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CAPÍTULO CINCUENTA

-: cuarto año :-

— IN WHICH THEY STOP JUST BRIEFLY

. . .

Habían conducido durante casi una hora cuando Flora decidió hacer una parada, y se desviaron de la autopista hacia un área de colinas verdes y árboles. Harry todavía no tenía idea sobre a donde iban, y pronto se hizo obvio que Jane había estado despierta solo por un tiempo; se quedó dormida sobre su hombro media hora despues de comenzar el viaje.

Con el techo del coche abajo y el sol cayendo generosamente sobre ellos, Angela selecciono varios CDs para reproducir, el viaje hasta ahora había sido agradable.

—¿Planeas decirlo? —Ángela se dio la vuelta mientras iban más lento y el viento no era tan perturbador y distorsionaba sus palabras. Flora parecía saber exactamente a donde iba, con los ojos en un cartel de plástico rosa y verde descolorido, siguiéndolo por un carril más largo de estilo rural y terminando fuera de una granja que anunciaba una tienda en el interior.

—Si Jane se despierta, entonces saldremos —Harry asintió, sabiendo que con la falta de movimiento del coche no pasaría mucho tiempo.

—Entonces te dejaré las llaves —Florence detuvo el coche, abrió la puerta y se salió. Sus talones estaban un poco tambaleantes en la grava y se aferró al costado del coche por un momento para recuperar el equilibrio, entregándole las llaves a Harry—. Si se despierta, dile que estamos a unos cuarenta y cinco minutos.

—¿Así que ella sabe a dónde vamos? —Harry preguntó. Ni siquiera las señales de tráfico ayudaron en este momento: podrían ir a cualquier parte y, para ser honestos, el chico Potter no tenía ningún sentido de la dirección teniendo en cuenta que apenas salia de Little Whinging.

—Ella lo hace. Pero dudo que te lo diga por ahora —Flora sonrió—. Angela, ven. Tengo que comprar un poco de esa mermelada... y su pastel. Es una necesidad.

Angela asintió con la cabeza, y Harry observó como se reunieron frente al coche y se dirigieron hacia la tienda, su atención se dirigió a la chica dormida sobre su hombro mientras desaparecían de su mirada.

Por lo general, Harry tendría mucha paciencia para cosas como esta, y sería mucho más feliz con Jane dormida en su brazo. Por lo general, estaría contento con que Jane se sintiera cómoda para estar tan relajada allí. Pero quería saber a donde iban. Durante unos segundos luchó contra sus propios pensamientos.

¿Deberías despertar a Jane? Sabía que a ella no le importaría demasiado y probablemente se disculparía demasiado por no estar con él cada momento que podía estar en su cumpleaños, pero por otro lado ella habría hecho tanto por él que él podría funcionar sin ella durante unos minutos más.

Pero no tenía que preocuparse; Jane se despertó sola en medio de su contemplación, con los ojos parpadeando y viendo el abrupto cambio de escenario desde donde habían estado la última vez que estuvo en un estado de conciencia.

—Lo siento mucho —ella murmuró, bostezando mientras se movía por primera vez y la cabeza de Harry se disparó hacia abajo—. Estaba despierta esta mañana tratando de asegurarme de que Clementine y Melaza no se arrancaran la cabeza el uno al otro en  una pelea en la habitación debajo de la mía.

—No te preocupes por eso —Harry respondió al instante.

—No, es verdad. Es tu cumpleaños y me quedé dormida contigo —Jane parecía genuinamente culpable y Harry sacudió la cabeza. En realidad, después de todo lo que ella había hecho por él, él ni siquiera podía comprender la idea del porque ella se sentía mal por no hacer algo—. ¿Cómo puedo compensarte? En la cesta de picnic hay algunas tartas de melaza...

—¿Qué tal...? —algo se desató en la mente del chico Potter—. ¿Qué tal si me dices a dónde vamos?

—Excepto eso. No puedo hacer eso —a Jane no le gustó la mirada que llegó a las expresiones de Harry y se sentó, moviéndose en su asiento un poco para que estuvieran más juntos. Hace mucho tiempo que había adivinado que Flora y Ángela estaban dentro de la tienda cercana y era bastante reconfortante saber que Harry se había quedado en los asientos traseros del coche de Flora en lugar de salir a estirar las piernas—. ¿Pero puedo decirte lo que no estamos  haciendo?

—¿De verdad? —pregunto, mirando como ella asentía con la cabeza y se sentó de nuevo en una posición considerada cómoda, su cabeza descansando en la curva de su cuello.

—Bueno, mi plan original para tu cumpleaños era que nos reuniramos en el árbol y luego nos subieramos a un autobús. Nos bajariamos donde quisiéramos, pasariamos el día allí o solo un par de horas antes de seguir adelante. Si quisieras, podríamos haber ido a la ciudad y habernos subido a un tren en algún lugar... pero anoche Flora recibió una carta de uno de sus viejos amigos... un hombre llamado Orson Diggle —Jane explicó.

Harry supo de inmediato para que parecía ser el código. Cualquiera de los "viejos amigos" de Flora terminaban siendo brujas y magos. También reconoció el apellido, no tenía ni idea de donde si era honesto.

—Luego Flora mencionó como ella y Angela iban a conocerlo y, al ver que vive en un lugar bastante agradable, se preguntó si queríamos venir. Realmente no pude averiguar si hubieras querido, pero después del verano que hemos tenido, lo asumi —continuo, con un dedo jugueteando en el extremo de un largo rizo de pelo rojo—. Así que dije que sí... y aquí estamos.

—Así que vamos a algún lugar agradable —Harry concluyó, su cabeza inclinada hacia un lado y descansando sobre la suya.

—Espero que así sea —Jane confirmó—. Oh, y no te preocupes, no pasaremos el rato con Flora y Angela. Podemos hacer nuestras propias cosas... Todavía tengo algunas cosas planeadas.

—Bien. Las espero con ansias —Harry sonrió, y la acción se reflejó en las mejillas de Jane.

Y así, para Harry, incluso si no estaba muy seguro de a donde iban, sabía que todavía iba a pasar un buen rato. Pensó que podría pasar un buen rato en cualquier lugar, siempre y cuando Jane estuviera allí con él.

𝗷𝗮𝗻𝗲, harry potterWhere stories live. Discover now