23. Samantha (Junio 2016)

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13 de julio, 2016

Thomas's Battersea School, Londres

La hora del patio es la hora más esperada por todos los niños en el horario escolar, son 30 minutos de libertad absoluta para poder correr, gritar, jugar, etc. La pequeña Eleanor no era ajena a este gusto, después de una larga jornada de aprendizaje su cabeza necesitaba un respiro.

Normalmente lo que hacía era pasar el tiempo con sus amigas y amigos, y qué hacían? Pues jugar a los juegos clásicos de toda la vida, esos juegos que seguramente sus padres habían jugado en su niñez como el pilla-pilla, saltar a la comba, juegos de palmas, las rimas o los juegos en los que los niños pretenden ser otras personas.

Eleanor era una niña bastante social, por ende no tenía problemas en jugar con otros niños fuera de su círculo de amistad, bueno casi nunca.

— Miren a quién tenemos aquí, a su majestad — habló Samantha, una niña de ojos azules y cabello rizado oscuro y lamentablemente compañera de clase de Eleanor.

No era un secreto de que a Eleanor no le agradaba la niña, ya que ella y sus dos amigas más, molestaban mucho a todos sus compañeros de clase pero en especial a ella. Samantha siempre tenía algo que decir sobre la hija de William, y siempre la molestaba por lo mismo, por ser una princesa y bisnieta de la Reina.

— No me molestes Samantha – contestó la niña sin dejar de jugar con sus amigos.

— No estoy molestando su majestad, solo quería venir a decirte que vi una fotografía tuya este fin de semana en una misa y parecía que tenías cara de estreñida – declaró mientras sus dos amigas Helen y Ava se reían — Espero sinceramente que no te tomen más fotografías, todos nos ahorraríamos de ver tu fea cara en los periódicos y revistas — y sin más que decir hizo una imitación de una reverencia y se giró para irse.

Eleanor quien había visto todo de reojo, dejó su juego y le dijo antes de que se fuera — Su Alteza Real — contestó mientras cruzaba los brazos y miraba como esa niña se giraba para tenerla frente a frente. La pequeña Cambridge la miró con actitud ya que estaba cansada de sus palabras.

La castaña arrugó la frente — ¿Qué?

— Lo has dicho mal, Su Majestad es la Reina, yo soy Su Alteza Real. Necesitas unas clases de protocolo con urgencias — dijo mientras escuchaba como los demás niños reían.

— No me importa — se defendió Samantha.

— ¿Y qué fue eso, me puedes explicar?

— ¿Qué cosa? — preguntó la otra niña.

— Eso que hiciste, ¿acaso fue una reverencia? Porque si lo fue, déjame decirte que es la peor reverencia que he visto en mi vida, y eso que he visto muchas. Debes practicarlo más — todos comenzaron a reír mientras Samantha se ponía roja de vergüenza y de molestia.

— A mi no me interesa eso, no tengo nada de que practicar — también cruzó los brazos.

— Pues deberías, ya sabes, algún día me tendrás que hacerme reverencia, seré tu reina.

— Tu nunca serás mi reina.

— Claro que si, así que anda practicando, ¿qué tal si comienzas ahora?

— Nunca lo haré y menos a ti.

— Qué pena, espero que tus padres no te extrañen cuando ya no vivas en este país.

— ¿De qué hablas?

— Seré tu reina y no me harás reverencia, tendré que exiliarte a otro país y no dejar que vuelvas.

Princess Eleanor (Pequeñas historias)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora