Capítulo 29 | El momento de la acción

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𝑴𝒂𝒅𝒅𝒐𝒙

Se podía sentir la tensión en el ambiente, con cada respiro que daba, el lugar se llenaba de más ansiedad. No pude sino recordar lo que mi madre siempre hacía y decía cuando tenía alguna presentación importante o cuando tenía que organizar un desfile de último minuto, lo sabía porque en muchas ocasiones ocurría cuando me encontraba de vacaciones con ella, era de las pocas veces que la veía sin su actitud superficial tan típica de Nora.

Cuando debía organizar un desfile importante y había un percance de último minuto ella lo solucionaba en el acto, como si siempre supiera que hacer. Solía creer que era la simple experiencia o suerte, pero me di cuenta con el correr de los años que en realidad Nora se transformaba en otra persona.

Igual que mi padre cuando se trataba de negocios. Ambos parecían dejar de actuar con tanta liviandad para preocuparse por cada detalle, nada más puede ocupar su atención. Una vez Nora me dijo que todo se trataba de prever siempre lo peor, es decir, no debemos pensar que todo saldrá bien, sino que todo puede salir muy mal.

Así que eran las cuatro de la madrugada y me encontraba en la sala de reuniones del club de Levi, era sábado y el lugar estaba repleto a excepción del último piso, donde nos encontrábamos con mi padre.

Sin mirarnos, sin dirigirnos la palabra desde hacía dos semanas. Estábamos a la espera de recibir novedades. En realidad, si el teléfono no sonaba era una buena noticia, era algo que él siempre decía, pero ahora solo podía pensar en que no era buena señal.

Era la primera vez que lideraba una misión y, aunque lo hiciera a la distancia, no podía evitar que algo se me escapase de las manos.

Ya había repasado el plan cientos de veces, los días previos y minutos antes de ahora. Lo había seguido haciendo aun aquí frente a mi padre, repasé los planos una y otra vez para asegurarme de que el tiempo estaba a nuestro favor. En cualquier momento debían estar atravesando la puerta de entrada todos sanos y salvos.

Todos. Sanos y salvos.

No podía evitar sentir ansiedad, sentir temor.

Había hablado con Will, él se encargaba de controlar las cámaras de seguridad que había en toda la ciudad y las que se encontraban en el puerto para que la policía no sospechara ni nadie pudiera verlos. Eso había salido bien.

Gracias al rápido y discreto informe que había hecho Jace hacía una hora supe que ya se habían hecho con el cargamento, tardaban exactamente cuarenta minutos en atravesar la ciudad, desde el puerto hasta el lugar de encuentro con los hombres designados por Sullivan, agregamos algunos minutos más por margen de error. Ya había transcurrido una hora exactamente.

Debían estar a punto de llegar.

Yo había conseguido el acuerdo y ahora lideraba la misión, tenía que salir perfecta porque de esto dependía el cómo sería vista por todos los demás. No importaba si era hija del Don, si no me podía hacer valer por lo que lograba de nada servía y así nadie me respetaría. Si esto no salía bien...

—Deberías calmarte, mia cara —alcé la vista, apartándola de los planos frente a mí para posarla sobre mi padre. Lo conocía lo suficiente para notar el tic en su mandíbula y el movimiento inquieto de su pierna, estaba tan nervioso como yo—. Todo saldrá bien, sé que esto es importante para ti...

—¿Lo sabes? —pregunté con brusquedad.

No había dormido en una semana y el hecho de que entre nosotros todo estuviera tenso no ayudaba a sentirme menos irritable. A eso había que sumarle que no había dejado de darle vueltas al asunto de Luc, Max había estado más distraído y distante que nunca estos días pero se lo atribuía a la misión y, por si fuera poco, Matthews seguía sin hablarme.

Traición y Sangre ✔ [+18]Where stories live. Discover now