Venus; hija de Afrodita..y extrañamente reclamada por Poseidon..
Venus Odair era una joven de espíritu libre y corazón valiente, nacida y criada en el Campamento Mestizo. Desde pequeña, había demostrado una determinación inquebrantable y una curiosi...
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𝐕𝐄𝐍𝐔𝐒 𝐎𝐃𝐀𝐈𝐑
Estaba a punto de abrir la puerta cuando alguien salió de allí. Me asusté, y seguro que él también, porque saltó, murmuró un "perdón" y se dirigió hacia la baranda para apoyarse. Era un chico, posiblemente unos 7 cm más alto que yo, tez blanca, pelo rubio con rizos y ojos azules como el océano. A pesar de su atractivo, lo dejé ir sin darle mucha importancia y entré. Mi cabeza aún me dolía y cada vez más, mientras buscaba a alguien pude ver de reojo a una persona y sin dudar fui hacia ella.
Cuando lo vi, me quedé estática.
- Grover, ¿eres tú? -pregunté mientras me frotaba los ojos. Tal vez el golpe me estaba afectando más de lo que pensaba, pero no, era él. Había vuelto, como Luke había dicho - - ¡GROVER! ¡ERES TÚ, VOLVISTE! -sorprendida y emocionada, corrí para abrazarlo.-
- AVA! -sin dudarlo, aceptó el abrazo- ¿Qué haces acá? ¿Te pasó algo? -preguntó, alejándose para revisarme. -
- Nada grave. A veces me creo un mono, me caí, me pegué y me desmayé. ¡PERO NO ES NADA! Solo quiero algo para el dolor. -dije, sonriéndole mientras él me miraba con una expresión de preocupación. - Por cierto, ¿quien era el chico que salió? -pregunté con curiosidad-
- ¡Cierto, Percy, gracias por acordarme! Ah y se llama Percy Jackson. -dijo y salió corriendo en busca del chico.-
- Percy... ¿como el Dios Perseo...?
No me respondió porque cuando me di cuenta, él ya se había ido. Salí en su búsqueda, a donde sea que hubiera ido. Luego me di cuenta de que estaba a unos metros de mí, con Dionisio y ese chico, Perseo, no, Percy Jackson.
Caminé a paso lento y con pisadas silenciosas, me detuve cerca de la puerta. Parecían estar murmurando algo, así que no me acerqué demasiado. Sin embargo, Percy volteó y luego Grover. El chico rubio ignoró mi presencia, así que me acerqué al peli negro.
- Disculpe, alteza. -soltó. Escuché cómo Dionisio se quejaba y yo volví mi vista hacia otro lado para no reír- Creo que mi papá podría estar por aquí. No sé cómo buscarlo, no sé ni cómo se llama, pero tengo que verlo. Creo que eso es lo que necesito -dijo con algunas pausas. Luego lo entendí, esto iba en serio- ¿Puede ayudarme? -preguntó. -
Por un momento, sentí lástima por él. Era como todos los demás del campamento, era como yo, sin rumbo y buscando respuestas, y espero que las consiga.
- De hecho, creo que lo haré. -contestó el Dios Dionisio con un leve asentimiento. Miré a Grover, confundida, pero él tenía su vista puesta en el rubio- ...hijo. -abrí mis ojos, confundida y sorprendida. No tenía idea de qué hacía aquí, pero me estaba gustando. Toqué el brazo de Grover para que me explicara, pero solo movió su cabeza con un "no". Pobre chico. Hasta yo me ilusioné. -
