Renacuajo

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Aquella vez había surgido a modo de curiosidad.

Hicca se encontraba en uno de los bosques de su Nido jugando con un par de Clavagarras de su edad. La tarde estaba pasando de forma amena y el lugar estaba lleno de las risas de los jóvenes que aprovecharon el lago que estaba cerca para ir a nadar y hacer guerras de agua.

Aunque ese momento tuvo que finalizar cuando Chimuelo llegó hasta el lugar después de ayudarle a Virran a cumplir con algunas tareas y llegó hasta el lago encontrándose con su mejor amiga jugando con los demás dragones. Aclaró su garganta y trató de mantener su voz en un tono neutro para evitar delatar sus celos.

-¡Renacuajo!

Al escuchar aquella voz los ojos de Hicca brillaron automáticamente y una gran sonrisa se plasmó en su rostro.

-¡Chimuelo!- saludó de forma alegre nadando hasta la orilla del lago para poder salir.- ¿Padre finalmente te dejó libre?- preguntó de forma burlona.

-Ni siquiera me lo recuerdes.- un escalofrío le recorrió por toda la médula al recordar una tarea en específico en el que tenía que ayudar a los ancianos con ciertas necesidades fecales...

Hicca solo rió de forma disimulada y salió del lago para tomar una toalla de cuero y secarse con ella.

-¡Gracias por hoy! ¡Nos vemos mañana!- se despidió de sus amigos.

-¡Adiós Hicca!

-¡Sigamos jugando mañana!

-¡Oye, Chimuelo! ¡No es justo! ¡Déjanos a la renacuajo un rato más!- gritó uno de los machos.

Pero ese último comentario logró hacer enojar a Chimuelo, quien tomó a Hicca de su brazo (obviamente teniendo cuidado de no sacar sus dientes), y la jaló para poder caminar hasta su cueva para que ella pudiera cambiarse.

Una vez estuvieron lo suficientemente lejos de ahí fue cuando Chimuelo finalmente la dejó libre y seguía caminando a su lado; sin embargo, Hicca se había percatado de un pequeño detalle al que no le tomó importancia antes.

-Oye, Chimuelo.

-Dime.

-¿Por qué me llamas renacuajo?

Eso despertó el interés de Chimuelo.

-¿A qué viene la pregunta?

-Bueno, ahora que lo pienso, tú eres el único que me llama de esa manera. Y cuando Luke se refirió a mi con ese apodo me dí cuenta de que los demás siempre usan mi nombre. ¿Por qué tú no?- ladeó la cabeza y Chimuelo sintió un flechazo en el corazón ante la tierna imagen.

-¿Quieres que te llame por tu nombre? Tu también usas mi apodo para referirte a mi. Y los demás lo usan para molestarme.- eso último lo terminó susurrando.

-¡No! Digo-...- Hicca tragó saliva después de soltar ese pequeño chillido.- Me gustaría que me siguieras llamando así.- jugó con su cabello.- A lo que me refiero es, ¿cómo es que me gané el apodo?

Chimuelo se quedó congelado en su lugar e Hicca se dió cuenta inmediatamente de eso cuando él ya no se encontraba caminando a su lado. Se dió la vuelta encontrándose a Chimuelo erguido como si hubiera sido atrapado haciendo algo que no debía.

Recuerdos llegaron fugazmente a la mente del Furia Nocturna de cuando interactuó por primera vez con Hicca hace diez años. ¿Cómo le iba a explicar que ese apodo surgió porque no la quería cerca de él?

-¿Chimuelo?

-Ah....

"¡Rápido, piensa en algo! ¡Hazte el tonto!" pensó casi al borde del pánico.

-¿Por qué me pusiste el apodo de chimuelo?

-... Porque es una característica tuya.- respondió casi dudando.

-Cierto.

"¡Pero no tan tonto!"

-Este...- volteó a ver a los árboles, al suelo, y al cielo buscando una respuesta que le llegue de milagro y evitar la mirada de Hicca sobre él.- Veamos, es que, tu sabes, fue hace mucho tiempo y-

-Me lo pusiste a modo de insulto, ¿verdad?- interrumpió cruzándose de brazos.

-Nooo, ¿cómo crees? No soy un ser despiadado para-sí te lo puse a modo de insulto.- dijo rápidamente al ver la expresión escéptica de Hicca y cómo alzó la ceja.

-¿En serio?

-No es como que hayas sido una santa cuando nos conocimos, ¿sabes?

Hicca no pudo evitar soltar otra risa ante la actitud de Chimuelo y decidió que ya molestó lo suficiente al Furia Nocturna después de todo lo que pudo vivir hoy.

Pero también había tiempo para una última broma.

-Entonces... ¿Eso significa que los demás pueden llamarme así? Digo, como todos los demás te llaman Chimuelo, entonces lo justo sería que los demás también me llamen por mi apodo.- preguntó en tono burlón.

Pero Chimuelo se lo tomó un poco personal, pues él sintió su sangre hervir de forma casi inmediata y tensó todo su cuerpo de solo pensar que alguien más tendría el privilegio de estar a su lado y compartir momentos que solo eran de ambos.

Él fue quien le dió el apodo en primer lugar, ¿qué idiota sería el que rete al bastardo del rayo y la muerte misma por ese título?

-No quiero que nadie más te llame así. Ese apodo es únicamente entre tu y yo, ¿entendiste?- habló en un gruñido y caminó a paso casi apresurado a un lado de ella para volver a retomar su travesía.

Hicca solo había asentido con la cabeza, pero se volteó rápidamente para ocultar lo roja que estaba su cara y estaba segura de que su corazón estaba latiendo con fuerza a la vez que sentía millones de mariposas formándose en su estómago.

Ambos continuaron caminando hasta su hogar para poder cambiarse y descansar de su día; incluso Hicca se había tomado el tiempo de escribir sobre lo que hizo desde la mañana en su diario y aprovechó la energía extra para hacer un dibujo rápido de Chimuelo durmiendo en su cama y escribiendo "Chimuelo + Renacuajo" debajo de éste antes de cerrarlo y seguir a su dragón al mundo de los sueños.

Hasta el día de hoy ambos continuaron con sus respectivos apodos, y aunque para los demás pueda parecer un modo de juego para llamarse el uno al otro, la realidad era que era una de las cosas que los hacía cercanos y tenían algo que era únicamente de ellos.

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