|| Capítulo 10 ||

47 14 46
                                    

Había sido solo un segundo, un pequeño instante que había cambiado mi vida de ahora en adelante

Ουπς! Αυτή η εικόνα δεν ακολουθεί τους κανόνες περιεχομένου. Για να συνεχίσεις με την δημοσίευση, παρακαλώ αφαίρεσε την ή ανέβασε διαφορετική εικόνα.

Había sido solo un segundo, un pequeño instante que había cambiado mi vida de ahora en adelante.

Los vidrios en el suelo, la sangre, el pánico, el miedo y la angustia me estaban consumiendo. Se iban infiltrando en mí como si fuera la sangre en mis venas.

Mis ojos no podían creer lo que estaba observando.

Estaba sentada en el borde de la ambulancia, Sheila me había dado su abrigo para que no tuviera frío, pero difícilmente podía sentir algo ahora. Había policías por todos lados, muchas voces, muchos murmullos, que para mí eran nulos.

Todo estaba borroso, todo era confuso y lejano.

—Thalía, mírame —ordenó una voz.

Mi mirada estaba perdida en el recuerdo que ahora sería una pesadilla. La había perdido, mi madre se había suicidado y todo era por mi culpa.

Si no le hubiera dicho esas cosas horribles, probablemente estaría viva, recuperándose, pero el pasado nunca me dejó en paz y ahora volvió para decirme que nunca lo hará.

No podía evitar sentirme culpable, tal vez si hubiera usado otras palabras o no sé, si hubiera hecho algo diferente o si al menos hubiera dejado el pasado atrás, nada de esto habría sucedido.

Sin embargo, no podía evitar sentir que tenía una cadena atada a mi, que me mantenía prisionera del pasado.

—¿Hablaste con ella minutos antes de su muerte? —preguntó.

—Déjala en paz, Emma —ordenó una voz molesta.

Sin fuerzas, rendida ante la vida, levanté la mirada y observé que Sheila miraba a Emma con el mayor odio posible.

—Tú no me das órdenes.

—No es una orden, es una petición. ¿No ves que mi novia está shockeada por lo sucedido?

—Necesito resolver el caso y si ella no coopera...

—¿Y qué si no lo hace? —dio unos pasos acercándose a Emma—. ¿Qué le harás? Porque te aseguro que si le pones un dedo encima o le diriges la palabra para algo más que no sea el caso...

—No me amenaces, Sheila, no tienes idea de lo que soy capaz.

—Claro que lo sé, eres la mujer que arruinó la vida de mi novia, eres la mujer que la traicionó y la abandonó cuando más te necesitaba —abrí mi boca para detenerla, pero las palabras no me obedecían.

A pesar del aparente suicidio de mi madre, Sheila no me había abandonado, seguía conmigo y no lo entendía.

¿Por qué? ¿Qué tenía yo de especial?

Me estaba defendiendo de mi ex, me estaba protegiendo cuando apenas me conocía. Sin embargo, a pesar de que hace unas semanas nos conocemos, hemos vivido tantas cosas, que creería que nos unieron por una vida entera.

EL PRECIO DE LA LIBERTAD [LGTB]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα