44. Anyone else

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-¿Cree que pueda volver a revisarlo? Parecía que todo iba bien no entiendo porqué ahora...

-No. Ya no hay nada que revisar. Lo siento mucho, sé cuánto les emocionaba este proyecto, nosotros también estábamos felices con ello pero... El abogado tiene razón. No podemos exponernos al ojo público de esa manera. Saben de sobra que un error no sería pasado por alto.

-Pero ellos entenderían perfectamente nuestra posición, sé que no les importaría...

-No está a discusión -me interrumpió de nuevo. Volteé a ver a John en un intento desesperado de arreglar la situación pero él solo me dedicó una pequeña mueca. Estaban siendo injustos y ni siquiera les daba vergüenza admitirlo.

-Pues créanme que se acaban de perder la mejor oportunidad que van a tener en mucho tiempo -Dijo Mia antes de dar la vuelta y salir dando un portazo.

Habían rechazado nuestra propuesta en la Fórmula 1. Ni siquiera habíamos podido pelear por ello. No teníamos plan B. No sabía qué haríamos Mia y yo. Tampoco sabía qué iba a hacer con Charles.

No solo había perdido posiblemente la mejor experiencia laboral de mi carrera. También había perdido la esperanza de verlo pronto.

Y todo por una puta noticia falsa.

Respiré hondo sin decir una sola palabra más y seguí el camino de mi amiga fuera del despacho del encargado de marca e imagen.

Ubiqué el baño rápidamente y en cuanto empujé la puerta fui incapaz de seguir conteniendo las lágrimas y la presión que de repente se había alojado en mi pecho.

Tenía que ser una maldita broma.

Agarré mi celular para preguntarle a Mia adónde se había metido y para mi desgracia la pantalla se iluminó con una nueva notificación.

"Fan asegura que Charles Leclerc se encuentra soltero"

El aire me faltaba de repente.

Tiré el celular sobre el lavabo y apoyé mi cara sobre  mis manos temblorosas.

Al parecer una chica me había tomado fotos llorando en el avión y no tardó en hacerse a la idea de que se debía a una ruptura con mi novio y ahora la noticia rondaba todo internet como si de repente fuera lo mejor que había pasado en todo el año.

Claro que también había llegado a oídos de la universidad y por eso decidieron que lo mejor era descartar nuestro trabajo y librarse de cualquier escándalo que pudiera llegar a suceder.

Cobardes.

Intenté volver a respirar con normalidad con las manos apretadas en puños para que dejasen de temblar. Un ataque de pánico era lo que menos necesitaba en ese momento. Tenía que guardar las fuerzas para poder encontrar una solución.

•••••

Estaba en la cafetería sentada con un par de libros y el portátil abierto en una videollamada con Charles. Tener que decirle que no podría viajar a verle había sido doloroso para ambos, aunque él, un poco más sereno que yo, propuso la idea de que hiciéramos llamadas más seguido para que se nos pasara un poco más rápido el tiempo. Yo también había encontrado un pequeño hueco en la agenda e iba a poder viajar a COTA al menos para el domingo de carrera.

Al final no había ido tan mal, pero poco a poco se nos fue haciendo más incómodo encontrar un espacio y lugar para poder hablar. La gente seguía con la noticia de la ruptura aún fresca y escuchaba como hasta la gente del campus cuchicheaba en cuanto me veían al teléfono. A él no le quedaba demasiado tiempo entre sus entrenamientos y a mí no me quedaban ganas de que la gente se aprovechara de mi vida para convertirlo en su entretenimiento.

Realidad ❀ Charles Leclerc Where stories live. Discover now