Sorprendentemente él es el primero en empezar a bailar, pero no se acerca mucho a mi cuerpo. Posa una mano en mi cadera, y no más abajo, mientras se mueve manteniendo una pequeña distancia entre nuestros cuerpos. Tal vez sea esto lo que necesite. Un respiro. Antes era yo la que evitaba cosas como las que evita Collin. Cuando salía con Charlie evitaba quedarme a solas con él, sobre todo porque siempre intentaba sobarme, en cambio, con Sawyer no era igual. Ni siquiera sé en qué momento me enamoré de él. Desde el principio me gustó, pero era tan frío... Era tan confuso estar con él. A veces era bueno, otras no. No sabía qué pensar y encima estaba Tiffany me tiendo mierda. Y luego resultó que Tiffany iba a ser el menor de mis problemas. Recuerdo cuándo me besó en el hospital. Estaba enfadado porque le había preguntado a Sylvester, el padre de Charlie, qué era lo que le pasaba y no quería que me enterara. Tenía el corazón encogido con su cercanía, con su imposición.

≪Y ahora va a quedarse ciego.≫ Siempre supe que el problema era de sus ojos, pero jamás se me pasó por la cabeza el tema de la ceguera. ¡Es muy joven y puede que no vuelva a ver nada de este mundo! Sacudo la cabeza y empiezo a bailar con Collin. Será mejor que deje de pensar. No quiero acordarme de más cosas. Por mucho que me duela perderlo, es lo mejor. O al menos eso creo y espero.

—¿Te encuentras bien? Megan, tienes mala cara —dice Collin dejando de bailar y levantándome la barbilla.

—Sí. —Sonrío—. Sólo pensaba y... eso.

—Pues no pienses tanto —sonríe y se inclina para unir nuestros labios.

Por primera vez es él el que acelera el ritmo del beso y el que decide pegar nuestros cuerpos. Lo malos es que... no sabe disimular. Noto cómo sus manos bajan por mi espalda hasta que las apoya en mi trasero. No debe estar muy acostumbrado a hacer este tipo de cosas. Cuando Sawyer...

—¡Para! —me grito a mí misma, aunque no pretendía hacerlo en voz alta.

—Lo siento —se disculpa apartándose y levantando las manos.

—¡No, no, no! Lo siento, yo. Es decir... —Frunzo los labios—. Sólo he pensado en voz alta.

Dios, me siento como una idiota. Para una vez que enciende él el motor...

—No pasa nada, Meg. Puedo esperar —dice—. Si necesitas ir más despacio.

—Somos mayorcitos, Collin, y yo soy tu novia.

—En serio, puedo...

Le miro seria mente vuelvo a colocar sus manos donde estaban. Esta noche va liberarse como que me llamo Megan.

—No vas a esperar.

Se me encogen las entrañas cuando sus dedos se hunden en mi trasero y un escalofrío muy desagradable me recorre la columna. ≪Sólo ha sido un escalofrío.≫

—Bueno, si no me queda otra elección —dice con una sonrisa en los labios.

Se inclina para besarme lentamente, y le rodeo el cuello con los brazos. Nos pasamos un buen rato besándonos y hablando sin separarnos más de cinco centímetros. Tras asegurarle unas cincuenta mil veces que no tiene por qué ir tan despacio, vuelve a besarme y sube una de sus manos por mi vientre.

—No quería asustarte —comenta entre beso y beso—. No quiero que pienses que he estado siendo un chico que en realidad no soy Sólo quería darte tiempo para...

—¡Cállate! —Lo beso—. No vas a asustarme por un par de besos.

De repente se separa de mí y saca mi móvil de su bolsillo

Déjame Amarte © [UME #2]Where stories live. Discover now