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CAPITULO OCHO

-: cuarto año :-

── IN WHICH THEY WALK

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La pareja había estado caminando toda la mañana pero ninguno de los dos se sentía cansado, caminando casualmente por el sendero de hierba pisoteada junto al rio tranquilo que brillaba atractivamente bajo el sol abrasador.

A ninguno parecía importarle los lapsos de silencio que caían entre ellos, centrándose en caminar y en general contentos de tener la compañía de alguien que no fuera la gente con la que vivían, que en realidad parecían ser las únicas personas que conocían en el pueblo.

Para Jane, eso se esperaba. Se había mudado allí no mucho antes y apenas había salido de la casa hasta el día anterior. Y para Harry, bueno, Jane se había sorprendido un poco más de que no tuviera otros amigos en Little Whinging.

Ella no iba a entrometerse, pero teniendo en cuenta que él fue a un internado y odiaba a su tío, tía y primo, parecía que había vivido aquí durante bastante tiempo y de alguna manera no había logrado tener otros amigos.

De cualquier manera, parecía que estaban contentos de tener una excusa para salir de sus casas, alejarse de lo que considerarían una vida solitaria.

—Así que este internado tuyo —Jane hablo, hojas de hierba lamiendo sus tobillos mientras se desviaba del camino, apartando la vista de donde caminaba mientras miraba a Harry.

El chico de ojos verdes se encogió de hombros—. ¿Qué pasa con eso? —pregunto, las gafas brillando a la luz. Ahora bien, Harry no era exactamente un hábil mentiroso; tenía una buena cantidad de incidentes en los que una pequeña mentira piadosa lo había salvado y, a veces, en la escuela era necesario. Pero parecía que, con Jane, ahora que había oído algo sobre su escuela y había visto su libro de Historia de la Magia, tendría que decir mentiras.

—¿Qué estudias ahí exactamente? Porque por lo que he escuchado hasta ahora y toda la falta de Shakespeare en tu plan de estudios, no parece una escuela secundaria promedio —Jane enarco las cejas, interrogándolo.

—Puedes decir eso otra vez —comenzó Harry, haciendo una pausa mientras trataba de pensar cómo podía explicarlo exactamente sin revelar demasiado—. Es... diferente. No lo compararía con tu mu... escuela secundaria normal. Pero están las cosas usuales, Matemáticas, Historia... la química es una gran cosa allí.

—¿Historia? La historia es divertida... No puedo decir que haya sido buena en matemáticas o química —Jane reflexiono, encogiéndose de hombros mientras sonreía—. Supongo que no sería una gran sorpresa para ti si te dijera que inglés es mi materia favorita.

—No lo haría —la memoria de Harry volvió a las horas que pasaron juntos en el almuerzo anterior, viendo como el cabello rojizo caía sobre sus ojos, con la cabeza inclinada sobre el libro en sus manos. El, por otro lado, había sido muchos más perezoso con su lectura, sus ojos parpadean sobre las palabras, pero rara vez las asimilaban.

—Ese libro tuyo de Shakespeare —Harry continuo, viendo como Jane comenzaba a buscar un lugar para sentarse y comer—. ¿Eran tus notas en los márgenes?

—¿Eh? —la cabeza de Jane se torció desde un trozo de hierba debajo de un árbol hacia el niño—. ¿Están ahí? —con los ojos muy abiertos, balanceo la bolsa de su hombro hacia su frente, sacando la copia de Romeo y Julieta, abriéndola y hojeando las páginas—. Entonces ahí están...

—¿Los escribiste para la escuela? —pregunto Harry. Jane hizo una pausa, mirándolo.

—¿Tampoco haces ningún análisis en la escuela? —ella respondió—. De cualquier manera, no, no esa copia. Esa es la copia que obtuve del Hogar.

—¿El hogar? —Harry lo empujo ligeramente, sorprendido de encontrarse odiando como la pregunta hizo que las comisuras de los labios de Jane se inclinaran hacia abajo.

No tenía recuerdos amargos de la casa en la que había pasado tanto tiempo. De hecho, amaba el lugar. Justo ahora que se estaba alejando, la realización de cuanto odiaba vivir ahí, odiaba ser no deseada.

—No tienes que responder, no debería haber preguntado —Harry le dijo rápidamente, el alivio despejando esa sombra repentina que había pasado.

—¿Creo que podríamos comer ahí? —Jane lo paso por alto como si él ni siquiera lo hubiera mencionado señalando el área cubierta de hierba que había estado mirando—. Esta sombreado y no estoy segura de ti, pero olvide por completo la crema solar. Debería pedirle un poco a Florence, no necesitaras un poco, ¿verdad?

—Eh... posiblemente, sí —Harry ni siquiera podía imaginarse asaltando los gabinetes del baño de tía Petunia en busca de un poco de crema solar, y, aunque no disfrutaba exactamente la idea de que la chica Everleigh de alguna manera estaba solucionando todos sus problemas sin siquiera intentarlo, bueno, tenía que aceptar.

No podría pasar un verano fuera con alguien sin eso.

𝗷𝗮𝗻𝗲, harry potterWhere stories live. Discover now