Extra: amigos y familia

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En la azotea de una familiar hamburguesería y punto de reunión por excelencia, se podía ver a un grupo variopinto de amigos pasar el rato platicando, ya que al no tener presente a su alegre amigo rubio y sus travesuras no tenían mucho en que ocupar la tarde de un viernes.

- Oye, a todo esto, que quiere decir Boruto con "energía maldita" -

- Me he estado preguntando lo mismo, lo escucho hablar de eso algunas veces, pero no lo entiendo -

- Sobre eso, hace tiempo un estafador fue invitado a su cumpleaños y le empezó a contar sobre las malas energías y como sus bendiciones protegían a la gente, Boruto le creyó todo, desde entonces ha frecuentado templos y demás cosas relacionadas. -

- En realidad no suele hablar mucho de eso, pero todos saben que le interesa -

- Boruto a veces es demasiado crédulo, incluso dijo que se convertiría en hechicero, debieron haber visto la cara de los que estaban en la fiesta-

-El patriarca de los Hyuga incluso se desmayó -

-Lo peor de todo fue que ese charlatán fue invitado por el séptimo y logro escaparse intacto –

Eso trae risas al grupo, incluso Mitsuki lo encontró divertido, ninguno de ellos podía creer que alguien que siempre está ocupando uno de los primeros lugares de la escuela por su inteligencia pueda ser tan crédulo, lamentablemente, las risas no duran lo suficiente, las anormalidades parecieron llegar de todos lados y con ellas empezaron a notar cosas que antes no podían o no les daban importancia, como el conocimiento casi antinatural de su amigo, su aparente sexto sentido para encontrar y resolver los casos de incidentes parecidos los de Denki y Metal que de alguna forma no fueron casos aislados  o la forma en que personas de diferentes edades se acercan pidiendo un momento del tiempo de su rubio amigo, hablándole con respeto a pesar de su edad, casi reverenciándolo.

Fue como si poco a poco la visión se les aclarara y por fin fueran capaces de reconocer la sensación extraña que parece envolver a Boruto con un agarre asfixiante, ese peso que parece siempre estar sobre sus hombros y que de alguna forma crea un muro entre él y los demás y que solo se deja ver en los raros momentos de debilidad del rubio.

Al final no les queda de otra más que aceptar que lo que dice su amigo no son solo palabras, si no verdades.

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Con los Hyuga.

Fue poco después de la que sería la última sesión de clases del joven rubio, cuando tanto los maestros como demás invitados no invitados se retiraron del recinto que el patriarca se acercó a su nieto pidiéndole que lo acompañara a pasear por un rato.

Caminaron tranquilamente mientras admiraban el claro trabajo que el menor había puesto en hacer volver la vida al antes olvidado jardín, el rubio camino un paso por detrás de su abuelo para mostrar su respeto a un mayor y darle algo de espacio, dejándole pensar en lo que sea que rondara su mente y provocaba el inusual silencio. Al final los pasos lo condujeron a las puertas de la estudio personal de su abuelo y Boruto podía contar con una mano todas las veces en las que entro, no había nadie en toda la casa que no supiera que el estudio estaba fuera de los límites para todos y que Hiashi Hyuga no debía ser molestado bajo ninguna circunstancia cuando estuviera dentro, era su lugar de relajación y meditación; a diferencia de las veces anteriores en las que se le permitía moverse libremente y admirar las colecciones en el estudio, al joven se le pidió que esperara un momento mientras el mayor se acercaba a la bella estantería de cerezo y tomaba con sorprendente delicadeza un par de libros y un exquisito juego de té para regresar al lado del menor, poniéndolos en su mano suavemente.

-Eran de tu abuela. Quería darte un regalo por terminar tus clases de ikebana y chadō, ella también era buena en ellos pero mis hijas nunca parecieron tener el toque necesario, fue una agradable sorpresa que tu lo heredaras aunque debí sospecharlo después de tu gusto por la jardinería.

Su abuela, Amami Miura, fue una mujer de ascendencia civil, dulce y amable, de apariencia elegante pero un tanto delicada que trabajaba como asistente en una hierberia preparando ungüentos y pasaba su tiempo libre cuidando del pequeño jardín en la parte de atrás de la tienda; pese a no ser o tener alguna conexión en el campo shinobi se hizo muy conocida en este círculo al inicio de la guerra cuando dio a conocer su increíble conocimiento en herbolaria, salvando a los shinobis que se vieron afectados por un veneno que no figuraba en ninguno libro por ser demasiado viejo.

- Su risa era como campanas de viento, su cabello tan liso como la seda y sus pequeñas manos ásperas y maltratadas por su oficio. Yo fui uno de los envenenados que tuvo la suerte de ser tratado personalmente por ella y puedo decir que fue amor a primera vista -

- ¿El clan estuvo de acuerdo con que te casaras con ella? -

- Bueno, la mayoría estaban en contra por su ascendencia y falta de habilidades, pero... como decirlo... ella logro que cambiaran de opinión rápidamente-

- Uso su encantadora y amable personalidad para ganarse sus corazones? -

- no precisamente... -

Después de eso el patriarca conto con alegría y lujo de detalle las travesuras que su amada esposa le jugaba a los entonces ancianos del clan o sus pequeños pasatiempos, las bellas palabras de su abuelo solo servían para resaltar el hecho de que su abuela era una total y absoluta salvaje que gustaba de aterrorizar a todo un clan, envenenar el té de su marido y tener un jardín de plantas cuestionables. El joven Usumaki salió de la oficina con el juego de té personal de su abuela y sus antiguos diarios herbolarios, mientras tanto el patriarca de la familia se encuentra feliz de que objetos tan queridos vuelvan a tener un dueño adecuado.

Amami Miura fue una mujer amable, elegante y el terror más grande que alguna vez piso los terrenos del lamentable clan Hyuga y Boruto la adora.

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Para Cookie_Vainilla:

Presentando a Amami Miura, abuela del año y terrorista biologico a tiempo parcial (solo contra los Hyuga)

¿Boruto? QUE MIE...Where stories live. Discover now