Arco: Academia 1

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Como se dijo antes, el tiempo es un concepto, por lo que Boruto ni siquiera sintió el par de años que le siguió a su pequeña y dulce epifanía, aparte de un duro entrenamiento físico por cortesía de su abuelo y tíos, él joven se enfrasco en una búsqueda del conocimiento jujutsu, juntando lo que aprendió del manga/anime y los pocos templos que quedaban en la aldea y que de alguna forma lograron sobrevivir a la guerra, importándole una hectárea de comino si sus familiares estaban a favor o si solo terminaba perdiendo el tiempo, lo haría de todas formas.

Él es así de obsesivo. ( ' ∀`)

Su forma de entrar en contacto con la anergia maldita fue a través del concepto más básico, la meditación, solo que en vez de hacerlo en la comodidad de su cuarto o la tranquilidad su jardín decidió buscar un lugar "saturado" de mala anergia y de todos los lugares que rondaron por su mente termino decidiéndose por el antiguo complejo del clan Uchiha, un sitio a las afueras de la aldea al que nadie quería acercarse por su historia, misma que lo hacía absolutamente perfecto, después de todo los lugares donde ocurrieron sucesos violentos suelen estar cargados de emociones y energías negativas, asi que, técnicamente debería funcionar, no tiene pruebas pero tampoco dudas.

Al final resulto tener razón y, después de un sinfín de meditaciones, podía sentir un sudor frio en la parte baja de su cuello cada vez que pasaba por ciertos lugares o si prestaba suficiente atención, podía ver rastros de humo negro que formaban caminos en el aire. Es uno de esos caminos el que lo lleva a su situación actual.

A solo dos días del inicio escolar y terminando de comprar algunas cosas extra de papelería (antes fue "la niña de las plumas" y así seguirá) que se encontró con un camino de humo, apenas tenía color, pero era más espeso que los demás, al seguirlo se topó directamente con la típica y cliché escena de intimidación, tres matones encerrando en un callejon a un niño bajito mientras le quitan dinero, un poco fastidioso, pero parece que el halo del protagonista esta activó y le toca ser el que intervenga.

Si la situación es cliché su entrada lo es aún más. Entrando al callejón y poniéndose frente al niño como un caballero de brillante armadura, jura que puede oler algo en el aire pero está muy distraído para identificarlo, los matones no esperaban que alguien interrumpiera y terminan mirándolo como si tuviera dos cabezas (¿qué pasa con esta gente tan grosera?), el ofendido rubio ignora lo que sea que digan los matones y los reduce a una pulpa, ¿los compinches decidieron unirse? No ahí problema, también hay para ellos. (✿◠‿◠)

Terminando con los matones necesita concentrarse en el niño, acercándose a él con el tono amable que usualmente está reservado para su hermana y los niños del hospital, el pobre chico está en el piso todo magullado, lleno de tierra y acunando su brazo, rápidamente busca alguna venda de repuesto e intenta vendarlo.

- Parece que tu brazo no está muy herido y solo quedara un desagradable moretón, soy Boruto por cierto, Boruto Uzumaki -

- Soy Denki Kaminarimon... gracias por ayudarme -

- No te preocupes no es nada, ¿puedes pararte? No creo que un callejón sea el mejor lugar para estar –

Boruto solo puede quedarse sorprendido, la trama realmente es algo más, se suponía que el encuentro con Denki sería un día antes de la academia y él tenía planes de salir dicho día pero como si el mundo lo supiera, la trama decidió presentarse de todas formas, diciendo claramente que no podría escapar, reto que se tomó muy, muy a pecho pero por el momento algo más llamo su atención, algo rojo en el piso.

(Son esos pétalos de rosa en el suelo?)

¡¡Qué miedo!! Esto es un shonen no un shojo de los 90.

¿Boruto? QUE MIE...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora