con un sentimiento de culpabilidad, ella no podría ayudar a su hermana en esta vida, se quedaría a observar como tubo que hacerlo muchos años atrás.

Aún recordaba la sangre, las lágrimas, el suicidio de su protegida, si ella era de la corte que defendía a la hija de Yue, a la preciosa y amable Shar. Esta corte estaba formada, por un yokay zorro, una humana con poderes espirituales, y un vampiro. Ella sabía quien eran sus compañeros, lo sabía des de que ella, su hermana, volvió a pisar el Sengoku.

Si kikio, sabia que Shipo, ese inocente cachorrito de zorro mágico, era en realidad el guarda personal de Shar, ella al ser sacerdotisa, le enseñaba sus poderes espirituales, ya que como toda diosa tenía, y el vampiro la luchaba a pelear, cuerpo a cuerpo y des de las sombras. Él vampiro era el único a quién no había visto pero sabía quien era, era el hermano de kagome, Shota.

Si era mentirá que su madre se volvió a enamorar al estar en la otra época, pero ella no tenía que saber que su supuesto hermano era un vampiro y menos porque se fue a su época.

Si ella sabía como terminaría todo, antes de que la batalla comenzase, pero de que le valía saberlo, si no podía actuar. Llegó donde selló a Inuyasha hace más de 50 años, se sentó bajo la sombra de ese imponente árbol, y esperó a que todo se llevará a cabo, y solo deseó que si alguna vez volvía a vivir después de terminar con esa vida, pudiera volver a ser hermana de Kagome, ya que en esta no pudo pasar tiempo con ella. Y allí se quedó dormida, pensando en todo y en nada, en blanco y en negro, en lo bueno y en lo malo, en lo bonito y lo feo.

Mientras tanto, dentro de los territorios de Kagome, o sea, los territorios de l'Este, se planificaba la mayor venganza vista des de hace 200 años, por que Kairo ya estaba preparado, había unido a los mas fuertes signos del mal, Narakuu, riokotzusei y la gran dama de los muertos, persefhona o mejor dicho Ilam, y todo esto solo para volver a matar aquél que le robo el amor de la mujer más bella de todos los tiempos, su amada Shar.

Así ignorando la resurrección de Kikio, el plan de venganza de su mayor enemigo, ignorando la envidia de Ilam y las ansias de poder de Naraku, en el castillo del Oeste, ya se estaba celebrando la ceremonia.

Una Kagome algo pálida acaba de ser mordida por su amado Sesshoumaru, ya que al ser mordida por aquél que será a partir de ahora su marido, a la luz de la luna llena, el aceptó parte de sus poderes, al igual que ella, pero ella no los podía terminar de aceptar, ya que por mucho que quisiera él era mas poderoso que ella. De repente el símbolo de la frente de Sesshoumaru y kagome, empezó a brillar, y delante de ellos apareció Yue, los dos hicieron una reverencia a la mujer que se encontraba delante suyo, concientes de quien era y le tenía que tener respeto. Ella solo les sonrió y les ayudó a levantarse.

Nota de la autora:Nunca dije como era Yue, por eso ahora os haré una descripción. Sus porte era digno de una dama, y al ser la diosa de la luna era misteriosa, elegante y de gran belleza. Su pelo entre plateado y rubio era el vivo reflejo de la luz de la luna, su ojos oscuros casi negros como la noche sin estrellas, su nariz ni muy pequeña ni muy gruesa, perfecta para su cara ovalada. Llevaba un vestido ceñido a su cuerpo de color púrpura como la noche donde hay luna llena. Era de un metro 75.

Acto seguido Yue entrelazó las manos de los enamorados y después de unos segundos, el sol de la frente de Kagome empezó a desaparecer, eso significaba que kagome aceptó del todo a sesshoumaru. Yue les sonrió y empezó a desaparecer pero antes de irse dijo.

You: La luna es acompañada de las estrellas, una noche sin luna y sin estrellas no es una noche para recordar- cada vez era más transparente- Dos personas que se complementan, dos símbolos que están juntos por naturaleza- nunca lo olvides Husho hijo de Rips.- y así se fue dejando desconcertados, pero pronto resolvieron sus dudas.

Kagome: Así que eras el hijo de Gea- dijo divertida kagome, ya que lo que ella recordaba era que Husho era un dios desterrado.

Sesshoumaru: ¿Gea? Quieres decir Rips- ella asintió- si lo era, pero Kairo me desterró por tener mas poder que él. – No habló más, ninguno de los dos, habían recordado el pasado, pero ellos no se amaban por quienes fueron, no por quién eran. Se miraron a los ojos durante unos minutos, y poco a poco sus bocas se unieron.

Pero ese momento tan especial para ellos fue interrumpido por una gran explosión probiniente del palacio, se asustaron, aunque Sesshoumaru no lo demostró, pero se preocupo por su pequeña rin y aunque parezca mentira Jaken, en cambio Kaogme por todos.

Dejando atrás el bosque de las nifas, se fueron corriendo al palacio, pero antes de emprender más rápido su carrera, miro por última vez el bosque donde los inu yokays, de generación en generación han marcado a su hembra.

Al llegar lo encontraron todo destruído, y lleno de humo, pero se podía apreciar a tres figuras, dos de ellas muy reconocidas por los dos recien llegados, y en otro lugar lleno de demonios, a cuatro personas luchando. Kagome busco por todo el lugar a Rin y Shipo, y los encontró, Shipo en su verdadero aspecto estaba protegiendo a Rin con una barrera, pero lo que le extraño más es que estaba sentado con los brazos cruzados y con una cara de indecisión.

Que le pasaba a Shipo, y entonces lo recordó, esta no era su batalla, era suya y de Sesshoumaru, ellos como la vez anterior solo podrían apoyarla, y darle ánimos des de lejos sin interrumpir en su batalla. Así que con un fuerte aullido de parte de Sesshoumaru y kagome la batalla comenzó.