CAPÍTULO 24

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—¿No estoy soñando, no? —preguntó Alma a punto de llorar.

Las lágrimas acumuladas en sus ojos no la dejaban ver del todo bien la cancha en donde los chicos estaban gritando y saltando a la par que todo el resto de los argentinos y argentinas en el estadio. Todo el mundo cantaba y festejaba pero ella no podía terminar de procesar lo que sus ojos estaban viendo y sus oídos escuchando.

—No, somos finalistas del mundial. —Alejo la miró con una sonrisa en su cara y ella no tardó en abrazarlo con todas sus fuerzas, incapaz de decir algo más.

Algunos jugadores, incluyéndolo a Lautaro, empezaron a acercarse para dar entrevistas y tanto Alma como Alejo, fueron a verlas rápidamente a la pantalla de la habitación.

Tanto para la semifinal como para el último partido de la competencia, se había decidido que los dos ganadores del concurso tuvieran la oportunidad de disfrutar la experiencia desde un palco VIP por lo que tenían un televisor inmenso en la habitación, junto con un sillón y una heladerita con comida y bebida, además de unos asientos desde donde se podía admirar el partido de una manera increíble.

—Ahí va a hablar Lautaro —le avisó su mejor amigo completamente emocionado.

—Y a pesar de que hoy no jugaste, ¿cómo te sentís con el partido en general? —preguntó la entrevistadora—. ¿Lo viste bien al equipo? ¿A las estrategias? ¿Pudieron concretar el juego que tenían pensado?

—La verdad que sí —contestó contento—. Sabíamos lo que iba a ser jugar contra un equipo como Croacia y por suerte pudimos llevarlo bien.

—Bueno y de Julián y de los dos goles que metió, ¿qué podés decir?

—Que es un jugador increíble la verdad. Agarró la pelota y fue a meter gol sin importarle nada de lo que pasaba alrededor. —Estaba relajado, feliz por el resultado y eso la hacía sentir bien.

—Para terminar, ¿algo que quieras decir o alguna persona a la que quieras agradecer?

—Sí, a mis papás que me apoyaron desde el día uno y sé que nunca van a dejar de hacerlo, a este equipo hermoso que se formó, al cuerpo técnico, a todos mis amigos por estar siempre ahí y a mi novia por ayudarme a levantarme y seguir cuando las cosas se pusieron complicadas. —Parecía completamente seguro de lo que estaba diciendo—. El mundial es una competencia muy exigente y demandante y siempre es bueno frenar, apoyar los pies sobre la tierra y descansar un poco.

—Muchas gracias y las mejores de las suertes para la gran final —se despidió la entrevistadora con una sonrisa inmensa.

—Gracias a vos.

Alma se miró con su mejor amigo, sin poder creer lo que acababa de decir el número veintidós delante de tantas personas. Nadie además de ellos, sabían sobre su relación pero él se había mostrado tan cómodo confesándolo y hablando de eso en plena entrevista, que ella sintió una felicidad indescriptible. Sus miedos y la incertidumbre sobre lo que iba a pasar cuando todo esto terminara, iban desapareciendo de a poco. Lautaro estaba tan seguro de que lo suyo iba a funcionar que Alma se estaba dejando llevar y estaba decidiendo confiar más en todas las cosas positivas de su relación.

—¡Boluda, acaba de decir en televisión abierta que tiene novia! —gritó Alejo, sobresaltándola—. ¡No lo puedo creer!

—¿Estoy soñando? Repregunto por las dudas. —Se pellizcó el brazo, no pudiendo creer nada de lo que estaba pasando.

—Que no —se rió—. Estás cien por ciento despierta y sos una de las personas con más suerte que conozco.

—Ya te va a dar bola algún jugador, tranquilo —lo jodió, haciendo que se riera todavía más fuerte.

Un mundial diferente | Lautaro MartínezTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang