Capítulo XXI: Viajes Incómodos

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[L y n n]

Seguía recostada al lado de Theodore, intentando descansar un rato. Estaba totalmente agobiada, pero al menos Astrid me había hecho reír internamente, aunque al principio si estaba indignada, pero al final me dio mucha risa, porque sabía que no hablaba en serio, o bueno..., eso esperaba. Me negaba a pensar que As había visto a Ted... Uh... ya saben, antes que yo.

Reí de nuevo por el recuerdo, parecía loca de seguro, pero no lo hice muy alto; Ted dormía, se veía tan tierno cuándo lo hacía..., yo intentaba hacerlo, pero no podía, así que para pasar el rato comencé a recordar lo que había pasado horas antes, con... la directora.

Básicamente después de todo el drama, nos llamaron uno por uno a su oficina, a la cual se fue fríamente en conjunto con mi hermana, quien parecía su mano derecha o algo por el estilo.

«Yo la llamaría perro faldero»

«¿As, qué haces tú aquí?»

«No lo sé, es tu mente, tú me estás imaginando. Ya me voy»

«Bien, prosigo»

Llamó a Ted primero, y al salir, casi temblaba de miedo, estaba muy pálido; Sabía que se había convertido en oso, y en ese momento probablemente no sabría cómo volver del todo a la normalidad.

La siguiente fue As, al salir estaba más calmada que Ted, pero sabía que ese lugar no era el más agradable de todos por la expresión de sus rostros.

Ya de por sí, sin haber entrado, estaba aterrada, totalmente aterrada. Y lo peor fue que la siguiente fui yo.

Entré a la sala, siendo escoltada por mi hermana, Lehia, quien no me trató con demasiada amargura, eso era bastante extraño tomando en cuenta que era ella; me sentaron en una especie de silla, justo en frente de la directora, sus grandes ojos azules penetraban en mi, produciéndome un miedo escalofriante que simplemente no podía evitar sentir.

Me puso nerviosa y me hizo usar mis poderes, de alguna u otra forma que yo no tenía clara al no saber controlarlos completamente, me lo sacó todo. Lehia tenía razón, podía ser invisible, pero no lo noté en ese momento, salvo por la cara que puso la directora al no encontrarme, cuando estaba justo al frente de ella.

Me encontraba exhausta por lo que había pasado, luego Lehia me sacó, así como si nada. Pasaron todos los demás, hasta que entró Ali, y no salió, luego nos llamaron a todos.
La directora habló de... Un mundo nuevo, básicamente... la Tierra.

Sabía que era la Tierra, Ted también lo sabía, pero hasta ese momento no le habíamos dicho nada de  ésta los demás, aunque ellos debieron haberlo supuesto también.

Habló de... Mis padres, ellos habían muerto hacía muchos años, y nos dejaron a mi y a Lehia con los del instituto, ahí terminamos de crecer, hasta ese momento. Mi hermana es lo único que tenía, lo único que me quedaba, sólo estábamos la una para la otra, y..., aún así parecía detestarme.

«Al menos tengo a As y a Ali..., no sé que sería de mí sin ellas, no sé que haría si llegase a perderlas, lo son todo para mi, son mucho más hermanas mías que Lehia...»

Bueno, el caso es que al final los mojé a todos, y casi me muero de vergüenza al haber empapado a la directora, no parecía demasiado feliz.

Me levanté de un salto alterada por el recuerdo.

─¿Qué tienes? ─rió As.

─¿Todavía alterada por lo de Theodore? ─sonrió Jane macabramente, ya no me agradaba tanto, pero yo tampoco a ella, así que daba igual.

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