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CAPITULO CINCO

─: cuarto año :─

── IN WHICH SHE RETURNS HOME

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El sol estaba empezando a ponerse cuando Jane se alejó del pueblo, caminando en medio de los caminos rurales completamente silenciosos, de vez en cuando alcanzando y arrancando las semillas de las espigas de trigo.

Una sonrisa bastante satisfecha se posó en su rostro, el sonido de las campanas de la iglesia sonando detrás de ella: eran las ocho en punto y mucho más tarde de lo que Jane esperaba regresar a casa.

Ella y Harry habían seguido hablando después de su acuerdo para asegurarse de que se divirtieran ese verano, pero finalmente decidió que se estaba haciendo tarde y no quería arriesgarse a perderse la cena por eso.

—Te traerá el desayuno —Jane había sugerido ladeando la cabeza mientras miraba al chico de cabello oscuro. No mucho después de haber hecho planes para todo el verano, el mapa aun abierto pero descartado y balanceándose sobre las briznas de hierba, la pareja había quedado en encontrarse a la mañana siguiente para dar el primer paseo, encontrándose bajo ese mismo árbol.

Harry había negado su oferta, pero ella sabía que se lo traería de todos modos. Solo tenía que explicarle a Flora la situación y Jane estaba algo segura de que la mujer que la había acogido estaría más que feliz de ayudar a proporcionarle eso, hacer que Angela lo haga. Jane asumió esto último, sintiéndose culpable por darle más trabajo a la mujer.

Empezó a subir la pequeña colina hasta las puertas cubiertas de hiedra, deslizándose por el hueco y subiendo por el camino hasta el área frente a la casa, donde estaba estacionando el auto de Flora, con el techo aun abierto.

La niña estaba a punto de subir al porche delantero, pero había puesto el pie en el primer escalón y vacilo, mirando hacia un lado y viendo a Flora sentada en un banco en el jardín delantero, rodeando de hortensias azules y blancas.

—Es increíble como lograron florecer, incluso después de la falta de cuidado todos estos años —la mujer reflexiono y Jane podría haber jurado que cuando Flora toco un pétalo de la planta más cercana a ella, pareció iluminarse, llenarse y verse más viva.

Flora tenía un vaso de algún tipo de alcohol en la mano, frotando con el pulgar los intricados diseños que se tejían alrededor del pie del vaso—. Ven, siéntate, cariño —Flora palmeo el banco a su lado, Jane siguió subiendo los escalones para poder pasar por la parte trasera del jardín—. No, no, no seas tonta, solo pisa el pasto. Tal vez seas señorita pero ciertamente no se espera que actúes como tal.

Jane dudo, antes de dirigirse hacia el pasto, logrando pasarlo con cierta facilidad, tratando de no engancharse el vestido—. Ahí lo tienes! —Florence vitoreo cuando Jane lo hizo, recogiendo su bolso de donde sea que lo había dejado.

La niña se sentó junto a la mujer mayor, cruzo los tobillos y la miro, el sol proyectaba un brillo bastante atractivo sobre la mansión una vez abandonada y las dos habitantes—. Angela se fue a casa por el día, pero hay cena en el horno, solo necesita calentarse —Flora sonrió.

—Lo siento, realmente no esperaba volver tan tarde —a Jane le preocupaba estar en problemas y que de alguna manera Flora estuviera fingiendo esta actitud actual.

—Oh, no te preocupes por eso, salchicha tonta —Flora parecía más que un poco borracha, pero no se notaba, aparte de sus gestos y lenguaje más extravagante—. Es bueno que estés afuera de casa, todavía estas creciendo y las niñas en crecimiento necesitan aire fresco. Entonces, cuéntame sobre tu día; está claro que has logrado encontrar algo divertido en esta triste ciudad que muchos no han visto.

—Oh, bueno, fui a la ciudad... pero luego usé tu mapa para dar algunos paseos y fui junto al rio, me senté junto a un árbol para almorzar —Jane comenzó, sus ojos parpadeando sobre los terrenos frente a ella, preguntándose cómo se las arregló para tener tanta suerte—, y luego, cuando estaba a la mitad de mis sándwiches, un niño se sentó al pie del árbol.

—¡Un niño! —Flora parecía bastante emocionada por esto, sentada en su asiento—. ¿Era lindo? Recuerdo a mi amiga de antes, Kate, tenía a todos los chicos lindos corriendo detrás de ella —Flora recordó con un movimiento de cabeza—. Bueno, ¿Cuál era su nombre?

—Harry... ¿Harry Porter? Potter, creo que fue Potter —la chica Everleigh se encontró olvidando el apellido del chico y encogiéndose de hombros.

—¿Potter dices? —Flora pareció recuperar la sobriedad ante eso, por alguna razón, mirando a Jane y protegiéndose los ojos del sol, observando como la pelirroja asentía, preguntándose porque Flora había reaccionado de esa manera—. Creo que otra de mis viejas amigas, Arabella, vive en la misma calle que él.

—Ya veo... —Jane se apagó, tratando de reunir coraje para pedir dos almuerzos y desayunos al día siguiente. Y con una respiración profunda, ella pregunto—. Flora... ¿te importaría pedirle a Angela que prepare una porción extra para el desayuno mañana por la mañana? ¿Y otro juego de cosas para el almuerzo?

—¿Y por qué sería eso? —respondió Florence, más bien distraídamente pasando su dedo por el costado del banco.

—Harry y yo... acordamos pasar el verano juntos. No tengo amigos aquí y él va a un internado, así que no creo que él tampoco, y no creo que su tía y el tío lo alimenta muy bien —un ceño apareció en los labios de Jane, las cejas fruncidas.

—No hagas eso cariño, te saldrán arrugas —Flora sonrió—. Lo sabría, tenía mucho por lo que fruncir el ceño en esos días. Y por supuesto que le preguntare a Angela, ¿hay algo en particular que le guste a Harry? ¿No? Bueno, puedes preguntarse si lo hay.

—Gracias —Jane sonrió, viendo como Flora se ponía de pie, tambaleándose, pero enderezándose, antes de dirigirse hacia el arbusto y lograr saltar sobre el sin caerse o derramar una sola gota de su bebida.

—Vamos cariño, vamos a conseguirte algo de cenar —la anciana le devolvió la sonrisa a la joven, quien asintió con entusiasmo y la siguió—. Me alegro de que hayas logrado encontrar un amigo, Jane, simplemente no sería bueno que pasaras el verano sola, se supone que hace calor, ya sabes, y esta casa puede estar terriblemente más ventilada.

Y mientras Jane la seguía en la casa algo fresca por la noche, dirigiéndose a la cocina para que Flora pudiera calentar su cena, descubrió que ella también estaba contenta.

Agradecida de tener un amigo.

𝗷𝗮𝗻𝗲, harry potterWhere stories live. Discover now