Capítulo 48 | Bienvenidos a casa

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No sabía con exactitud qué hora era y ya había olvidado a qué hora comenzó todo esto, solo sabía que era la madrugada. Al parecer nos llevó más tiempo de lo pactado por la claridad del día. Ya no avanzo por la oscuridad, ahora los rayos del sol me acompañan, mientras bañan de luz cada rincón de aquel horripilante lugar, también tocan mi piel.

Bajo la vista y me encuentro con mis manos llenas de sangre.

Cuando estoy a punto de abrir la puerta del copiloto del coche de Matthews algo me detiene. Algo no, mi padre. Me tomó del brazo y me llevó hacia su coche mientras maldice por lo bajo.

Y no deja de maldecir en todo el trayecto hasta casa.

Lo escucho con los ojos cerrados, no importa lo que diga, el creerá que estuvo mal haber hecho lo que hice y quizás en algún punto tenga razón, pero no iba a permitir que saliera ileso, que se quedara allí respirando... no lo necesitábamos con vida.

De seguro lo que hice estaba mal, muy mal. Pero no me arrepentía en absoluto.

No cuando aún tengo problemas para dormir, no cuando mis pesadillas giran en torno a él apareciendo en una calle oscura y llevándome lejos, no cuando escucho su voz, su risa mientras su padre me torturaba. Luc estuvo presente, viendo todo lo que me hicieron. No podría seguir adelante a sabiendas de que aún respira y vive su vida.

Aunque lo haya dejado herido... eso no era suficiente.

Así como tampoco lo era esto. Necesitábamos encontrar a South. Necesitaba encontrarlo cuanto antes pero al escapar todo se volvía más complicado. Esta vez no tendríamos tanta suerte, esta vez deberíamos hacer las cosas diferente y quizás me tomaría meses... no importaba. Estaba decidida.

Planearía la venganza perfecta y luego la llevaría a cabo sin ningún tipo de error, aunque eso me llevara mucho tiempo. Lo haría.

El golpe sordo de la puerta al cerrarse me trae de vuelta a la realidad, abro los ojos para ver a mi padre abandonar el coche de forma furiosa y lo sigo, conteniendo el impulso que me lleva a pedirle que no exagere. Cuando estoy a punto de abrir la puerta me detengo al ver el espejo retrovisor, toda mi piel se eriza al ver mi rostro reflejado. Un rostro lleno de sangre salpicada.

Como la noche de Nueva York.

Trago saliva y abandono el coche.

Me quedo mirando a Matthews, que se encuentra apoyado en su BMW sin apartar la vista de mi rostro. Mi padre pasa por su lado y escucho que le hace una pregunta en voz baja, pero no logro comprender. Solo veo que él asiente y mi padre también, con un deje de alivio.

—Hablaremos en el despacho —no me mira pero se que se dirige hacia mi.

Evito poner los ojos en blanco, hasta que recuerdo que me da la espalda y no puede verme, así que lo hago.

—¿Es necesario? —murmuro mientras camino detrás de él y noto la presencia de Matthews que nos sigue.

—Tenemos que hablar para ver cómo resultó todo y como seguir a partir de aquí, así que...

—¿Es necesario todo este drama?

Mi cabeza choca con su espalda tensa porque se detiene al oírme, se da la vuelta despacio y debo dar un paso hacia atrás por la intensidad con la que me mira. Mi espalda choca contra un cuerpo duro y trago saliva al darme cuenta que es Matthews.

—Ahora no estoy de humor para tus bromas, Maddox.

Es lo último que dice antes de darse la vuelta y abrir la puerta para entrar a casa, aprieto los puños a mis costados conteniendo la ira.

Traición y Sangre ✔ [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora