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Nunca esperé escuchar esas palabras saliendo de la boca de Kim Doyoung, y aún menos esperaba estar en el borde de la piscina de su casa, mirándonos frente a frente con él semi desnudo en el agua

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Nunca esperé escuchar esas palabras saliendo de la boca de Kim Doyoung, y aún menos esperaba estar en el borde de la piscina de su casa, mirándonos frente a frente con él semi desnudo en el agua.

—¿Por qué te molestarías en protegerme? Arriesgaste más tu situación.

—Yo-…— boqueó un par de veces antes de mirarse a sí mismo —¿Quieres entrar?

Ladeé la cabeza con confusión.

—¿A la piscina?

—Sí, el agua es bastante atemperada— miré a ambos costados, insegura —puedes entrar con ese pijama, no te preocupes, no es necesario que tengas traje de baño.

No supe qué hacer, hace un momento estábamos hablando sobre la situación de Kihyun y ahora me invitaba a entrar a su piscina.

—No estoy segura.

—Anda, ven— me animó —te vendrá bien nadar un poco, además, de todo lo que te pasó, esto sería lo más normal.

El agua se veía cristalina y un ligero vapor salía, confirmando que estaba atemperada. Y pensándolo bien, me vendría de maravilla poder relajarme en el agua después de estos días.

Asentí luego de unos segundos y me quité las sandalias que me habían prestado, quedando en una polera bastante ancha y un buzo de tela delgada, que seguro era de la señora Kim.

Y suponía que la polera era de alguno de los chicos.

Habían unas escaleras metálicas a un lado, así que fui ahí con cuidado y me puse de espaldas a Kim Doyoung, sujetando el agarra manos y tocando la primera escalera.

Fue hasta la segunda que el agua me llegó y me dio un escalofrío de lo refrescante que se sintió.

En el tercer escalón, sentí las manos de Kim Doyoung en mi cintura, me agarró con fuerza y me hizo llegar al piso de la piscina fácilmente, evitando que pise las otras escaleras.

Cuando volteé a verlo, nos quedamos en silencio y yo tiesa, sintiendo la ropa pegarse a mi cuerpo en un instante.

Y me lanzó un tanto de agua a la cara.

Abrí la boca con indignación y escuché su risa.

—Disfruta un poco, Choi Nara, te hace falta.

Y le tiré agua de vuelta, aunque a él no pareció afectarle en lo más mínimo.

—Yah, no es justo, tú tienes una ventaja— me volvió a tirar agua y lo sentí entrar en mis ojos —¡Yah, Kim Doyoung! — exclamé tapando mi cara.

Dentro del agua traté de patearle, pero él agarró mi pierna y me empujó hacia atrás, provocando que termine dentro del agua hasta la coronilla antes de salir boqueando.

Con los ojos cerrados por culpa de las gotas que entraron, fui hasta él, levantando los brazos para poder encontrarlo, aunque sólo escuché su risa.

Y yo también empecé a reír, abriendo mis ojos a la fuerza y viendo su gran sonrisa.

CRESCENDO | Kim DoyoungDove le storie prendono vita. Scoprilo ora