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* * *

Levi chequeó su reloj de pulsera vagamente mientras esperaba pacientemente el ascensor para dirigirse a la oficina.

Gracias al nuevo acuerdo al que Mike y él habían llegado, su carga horaria se reduciría a cinco horas diarias, pero a cambio, debería demostrar que era capaz de maximizar el rendimiento de sus funciones. A menos horas, mayor esfuerzo. No podía quejarse, era un acuerdo por demás justo.

Con el inicio de las clases en Paradis, necesitaba un par de horas que le permitieran acomodarse entre ambos trabajos. 

—Buenos días señor Ackerman. —exclamó un interno—

El ojiazul hizo un leve gesto con la cabeza a modo de saludo para Erd, quien se quedó mirándolo largamente con cierta curiosidad. Le intimidaba un poco tener que compartir el ascensor con él.

Para nadie en la compañía era un secreto que Levi Ackerman era un hombre difícil de tratar. Era un verdadero apasionado por el trabajo. De hecho, gracias a su capacidad de predicción y su ojo experto a la hora de hacer negocios, las acciones de la empresa habían aumentado considerablemente durante los últimos años.

El CEO Mike Zacharius confiaba ciegamente en él, lo que le confería un cierto respeto superior. Un respeto que los internos también profesaban. Aunque trabajar bajo sus órdenes era una tarea compleja. Su departamento era uno de los menos numerosos, justamente por la exigencia de los requisitos.

No cualquiera estaba a la altura para ser subordinado de Levi Ackerman.

—Supe que están analizando una futura inversión, espero que pueda decidir lo más conveniente para nosotros.

Poco interesado, Levi asintió con la cabeza, dejandole ver a Erd que lo había escuchado.

Para cuando las puertas del ascensor se abieron, a paso despreocupado, Ackerman se encaminó hacia su oficina, mientras Erd partía hacia su departamento, que quedaba en la dirección contraria.

Estaba seguro de que cierta compañera pelirroja suya se alegría de saber que Levi Ackerman había rotado de horarios.

* * *

Levi leía y releía documentos e informes, tachando y descartando fallas, anotando sugerencias y correcciones.

De repente, su asistente Nifa apareció con una delicada taza, adornada por las iniciales "L.A" en una cursiva de grabado fino.

—Su té, señor. —dijo, depositandolo con cuidado sobre el escritorio—

—Nifa. —exclamó sin despegar sus azules ojos de los papeles que todavía sostenía entre sus manos—

—Sí, señor.

—Necesito que busques a los internos Marlowe Freudenberg y Hitch Dreyse. Que vengan de inmediato.

—Por supuesto.

Obedeciendo a las órdenes de su jefe, Nifa envió a los internos, y al cabo de unos segundos, una chica de cabello rubio y un chico de cabello extraño aparecieron en su oficina con rostros afligidos. 

—Nos mandó a llamar, señor. —susurró un preocupado Marlowe—

—¿Qué son estos informes? —cuestionó fastidiado— Son un desastre, no puedo trabajar con algo como eso. Rehaganlos, ya señalé detalladamente lo que cada uno tiene que cambiar.  —dijo dejando los documentos sobre el escritorio para que los tomaran— No puedo estar perdiendo tiempo con errores tan estúpidos. Tuvieron días de más para escribir esto, así que me pregunto, ¿por qué parece que fue hecho por niños de preparatoria? Es inaceptable. Quiero los nuevos informes aquí en mi escritorio cuanto antes.

Complete Mess [Rivamika] Where stories live. Discover now