demasiado jóvenes para saberlo todo, para conocer el mundo, aunque ellos creían todo lo contrario.
se amaron, claro que lo hicieron, a veces en tiempos descoordinados, otras en sincronía.
a pesar de las peleas, mal entendidos, conflictos, siempre...
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me encontraba caminando por las calles de buenos aires junto a alejo, quien tenía unos días libres luego del mundial antes de volver a entrenar con el primer equipo de rosario central. realmente le estaba yendo bien en su carrera y era algo que me alegraba un monton.
me sentia muy cómoda y tranquila a su lado, como si el resto del mundo desapareciera y solo fuéramos nosotros dos.
pero no terminaba de llenarme por completo.
— ¿me vas a contar cuando sale tu nuevo álbum? te andas haciendo la misteriosa — me dijo mientras caminabamos en busca de un buen lugar para merendar
para ser sincera no me hacia la misteriosa, tan solo que todavía no podía hablarle con sinceridad sobre mi música por lo que no solía tocar el tema. tampoco creía que le fueran a gustar las canciones del álbum, después de todo la mayoria hablaban de matias.
él era un capítulo imborrable de mi vida.
— no me hago la misteriosa ale, solo que no quiero hablar del álbum hasta que salga, hoy a la noche te vas a enterar — dije evadiendo por completo el tema que importaba, el que a él le interesaba
odiaba hacerme la boluda pero realmente no terminaba de poder ser yo delante suyo, se abrirme por completo. no podía y hasta cierto punto no quería, de a poco comenzaba a perdonar a matias.
tan solo que no iba a admitir aquello en voz alta, menos a él.
nos sentamos en un pequeño café en una esquina, al aire libre pero igualmente en una esquina bastante escondidos.
— bueno, voy a estar esperándolo ansioso. yo hay algo importante que te quiero contar
a alejo me resultaba demasiado fácil abrirse a mi y yo siempre ponía una pared delante de mi corazón, o por lo menos en los ultimas días donde nos vimos todo el tiempo me di cuenta de aquello.
— ¿pasó algo? — pregunté luego de sonreirle y agradecerla a la moza que nos dejó los menús sobre la mesa
a pesar de mi imposibilidad por abrir mis sentimientos y pensamientos a él siempre me iba a preocupar por los suyos, después de todo alejo era una persona increíble que siempre me demostró su cariño.
— sí pero nada malo, en realidad es buenisimo y quería que seas una de las primeras personas en escucharlo — la radiante sonrisa en su rostro al decir esas palabras contagio una en el mio
— ¿y? dale tonto, contame — pregunté impaciente, ni siquiera le prestaba atención al menú en mis manos por más de que me estuviera muriendo de hambre
— me compro el tottenham, me voy a inglaterra dali
la noticia hizo que literalmente saltara de mi silla para abrazarlo, no había algo mejor que escuchar aquello de su boca sabiendo lo mucho que deseaba cumplir su sueño.
