Mi sangre en sus dedos | Derek x Stiles.

Capitulo 5

Stiles no había estado haciendo nada más que sentir dolor, en una cama de hospital en esta habitación fresca e iluminada y sala de laboratorio.

Derek no hizo mucho a su alrededor más que dejarlo sanar para su futura experimentación.

Aún incapaz de hablar y con un incómodo aparato ortopédico en el cuello, se sentía inútil y vulnerable, especialmente cada vez que Derek podía perder el control si alguna vez activaba accidentalmente al monstruo.

En este día, pudo sentarse solo mientras apoyaba su espalda en la cama, solo miró su reflejo observando de cerca si alguna vez brillaba una vez más, pero a través de todas esas horas desperdiciadas, sus ojos nunca brillaron, no puede. obligarse a hacerlo.

Escuchó la apertura de la puerta de metal, probablemente era hora de cenar.

'Lidia.' Pensó para sí mismo, todavía enojado e implacable como debería.

Se giró lentamente para mirar hacia la puerta ignorando el dolor que le causa, está cansado de tratar de no sentir dolor, pero ese fue su propósito desde el principio en este lugar, sentirá dolor por el resto de sus días hasta que se recupere.

Se quedó helado al verlo, no era Lydia sino su captor, Derek. Tiene una bandeja con comida y bebida en la mano, la dejó junto al soporte cercano y se sentó en la cama de Stile.

Su mera presencia provocaba escalofríos y latidos erráticos en todo su cuerpo.

"Te sacaré sangre". Dijo mirando a Stiles sin comprender.

"Pero come primero". Empezó dándole un vaso de esa agua viscosa que le ha estado asaltando la garganta. Lo alcanzó y lo miró por un momento desahogando su dolor y luego Stiles espetó.

Lo único que sabía era que lo habían empujado hacia abajo en su cama, destrozado por un dolor que se extendía como el fuego.

Eso es lo que obtienes al derramar agua repugnante sobre un lobo todopoderoso, lo que Stiles hizo debido a su ira.

El dolor en su cuerpo fue recibido por una bofetada que lastimó su cuello por el impacto.

STILES

Perdí el control y le salpiqué agua en la cara, no sabía por qué.

Al segundo siguiente estaba inmovilizado en mi cama, el dolor en mi cuello y espalda se complementó con una fuerte bofetada que me hizo reprimir un gemido ahogado.

"Cómo te atreves." Gruñó enojado apretando los dientes, con la boca cerca de mi oreja.

Soy plenamente consciente de que fue una mala idea, pero si metieras los pies en mi zapato, en la misma situación probablemente también perderías la calma.

"Lo intenté..." continuó jadeando de ira como una
máquina humeante.

"Traté de hacerte las cosas fáciles, maldito roedor". Añadió.

"¡¿Quieres que las cosas salgan por las malas?! Bien." Terminó cumpliendo su palabra arrancándome el collarín como si fueran migajas, dejando al descubierto mi cuello vendado.

"No- Pl-" traté de decir, pero cada palabra dolía como cuchillos. Sujetó mis dos muñecas y las colocó sobre mi cabeza, la dextrosa se desprendió por la presión.

Me desabrochó la camisa como si fuera papel y enterró su rostro en mi pecho, mordiendo y mordisqueando, hasta que llegó a chuparme el pecho.

"Hhmph..." Gemí arrepintiéndome mientras el dolor me abofeteaba por la sensibilidad de mis pezones.