Princess Eleanor (Pequeñas historias)

10. Royal Tour (Junio 2011)

30 de Junio, 2011

Ottawa, Canadá

Lidiar con un pequeño de dos años no es fácil y mucho menos cuando se está a 10 mil metros sobre la tierra y a punto de aterrizar a unos de los eventos más importantes para la Familia Real.

Ese día Eleanor no tenía muchas ganas de obedecer a sus padres, se sentía fastidiada y aburrida.

Kate, quién estaba arrodillada para hablar con su hija suspiraba por quinta vez — Tenemos que cambiarte de ropa Eleanor, mira que vestido tan bonito.

— No quiero — Respondió la niña mientras se sentaba en el suelo y tapaba su cara con sus pequeñas manitas.

— ¿Y quién se pondrá este lindo vestido si tú no quieres?

— Yo no quiero, no mami.

William suspiraba por el comportamiento de su hija, no era un buen día para ella, ya desde que despegaron la pequeña se notaba fastidiada, habían llegado al aeropuerto muy temprano, no había comido de desayuno sus cereales favoritos y por último, su pequeña siesta fue interrumpida por las contantes turbulencia que hubo en todo el viaje.

— Vamos Ellie, hazle caso a mamá y déjate cambiar de ropa — Le dijo el príncipe a lo que recibió una negativa muy fuerte.

— ¡NO! — Y acto seguido la pequeña se terminó echando en el suelo.

— Si te pones el vestido, cuando lleguemos podrás comer de postre helado, un gran helado de chocolate y vainilla.

— ¿En serio? — Respondió Kate mientras miraba a su esposo con desacuerdo.

— ¿Qué?... Es un buen trato ¿Verdad Ellie? — La niña no dijo nada — Nos queda poco tiempo antes de aterrizar y ella tiene que estar cambiada y de buen humor.

Sonó un leve golpe de la puerta de la pequeña habitación en la que estaban. William fue a abrirla encontrándose con María, la niñera de su hija, el príncipe se hizo a un lado para que entrara.

— Las cosas de Eleanor ya están ordenadas — Anunció la española.

— Gracias María. Tenemos un problema — Dijo la joven madre mientras señalaba a su hija quién seguía en la misma posición en el suelo.

— Veo a una pequeña renacuaja qué está media escondida... Y puedo ver sus pequeños pies — La niñera empezó a decir mientras se acercaba a la pequeña quien al oírla empezó a tratar de esconder sus extremidades — Miren, aquí está — Siguió mientras se ponía a lado de ella y le hacía cosquillas, la niña soltó una gran carcajada que hizo retumbar toda la habitación — ¿Y por qué no estás vestida?

— No quiero — Dijo la niña mientras hacía un puchero.

— Alguna vez te conté sobre una pequeña hada que tampoco quería ponerse su vestido y se perdió de una gran tarde divertida llena de juegos — La pequeña escuchó con atención y negó con la cabeza — ¿Quieres saber lo que pasó?

— ¡Si! — Gritó, los cuentos eran la mayor debilidad de la pequeña a parte de los helados.

— Bueno, qué tal si nos sentamos en la cama, te voy poniendo este vestido y te cuento sobre la historia de la hada.

— mmmmm... Está bien — Dijo mientras de levantaba del suelo.

— Yo haré que se cambie de ropa y que esté presentable para la llegada.

— Gracias María — Dijo el padre de la menor y decidió salir de la habitación. Catherine necesitaba terminar de hablar con su asistente sobre los próximos eventos que tendrían así que decidió salir detrás de su esposo.