Extra: La Gran Muralla (3/3)

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Fang Yu se había puesto achispado. Se acercó mucho y su aliento caliente mezclado con alcohol casi roció la cara de Yang Lei.

Fang Yu empujó así a Yang Lei contra la pared, con las manos hacia atrás. Yang Lei se había olvidado de ese asunto.

—... ¡Sólo me estaba divirtiendo!

Yang Lei tampoco esperaba que Zhou Xiaojuan fuera realmente a buscarlo.

—... ¿Quién ha estado ligando? ¿Lo necesito?

Yang Lei fue agarrado por Fang Yu desde tan cerca que tuvo una sensación inexplicable. Lo miró fijamente de forma provocadora, pero sus ojos no podían apartarse del rostro de Fang Yu.

—Eres bastante arrogante, ¿eh? ¿Aún no admites tu error?

Fang Yu estaba realmente borracho. Aprieto su agarre. Solo quería burlarse de Yang Lei. Pensó que era muy interesante ver la reacción de Yang Lei.

—... No seas irrazonable.

Yang Lei pensó que no estaba actuando normal. Podía escuchar su propia respiración que gradualmente se volvía más rápida.

—¿Admitirás tu error?

Fang Yu se apretó contra Yang Lei, quien estaba luchando, y de repente le hizo cosquillas en la cintura. Yang Lei fue tomado desprevenido y se rio hasta quedar con forma de camarón por sus payasadas. Se agachó para esquivar la mano de Fang Yu, diciendo repetidamente:

—¡Lo admito! ¿No puedo admitir mi error? ¡Me equivoqué!

Fang Yu se detuvo y sonrió maliciosamente.

—¿Admites tu error? ¡Aún no te he castigado!

—¡Joder! ¿Cómo quieres castigarme?

Todo lo que había ante los ojos de Yang Lei eran los ojos sonrientes de Fang Yu. Aquellos ojos y cejas eran exactamente iguales a los del rostro que aparecía repetidamente en sus sueños. Yang Lei se distrajo...

—¿Cómo te castigaré? ¿Te llamé «ge» varias veces por nada?

Fang Yu se apretó contra Yang Lei con una leve sonrisa. Todavía estaba estimulado por el alcohol. Fang Yu utilizó fuerza para sujetar a Yang Lei.

—... ¡Di Yu Ge! ¡Dilo!

—... ¡No seas un borracho loco! —El cuerpo de Yang Lei estaba caliente.

Desde que los dos se conocieron, solo hubo una vez que Yan Ziyi organizó un banquete en el Gran Hotel Oriental para que se reconciliaran, y Yang Lei fue obligado a llamar a Fang Yu «Yu Ge» en la mesa. Desde entonces, Yang Lei nunca llamó a Fang Yu «ge». Aunque Fang Yu era mayor que él, Yang Lei nunca lo había llamado así, y Fang Yu tampoco se lo pidió nunca.

Ahora, Fang Yu había bebido vino y estaba excitado. Yang Lei sabía que solo estaba borracho, y él estaba acalorado por la provocación.

—¡Dilo!

Fang Yu lo siguió molestando.

—¡No te emociones demasiado!

Yang Lei sintió como si un gato le arañara el corazón.

—¿Por qué, no soy tu ge? ¿Qué problema hay en decirlo?

Fang Yu fue implacable.

—¿Cuándo te convertiste en mi ge?

Yang Lei no sabía si reír o llorar.

—Soy tu ge —dijo Fang Yu.

—...

Yang Lei dejó de hablar.

Miró a Fang Yu. Era como si algo hubiera acariciado su corazón, algo como una ola que recorría el fondo de su ser, y tuvo un impulso que no lograba entender.

Quería abrazar a Fang Yu y sostenerlo fuertemente, tal como lo había hecho en su sueño...

—¡..!

Fang Yu ya había hecho un movimiento. Yang Lei había sufrido una derrota una vez, pero ¿podría sufrirla por segunda vez? Los dos se apretaron contra la pared y se rieron mientras jugueteaban. En su excitación, Fang Yu utilizó toda su fuerza. Yang Lei no pudo soportar las tonterías de Fang Yu, así que se apretó contra él y gritó:

—¡Muy bien, muy bien! ¡Lo diré! ¡¿No puedo decirlo?!

—¡Rápido! —instó Fang Yu.

—...Yu Ge —dijo Yang Lei con dificultad.

—No puedo oírte.

Fang Yu soltó una risita. Su risa hizo que Yang Lei apretara los dientes.

—... ¡Yu Ge! —gritó Yang Lei. Su voz parecía salir de su garganta, temblorosa e inestable...

Yang Lei escuchó su propio pecho, los súbitos latidos del corazón...

La luz del pasillo no estaba encendida. Sólo brillaba la luz de la sala.

Fang Yu seguía sin soltar a Yang Lei. Había una sonrisa dulce en su rostro.

Miró a Yang Lei en la penumbra. Su corazón se sentía muy feliz y a gusto...

Hacía mucho tiempo que no tenía esta sensación. Tenía muchos hermanos y había oído a muchos decir «Yu Ge», pero no había tenido la sensación de felicidad que tenía ahora.

Fang Yu no sabía por qué. Simplemente le gustaba ver a Yang Lei pegado a él. Le gustaba ver su rostro franco y sonriente, como la luz del sol brillando en su corazón, cálidamente...

Esa noche, Yang Lei volvió a pasar la noche en casa de Fang Yu.

Fang Yu estaba borracho y pronto se quedó dormido.

—¡Fang Yu!

Yang Lei lo llamó en voz baja.

Fang Yu no respondió. Dormía profundamente.

Yang Lei se incorporó con cuidado y miró a Fang Yu en la oscuridad.

Lo miró fijamente, con el corazón latiéndole cada vez más rápido. No pudo evitar inclinarse, acercándose a la cara de Fang Yu....

Yang Lei no lo besó. Tenía miedo de despertar a Fang Yu. Tenía miedo de que más tarde, Fang Yu lo evitara.

Yang Lei movió su cuerpo, se acostó cerca de Fang Yu, extendió la mano y sujetó su cintura suavemente, apretando su brazo...

Yang Lei pensó que aún tenían mucho tiempo. Mucho, mucho tiempo.

No importaba si era ahora o en el futuro...

FIN DE LOS EXTRA «LA GRAN MURALLA»

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Luchador de clase oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora