demasiado jóvenes para saberlo todo, para conocer el mundo, aunque ellos creían todo lo contrario.
se amaron, claro que lo hicieron, a veces en tiempos descoordinados, otras en sincronía.
a pesar de las peleas, mal entendidos, conflictos, siempre...
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llegué a italia demasiado cansada, mis planes para descansar en el avión se vieron interrumpidos por mis miles de pensamientos entrometiendose. sobrepensar un día de estos iba a ser mi fin.
tan solo deseaba llegar a mi departamento para por fin acostarme en mi cama y dormir, ya no me importaba comer, no tenía ni la energia ni el tiempo de cocinar o de esperar a que llegara la comida de algún delivery.
abri la puerta de mi apartamento mientras bostezaba, los ojos ya se me estaban cerrando solos, tire las llaves a la mesa que se encontraba en la entrada y deje las valijas a un lado.
— deja las cosas donde quieras, va manejate como quieras vic, yo me voy a dormir. si necesitas algo, no me despiertes — dije caminando directo para mi habitacion, victoria había decidido quedarse conmigo por una noche debido a lo tarde que habiamos llegado por lo que se iria a su casa a la mañana del día siguiente
— dali, me parece que te olvidas de algo — me respondió detras mio, no me quedó otra que darme vuelta y al hacerlo me encontre con unas flores sobre la mesa del comedor junto con bolsas con comida de mi restaurante favorito
debido a la falta de sueño se me dificultaba demasiado hilar dos pensamientos por lo que mire todo extrañada, nadie más allá de ella y yo teníamos llaves de mi departamento. me acerqué para tocar la tarjeta que sobresalía de las flores.
"me gusta tanto tenerte en italia, no veo la hora de volver a verte, te extraño demasiado.
pd: sabia que ibas a llegar cansada así que ordené tu comida favorita, no te enojes con vicky
mati"
sin poder evitarlo me sonroje y miré directo a hacia mi amiga, quien ya me estaba observando con una sonrisa inocente en el rostro.
— tenes que dejar de jugar a cupido con matias y conmigo — dije dejando la tarjera sobre la mesa para comenzar a abrir una de las bolsas, al haber dos supuse que una era para ella
— primero que nada no juego a cupido porque ustedes dos ya estan enamorados, solo ayudo a que esten juntos; y segundo, nunca te vi tan feliz con alguien que no sea con él, ni conmigo que soy lo mejor que te pasó en la vida — me respondió dejando sus valijas al lado de las mias para luego acercarse hacía la bolsa con comida, pareciamos dos personas que no habían comido por mucho tiempo cuando en realidad pedimos varias cosas en el avión
siempre que hablabamos sobre el tema ella me dejaba pensando demasiado, me replanteaba todas mis decisiones, por una de nuestras charlas terminé con alejo así que yo las consideraba determinantes en mi vida, pero en este momento lo que menos necesitaba era una lección de vida, lo único que quería era terminar con el sanguche y apoyar mi cabeza en la almohada.
— vic te amo pero ahora lo único en lo que puedo pensar es en comer y dormir, si me pongo a pensar en matias me conozco y no voy a dormir un carajo — respondí ante sus palabras y le di un gran mordisco al sanguche, el cual sació los ruidos que estaba haciendo mi estomago
— decime solo una cosa y te dejo tranquila ¿lo extrañas? — preguntó luego de un breve silencio entre ambas, la mire sería esperando a que terminara de tragar para responder
— todos los días — por primera vez en mucho tiempo me sinceraba sobre lo que me estaba sucediendo internamente
— entonces ahí tenes tu respuesta a todo, no necesitas pensarlo demasiado cuando en el fondo lo que único que queres es a él
odiaba que tuviera razón siempre en todo, tomé mi bolsa de comida y luego de darle un beso en su mejilla.
— descansa, en la habitación de huespedes hay todo lo que podes necesitar, te quiero — dije sabiendo que ella sola se las iba a arreglar, prácticamente mi casa también era su casa
comence a dirigirme hacía mi habitacion sin decir absolutamente más nada, todas mis palabras quedarían cortas y realmente necesitaba descansar antes volver a pensar en el tema.
— mínimo podrias enviarle un mensaje agradeciendole, el pobre se debe estar comiendo la cabeza — me dijo una vez ya estaba lo suficientemente lejos
cerré la puerta y me deje caer en la cama sintiendo una tranquilidad increíble por todo el cuerpo y ya el sueño apoderandose de mi. observe la bolsa de comida a mi lado y solté un suspiro sabiendo que ella tenía razón nuevamente, agarré el celular y tome una foto de la comida para luego enviarsela a matias agradeciendole tanto por las flores como por literalmente alimentarme.
su respuesta fue inmediata y aquello logró que sonriera, nos quedamos unos minutos más hablando hasta que finalmente me quede dormida con su chat abierto.
