Capítulo 48: Bajo control

Magsimula sa umpisa
                                    

—Nube —apretó los labios y negó con la cabeza—, ahora no.

Sentía que la cabeza me iba explotar, mi enojo subió de cero; a mil, en cuestión de segundos como si me hubieran encendido la mecha de una explosión.

—¿Ahora no? ¿Y cuando sí? —sentí mi voz ir en aumento— ¿Cuando se me olvide y nunca me des una explicación de por qué en nuestra casa hay unas putas cámaras de vigilancia?

Hades pestañeó un par de veces sorprendido por mi cambio de humor repentino y alzó la palma de las manos como si quisiera hacer la paz o temiera que me saliera fuego por la boca.

—Por seguridad Nube —explicó con tono que intentaba ser dulce—, ¿no ves lo que acaba de ocurrir? Las cámaras están aquí desde que llegamos, son tan obvias que no creí que debía decirte.

Señaló las esquinas del techo que tenían un modelo de lienzo negro triangulares, donde a simple vista no eran nada notables, puede que se vieran unicamente si mirabas fijamente y veías el destello del vidrio redondo.

Pero sentía que no era cierto, sentía que Hades lo había hecho apropósito para de alguna manera espiarme aquí cuando se iba de viaje, como hizo con el collar rastreador antes.

Sentía que no podía dejar mi enojo de lado, ni siquiera me había dado cuenta en qué momento Demetri había desaparecido, como si quisiera alejarse de este momento incómodo de una discusión intima de pareja.

—¡Pudiste haberlo dicho! ¡Maldita sea, Hades! —grité ahora histérica y Lasaña entró a la sala empezando a ladrar mientras corría en círculos—, ¡Estoy harta de que todo lo que ocurra en tu vida lo guardes para ti y me excluyas! ¡¿Hasta cuando será esto?!

Hades pestañeó un par de veces y dio un paso hacia mí pareciendo entre sorprendido y preocupado, creo que nunca me había alterado de esta manera, antes estaba toda triste e intentaba simplemente mostrarme tranquila pero ahora era como si el enojo me hubiera dominado y no pudiera detenerlo, sentía mis manos temblar, mi rostro rojo y la impotencia hacer que mis ojos se cristalizaran.

—Nube, necesito que te calmes. —dijo Hades con la voz más suave que hace un momento dando otro paso hacia mí, pero yo salté sintiendo que votaba fuego por la boca, ni siquiera el sexo me había logrado aplacar mi resentimientos reprimidos, ni la alegría de estar bien.

—¡SE SUPONE QUE ESTAMOS CASADOS! —grité, el perro no paraba de dar vueltas y ladrar.

Hades dio otro paso hacia mí y me tomó los brazos con sus manos.

—Respira —susurró.

—¡NO ME DIGAS QUE RESPIRE! —grité sintiendo que mi pecho se oprimía e intenté soltarme de su agarre. Hades al ver que iba a ponerme a gritar como una completa loca, alzó la mano frente a mí y chasqueó los dedos frente a mis ojos diciendo:

—Duerme.

Todo se apagó dentro de mí y caí profundamente en los brazos de Morfeo.

*******

Abrí los ojos y tragué pesadamente saliva al sentir mi boca reseca, relamí mis labios y miré alrededor, estaba en mi habitación, la luz estaba apagada, miré la hora en mi teléfono, eran las 3 de la mañana, uhm, ¿dónde estaba Hades?

De repente los recuerdos de lo ocurrido antes de aparecer aquí en mi habitación, vinieron a mi cabeza, yo gritando histérica, mi rostro rojo, mis manos rojas y temblorosas, Lasaña ladrando mientras daba vuelta en círculos...

Pasé una mano por mi rostro sin poder creer lo que hice, mis emociones se disparaban como locas, a veces me alteraba demasiado, o me sentía muy debilucha llorando por los rincones, e incluso decía cosas que en un plano normal nunca hubiera querido decir, por más que intentara controlarme era tan... dificil.

Tenía que calmarme, ahora que Hades se había acercando a mí, no quería alejarlo.

Miré el pote de pastillas en la mesa de noche de Hades, la tomé con curiosidad y la agité; sonaba casi vacío, cuando la abrí, me di cuenta de que quedaban solo dos. Fruncí el ceño, si no estaba mal, estas estaba casi llenas hacía unos días cuando la vi, ¿Hades estaba abusando de las pastillas?

Lasaña hizo un ligero bufido en el suelo como si quisiera llamar mi atención y alzó las orejitas, sus ojos claros resplandecieron en la oscuridad.

—¿Donde está Hades? —le pregunté.

El perro miró hacia la puerta fijamente y entonces la puerta de la habitación se abrió.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

************************************************

Hoy dos capítulos :D pero recuerda votar y comentar muuuchooo :D

Tuya y mío #4 (completa)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon