My destino eres tu

Capitulo 11

Siguiendo su instinto busco en cada puerta hasta que entro en una y se encontró con la escalofriante escena: Izuku atado a una cama, lágrimas en sus ojos mientras forcejeaba, y aquel Alfa que lo acosó en el congreso sobre él, intentando tomarlo por la fuerza. La furia ardió en los ojos de Katsuki, y su instinto engima se apoderó de él.

—¡Izuku! —gritó Katsuki, con la mirada fija en su Omega atado.

El Alfa se volvió hacia la nueva amenaza, sorprendido por la llegada de Katsuki. Sin embargo, no estaba dispuesto a ceder tan fácilmente.

—Llegaste, Bakugo. Pero es demasiado tarde. Tu Omega ya está destinado a ser mío. —amenazó el Alfa.

Katsuki avanzó con determinación, desprendiendo una presencia imponente. —Nadie toca a mi Omega y se sale con la suya. Te arrepentirás.

Sin esperar más se lanzó sobre aquel Alfa para alejar a su omega de sus garras, no se dio cuenta cuando sus facciones comenzaron a cambiar su ropa se desgarro y se transformó en ese enorme lobo cenizo se interpuso entre Izuku y ese Alfa, mostrando sus afilados colmillos y emitiendo un gruñido amenazante.

Se lanzo sobre el Alfa quien no podia defenderse del gran enigma contra el que se enfrentaba, el Alfa no sospechaba que Bakugo Katsuki era un Enigma y cuando lo entendio fue demasiado tarde, el enigma de Katsuki aunque quiera despedazar al bastardo que se atrevió a tocar a su omega, decidió mantenerlo con vida para entregarlo a las autoridades esta vez se aseguraría que no saliera nunca y si lo hacía ahora si terminaría su trabajo. Eso si lo dejo lleno de mordidas y heridas graves que no sabía si sobreviviría.

—Kacchan — grito asustado y temblando se encontraba en shock

Después de asegurarse de que el Alfa agresor no representaba más amenazas, Katsuki volvió a su forma humana. Sus facciones volvieron a la normalidad, pero sus ojos aún reflejaban la furia que había sentido.

—Estás a salvo ahora, Izuku. —murmuró Katsuki, acercándose a su Omega para desatarlo.

Los ojos de Izuku se llenaron de lágrimas de alivio y agradecimiento. —Gracias por salvarme, Kacchan, no se que me hubiera pasado si no llegabas.

Katsuki sonrió y abrazo a Izuku. —siempre estaré aquí para protegerte no importa donde estes — comenzó a dejar salir su aroma para tranquilizar al omega que no dejaba de temblar, lo cargo y lo llevo afuera de aquella bodega, al salir, su omega se habia quedado dormido, se sentía frustrado un poco mas tarde y las cosas hubieran sido diferentes.

El cenizo hablo a las autoridades para que vinieran a arrestar a ese bastardo, también le marco al pelirrojo para que llegara y se hiciera cargo de la demanda y demás. Mientras el se retiraba para llevar a Izuku al hospital para que lo revisaran.

Llego al hospital donde un médico amigo del cenizo ya los esperaba. — Bakugo, ¿Qué paso?, apestas a ira, y traes algunas lesiones.

—No importa, solo atiende a mi omega — respondió — intentaron abusar de él vi que tiene algunas lesiones en sus muñecas, yo no importo solo él

— De acuerdo déjamelo a mi — respondió acercándose con una camilla para acostar al omega inconsciente — Te avisaré cualquier cosa — y sin mas entro con el peliverde a una de las salas de emergencias para atenderlo.

Mientras el cenizo estaba esperando las noticias del estado de Izuku por la puerta de la sala de espera entraron dos adultos el imponente Alfa Yagi Toshinori y su esposa Inko Midoriya.

—Joven Bakugo — llamo el mayor — ¿Qué sucedió? ¿Dónde esta mi hijo? — pregunto

Bakugo suspiro, debía ser sincero — El Alfa que lo había acosado en el congreso, salió de prisión o se escapó, no estoy seguro de eso en este momento, secuestro a Izuku por suerte él antes de salir me había mandado su ubicación en tiempo real para que estuviera tranquilo – comenzó a contar – pero de un momento a otro me senti extraño algo me decía que debía encontrarlo, así que lo intente llamar pero no recibía respuestas, vi el mensaje de su ubicación y note que no estaba en la empresa de Endevor, así que siguiendo mi instinto llegue al sitio, ese bastardo intento abusar de Izuku por suerte llegue a tiempo.