15.

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Levi se sintió molesto cuando, apenas llegar a su departamento luego del viaje de estudio, se topó con más de una docena de llamadas perdidas de Mike y miles de mensajes. Sus planes de descansar quedaron frustrados cuando leyó que había surgido un improvisto con las acciones de la constructora, retrasando la compra final.

Había dejado en orden el asunto de la constructora antes de irse, justamente para evitar ese tipo de problemas. No tenía idea de que podría querer comunicarle Zacharius tan urgentemente, si a su parecer todo estaba perfectamente detallado en el informe.

Así que la mañana siguiente cuando tuvo que cancelar sus clases de primera hora para partir hacia la empresa más temprano que de costumbre, maldijo miles de veces. Ese imprevisto fue un detonante a sus esquemas de organización, y él no funcionaba correctamente cuando lo sacaban de su rutina bien planificada.

¿Cuándo podría recuperar la clase perdida? Tendría que reprogramar absolutamente todo, y eso no haría más que atrasarlo a él y a sus alumnos.

Estaba cansado y de mal humor, lo suficiente como para irritarse ante la más mínima cosa. Por eso, no resultó raro que al chocarse con un hombre rubio, barbudo y desaliñado en la sala del lobby, simplemente arrugara la nariz disgustado antes de gruñir y encaminarse a su oficina, tropezando también con los subordinados de Nile Dok, Petra y su escuadrón de amigos.

Rodó los ojos con fastidio al ver como le dedicaban miradas recelosas, particularmente la pelirroja. Seguro les habría dicho a sus compañeros que era un idiota, un insensible, el peor de los cabrones, pero eso poco y nada le importaba. Él iba a trabajar, no a preocuparse por lo que los internos comentaban, porque a fin de cuentas, vivía del aire y no de las opiniones.

Con su típica indiferencia los rodeó hasta llegar a su oficina, donde se dejó caer en la silla para recargarse sobre los codos y enterrar el rostro entre las manos.

Tenía tanto sueño que los ojos le picaban y la cabeza le daba vueltas. Si bien su naturaleza le impedía el dormir más de seis horas por día, realmente necesitaba recuperar energías luego de un fin de semana agitado. 

Bufó por lo bajo al escuchar los insistentes golpes en su puerta, y se acomodó mejor, adoptando una postura firme.

—Adelante. —siseó desganado—

Un hombre de semblante aparentemente aburrido se coló por la puerta, mostrando un sobre en su mano derecha. A Levi le tomó un rato largo reconocerlo.

Era el interno de Nile Dok, ese que disfruta de imitarlo en todo lo que hacía. Todavía recordaba lo extraño que le había parecido que copiara su cravat.

El tipo realmente le daba una vibra escalofriante.

El subordinado carraspeó, cambiando su indiferente mirar por uno con dejes de decepción.

—El jefe Nile envía esto para usted, señor Ackerman.

El más bajo lo recibió sin hacer preguntas, y tras casi un minuto, entendió que ese interno parecía no tener intenciones de irse.

—Si tienes algo que decir, hazlo ya, no tengo toda la mañana. —espetó, con tono fastidiado—

Auruo Brossard torció los labios mientras se enderezaba, sacando el pecho y poniendo su mejor cara.

—¿Sabe? Siempre lo admiré mucho, señor. Me esforzaba por imitarlo porque me decía a mi mismo que usted era una persona talentosa, inteligente y eficiente, pero ahora me doy cuenta de que no es tan maravilloso como yo creía. Lo que le hizo a Petra, tratarla de esa manera, jugar con ella así... Es usted muy poco hombre.

Complete Mess [Rivamika] Where stories live. Discover now