21-El tío de las gomitas de abejas.

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Matheo
Puerto Vallarta 2020

La cabeza me sigue doliendo después del madreazo que me di contra el piso cuando Mía  se mandó a correr para la Universidad.

Yo por mi parte me quedé mirando el techo por unos minutos hasta que Nicolás comenzó a patearme las costillas mientras me llamaba saco de pulgas.

Esperaba tener la oportunidad de hablar con ella en cuanto llegara a casa. Quiera explicarle lo que pasó y la razón por la cual no le conté que trabajaba en mi casa, quería decirle que no era por vergüenza, que en el momento en que le dije que me gustaba no fue mentira, que todavía la quiero y quero también que esté conmigo.

—Uy pos si que estás jodido primito —Sammy palmea mi hombro amistosamente para luego robarme una de las tostadas que me acabo de preparar

—¡Hey!  Mis tostadas —Me quejo.

—¿Cómo se te ocurre ocultarle la verdad?  Yo pensé que ella lo sabía, ¡es que eres tonto!

—No soy tonto, solo despistado. No me regañes más, ya se que la regué.

—Bueno vale, cambiando de tema ¿Cuándo es el cumpleaños de Owen? —pregunta ella sentándose en la banqueta a mi lado.

—Dentro de dos días y ni siquiera le tengo regalo. ¡Soy el peor amigo del mundo!

—Tonto — Golpea mi hombro — ¿Owen no tendrá problema de que invite a alguien a su fiesta?

—Claro que no, ya lo conoces, a él le agrada todo el mundo. ¿A quien quieres invitar?

—Un chico que conocí. Y antes de que pienses algo, no es mi novio, solo mi amigo.

...

Mía
Puerto Vallarta 2020

Bueno, haberme enterado de toda la verdad no pintaba tan mal. Tal vez solo un poco.

A quien engaño.

Esto sonaba fatal.

Repasando los puntos.

Uno: literalmente ahora era mi jefe.

Dos: Yo todavía estaba hecha un lío con mis sentimientos

Tres:¿Qué se yo? No tenía idea si había tres.

En fin, ya hablaría con el cuándo llegara a casa.

La campana sonó terminando la clase. Comí algo rápido para terminar un proyecto que tendría que entregar en unos minutos y luego, gracias a que el profesor se enfermó suspendieron las próximas lecciones del día.

A Ami todavía le quedaban algunas clases más así que me tocó irme sola. Lo último que quería era llegar a la mansión, estaba hecha un lío y tenía la cabeza en las nubes, aunque mis nubes estaban un poco grises.

Me distraje por la voz de un chico en el parque, se encontraba sentado en el suelo con una guitarra mientras cantaba. La canción no la conocía pero la voz del chico era preciosa, dulce y llena de melancolía.

A su alrededor todos lo miraban cantar y dejaban dinero dentro de la funda de la guitarra que se encontraba frente a él. Las chicas lo miraban embobadas, no podía juzgarlas, el chico era guapo y cantaba que flipas.  

Cómo En Los Libros Where stories live. Discover now