XVII

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—¿Quién es? —preguntó Yoongi, apoyándose en el escritorio de su administrador y cruzando los brazos por delante del pecho.

Era bastante temprano, pero Saunders ya estaba trabajando en su despacho.

—Hugh Garnett —contestó el administrador⁠— Sus tierras están al otro lado del valle, su madre era la hija de un barón. Le están yendo bastante bien las cosas. Compró más tierras después de tomar posesión de la herencia de su padre hace un par de años. Es un caballero con cierta influencia.

—¡Vaya! Conozco a Hugh Garnett. —⁠ Yoongi frunció el ceño⁠— Es sobrino por parte de padre de la señora Lumbard, una de las mejores amigas de la marquesa. No me sorprende demasiado. Pero ¿por qué crees que se ha metido en este asunto, aparte del hecho de tener motivos para detestarme? No es de los que hace algo de balde.

—Ha demostrado cierto interés en lady Chastity —⁠contestó Saunders⁠— pero sin que la dama en cuestión ni la marquesa le den alas. Aunque sí vino un día para tomar el té con su tía, la señora Lumbard, y su prima cuando estas regresaron de Bath. Sería un magnífico enlace para él, por supuesto, sobre todo si va acompañado de la bendición de la madre de la dama.

—Y más aún si me quitan de en medio para que no les arruine los planes, ahora que estoy comprometido y a punto de casarme —⁠añadió⁠— Estoy convencido de que mi tía ha reclamado la presencia del reverendo Calvin Moore no solo para cortejar a Constance, sino también para obtener consuelo moral. Como siempre, controla su pequeño mundo con mano de hierro, ¿verdad?

Se puso en pie y se acercó a la ventana.

Desde ella se contemplaba la ladera de la colina.

Una vista hermosa de todas formas.

El huerto de la cocina y los jardines estaban en esa zona, así como unos cuantos invernaderos.

Más allá, comenzaba un sendero que serpenteaba hacia arriba entre los arbustos y alcanzaba las plantas silvestres que crecían cerca de la meseta superior.

En ese momento recordó lo que le había dicho Constance y se giró para observar a Jim Saunders.

Era un caballero que rondaba los treinta años, tal vez algo más joven, que heredaría una modesta fortuna y una pequeña propiedad a la muerte de su padre, aunque tenía un hermano más joven y varias hermanas que quedarían a su cargo.

Era un hombre de aspecto agradable y un trabajador incansable.

Resultaba fácil entender por qué Constance, que había crecido aislada de los hombres de su misma posición social, podía verlo como el hombre de sus sueños.

¿Correspondería Saunders sus sentimientos?

El administrador estaba sentado al escritorio, con la vista clavada en un libro de cuentas cerrado y una expresión indescifrable en el rostro.

—Debe comprender, milord —le dijo con estudiada formalidad⁠— que llevo poco tiempo aquí y aún no me he formado una opinión de todos los habitantes de la mansión y de sus alrededores. No conozco bien a la marquesa y no pretendo conocer sus motivos. Como tampoco lo conozco bien a usted. Pero soy consciente de que mi lealtad le pertenece a usted, no a su tía.

Era una respuesta meticulosa.

En absoluto servicial.

—De manera que no está seguro de que las acusaciones de las que me advirtió con tanta urgencia encierren cierta verdad —⁠replicó⁠— Se está preguntando si trabaja para un asesino desalmado.

—Me gusta creer que no es así —⁠le aseguró el administrador.

—Gracias. —Lo estudió con más detenimiento⁠— ¿Cómo se enteró? Nadie ha dicho nada desde que llegué. El alguacil no ha aporreado mi puerta para arrestarme. ¿Quién se lo dijo?

леко скандално YoonMinWhere stories live. Discover now