10-Al otro lado del mundo

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Mía
España2020

Los días pasaron volando por fin es cinco de septiembre. Y eso significa ¡Mi cumpleaños! 

Si como habéis oído ¡MI CUMPLEAÑOS!

Las chicas me organizaron una pequeña fiesta en casa de Anely. Nada muy extravagante solo unos pocos amigos, un pastel y buena música.

Hace mucho que mi cumpleaños dejo de importarme, pero este era especial, por fin sería reconocida ante la sociedad como mayor de edad. 

Ya en la  solo quedamos las tres para recoger el desastre que quedó hecha la casa, comimos el pastel de chocolate que había sido reservado solo nosotras junto a un gigantesco pote de helado sabor caramelo con nueces.

—Necesito contaros algo —Led comenté una vez la casa estaba limpia y nos manteníamos viendo una película, mientras nos  hinchabamos de dulces.

—Sabes que puedes decirnos cualquier cosas —Me responde Anely que venía desde la cocina para sentarse junto a nosotras en el suelo lleno de almohadas y cojines.

—La propuesta de la señora Lucia para irme a México... voy a aceptarla, ir allá sería una gran oportunidad para mí, entraría a una universidad, tendría un techo en el cual vivir. Cumpliría mis sueños y no solo el de estudiar derecho sino también el de viajar al otro lado del mundo.

—Mía, sabíamos desde un principio que aceptarías. —Sonríe dulcemente Fary.

—No quisimos involucrarnos porque sabemos que es una gran oportunidad. Eso sí, te echaremos muchísimo de menos.

—Y yo a vosotras —Una pequeña lágrima de escapa por mi rostro, pero no es una lágrima de dolor o tristeza sino una de felicidad, emoción y nervios.

—Como ya sabíamos que aceptarías te preparamos una pequeña sorpresa, tómalo como un regalo de cumpleaños. —Fary me extiende una cajita rebosante de emoción.

Observo el obsequio unos instantes antes de abrirlo, en su interior había una pequeña bolsita de tela el cual contenía unas pulseritas de colores con un pequeño corazón dorado en miedo, estas ya las habíamos visto antes en una tienda, a mí me encantaron desde la primera vez que las vi, y no solo porque se tratasen los colores de las chicas superpoderosas sino porque nos veía a nosotras reflejadas en ellas.

La verde era de Bellota, que representaba a Analice , fuerte, valiente y decidida. La rosa era de Bombón que representaba a Fernanda tan femenina, protectora y bella. Y yo, yo era Burbuja, tan distraída, torpe pero al mismo tiempo dulce y amigable.

Las chicas tomaron las pulseras que les correspondían y se las colocaron, yo hice lo mismo.  Y juntamos nuestras manos.

—Todas para una y una para todas. —Dijimos las tres al mismo tiempo y luego los echamos a reír.

....

Mes y medio después nos encontramos aquí, en medio del tumulto de gente en el gigantesco aeropuerto. Hoy iría a México.

¡Qué emoción!

Aunque también tengo un poco de nervios, nunca he montado en un avión y el vuelo es de aproximadamente doce horas, madre mía doce putas horas metida en un avión, por suerte la señora Lucia insistió en pagarme el vuelo en primera clase así que estaré bastante cómoda, creo.

Me despido de mis amigas con lágrimas en los ojos y abordo el avión. En las doce largas horas me dedico a dormir la mayoría de estas ya que los asientos bastante cómodos y las otras me las pasé escuchando música, leyendo  o viendo Fairy Tail,

También tuve mucho tiempo para pensar, pensar como seria mi vida de ahora en adelante, me tracé metas y objetivos para mi futuro, pensé en mi padre, antes de partir lo visité un par de veces pero siempre me trataba de la misma manera.

Cuando el avión aterrizó y baje de él me encontré perdida entre el bullicio de las  voces a mí alrededor. La señora Lucia se ofreció a mandar un chófer para recogerme, el cual acepte debido al gran cansancio que me invadía, el viaje me dejó adolorida y aún no me acostumbraba a la diferencia horaria.

