a missing song

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SUPRIMIR
Hacer que desaparezca o deje de existir una cosa, especialmente eliminándola del conjunto al que pertenece o del lugar en que está. "algunas reformas ortográficas proponen suprimir la hache de la escritura"

Título: Una canción perdida
Tomando en cuenta está teoría que se me acaba de ocurrir, ¿y qué tal si Freddy tiene complejo de Eróstrato, y Fred vendría siendo ese tipo de personalidad, generalmente, de escasa autoestima y con un deseo de fama tan intenso que quien lo experimenta es capaz de hacer cualquier cosa con tal de alcanzarla?

Un par de ojos azules brillaron de codicia.

❝ ── ¿Qué? ¿Qué quien soy yo? Bueno, la verdad es muy fácil describirme (aunque a veces se me hace un poco complicado), me encanta ser una persona alegre y positiva, la cual nunca se deja vencer pero tampoco me gusta mucho buscar problemas. ¡Ah, pero eso sí!, si alguien se mete con mis amigos, ¡yo soy el primero en meterme en problemas por ellos! También podrán verme como me vuelvo famoso, ¡ya que me voy a convertir en el cantante más famoso de la ciudad! ¡No! ¡No sólo de la ciudad! ¡Del país! ¡Del continente, y del mundo entero!  ─enarbolando su micrófono de juguete, fijo su vista en su reducido público. Expectante de la reacción que pudieran tener. ❞

Ser el receptor de todo aquel conglomerado de elogios entre sus familiares lo ha ido estimulando de una forma gradual; primero, regalando a su audiencia una satisfecha sonrisa traviesa, que temprano o tarde aquella gratificante emoción que lo envolvía de pequeño terminaría por incrementar esa sensación suya de ser el centro de atención y el objetivo de alabanzas ajenas como el pan de cada día que creía necesitar. Y aun así, lo que obtenía no lo contentaba. Ambicionaba mucho más.

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Sus manos se aferraron a la fría cerámica, sus dedos fielmente sujetos en los bordes del lavabo, como si estar sumido en esa posición le esperaría algún consuelo que le llegaría a sus brazos. Una absoluta e indiferente nada y un silencio absorbente, saturado de densas amarguras, fue su único acompañante. Siempre lo ha sido.

Suspiro exhausto, rindiéndose y soltando lágrimas que extenuaban su derrota personal como su única respuesta.

Ascendió su mirada para estrepitarse contra su semejante del cristal. Lo único que vio fue la misma cara de siempre... un rostro que expresaba con notoriedad su fatiga mental que cargaba... ¿desde hace cuanto se aborrecía? ¿Y por qué sigue menospreciandose de esta manera? ¿Dónde ha quedado ese chiquillo jovial con sus metas claras? Quizás, todas esas preguntas culminaban en el abismal pozo de los sueños rotos y el olvido los mantenía escondidos, protegidos de todos aquellos que solo querían recuperarlos.

Rasgó, en un estado de ira visible, la porcelana que helaba sus dedos. Quería, no, debía darle un alto a esa sombra de inseguridades y tristezas que parecía ser una parte inamovible de sí mismo. Se despegó por fin del objeto y dejo correr el agua.

Ahora, con la humedad cubriendo su piel y sus mechones, se decidió darle un cambio a ese chico que vivía arraigado en una escala de grises y con la necesidad de experimentar vivencias, adrenalina y la búsqueda de reconocimiento social. Pensaba que en definitiva se estaba innovando; el punto de inflexión en su historia, el día en que se sentenció dejar de ser su propio veneno. Dejar de envenenarse y hallar culpables sobre su propio comportamiento.

Entonces, allí refugiado en el baño, esa misma tarde de divagaciones, se preguntó entre lágrimas si así como la mente puede herirse así misma, ¿cómo sería usar su poder para curarse? He aquí la respuesta.

Que esperaba que algún día, diera con ella.

FHS: THE SHADOWSWhere stories live. Discover now