Un señor bastante anciano llevaba entre sus manos un cartel con mi nombre escrito por lo que supongo que es Ronald, en chófer.

Me hacerlo a el y este me condujo hacia un coche color negro bastante lujoso.  Nada más salir del aeropuerto puedo sentir el contraste con mi hogar, tenía entendido que Puerto Vallarta era una ciudad costera, pero el calor que hacía era acogedor para todas las personas que caminaban por las más bellas calles que he visto en mi vida, claro está que para mí al calor estaba siendo asfixiante ya que voy vestida como siempre con mis playeras hiperanchas y mis pantalones de tela al contrario de las personas que me dediqué a observar a través de la ventana.

El cielo ya se comenzaba a teñir de colores naranjas y rojos dignos de apreciar. El coche estacionó frente a una casa impresionan, unas tres veces más grande que la de España. Me quedé unos segundos admirando anonadada la portada de la casa, era magistral, con un estilo moderno pero a la vez contemporáneo, pintada de blanco con  ventanales inmensos relucientes. No tenía rejas así que luego de la calle se encontraba un extenso jardín con un sendero que conducía al porche de la casa.

Saque mi maleta del auto y el chófer me llevo hasta el interior de la casa.  La vista por dentro está tan o más asombrosa que desde afuera, algunos cuadros estaban perfectamente colocados en el pasillo del corredor, la señora Lucia está centrada en lo que parecía ser la sala de estar, los muebles eran blandos con detalles en negro y dorado, tan limpios que pensar es sentarme en ellos me parecía un crimen.

—Querida, me alegro de que estés aquí.

—Me alegro de verle señora.

—Ven te llevaré a tu recamara, espero que te guste, le pedí a mi diseñador personal que la adecuará para ti, tuve en cuánta tus gustos, si quieres cambiar algo solo dímelo.

Empezó a caminar y luego de subir las escaleras me llevó por uno de los pasillos. Esta casa parecía un puto laberinto.

Me dejó frente a la puerta de una habitación serca de esta parecía haber unas tres más pero no presté mucha atención. Abrió la puerta y me dejó pasar.

Mis ojos recorrieron las habitaciones de pies a cabeza una cuántas veces y mientras más la miraba más alucinante me parecía.

Era un espacio amplio con un ventanal al fondo que se tomaba toda la pared cubierto pon unas cortinas amarillo claro. A si lado izquierdo una cómoda con un espejo que alucinas y luego lo que parece ser un vestidor. A su lado hay una puerta que imagino sea un baño. Al otro lado hay una estantería llena de libros y un pequeño escritorio. Pero lo más impactante fue la cama, por mucho que la mire mi cerebro no procesa, creo que se descompuso entre tanto lujo, la cama era redonda, con sábanas amarillas rodeada de girasoles.

—¿Te gusta ? —pregunta la señora a mi lado en espera de una respuesta.

—¿Que si me gusta?, claro que sí, me encanta, nunca me imaginé algo así.

—Ahora es tuyo, disfrútalo. Te dejo para que puedas descansar.

Deje mi maleta junto a la puerta después de  cerrarla y me dediqué a observar mejor casa detalle de este lugar.

Me acerqué a la estantería y pase mi mano por los libros, algunos de escritores que ya conocía , otros que no tengo ni idea de que son pero ya siento que me van a encantar.

Abrí la maleta emocionada y busqué un pijama, entre a la puerta de el baño, era diese veces más grande que mi casa. Regule el agua de la tina y espere que se llenara mientras sacaba mi teléfono para mandarles un mensaje a las chicas por el grupo de WhatsApp para informarles que ya llegué y contarles de aquí. Ahora con la diferencia horaria va a ser más complicado comunicarnos.

Luego de mandarlo deje el teléfono con música baja, y me relaje por algunos minutos en la tina.

....

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