EL AMIGO DE MI HERMANO

167 36 3
                                    





Jeff pasaba de mí, siempre, por mucho que me doliera. Lo hizo durante once años y no hubiera estado mal que lo hubiera hecho de por vida.


Trece años tenía la primera vez que sentí mi cuerpo comportarse de manera extraña. Recuerdo con todo detalle el día en que entré en el dormitorio de mi hermano Bible, y lo vi a él durmiendo en la cama supletoria.

Me quedé observándolo desde la puerta, descansaba su blanco cuerpo encima de las sábanas y solo lo cubría unos ajustados bóxer negros que resaltaban un gran bulto. Me abrumé demasiado. La alta temperatura ambiente se mezcló con la aún más sofocada mía corporal. Recuerdo también perfectamente cómo quise que la tierra me tragase cuando Jeff se movió, abrió los ojos y se quedó mirándome extrañado, preguntándome, seguramente, qué cojones hacía yo allí pasmado y observándole.


Salí corriendo a mi habitación y muerto de la vergüenza me cubrí con las sábanas. Sábanas que por primera vez se empaparon de mis fluidos mientras me masturbaba pensando en un chico. En el amigo de mi hermano.


Cuando conocí a mi actual novio, Joss, creí haberme olvidado del enfermizo e iluso amor que había sentido tantos años por Jeff. Nunca me hizo caso, en innumerables ocasiones declaré mi amor y me insinué, pero él solo me veía como el hermano pequeño de su amigo. Hasta que por fin, cansado de perseguir un amor imposible, tiré la toalla y me entregué completamente a Joss, hasta el hecho de casarme con únicamente diecinueve años.


****
Era la boda de Bible, tras muchos años, al fin había sentado la cabeza y tomado la decisión de hacer formal su relación con Build, su novio.


Ya era la hora de bailar, cantar, sobrepasarse bebiendo... Y yo estaba desbocado. Disfrutaba muchísimo bailando aquellas típicas canciones de bodas, saltando y riendo cuando alguien me sujetó por la cintura levemente y rozó su cuerpo contra el mío al son de la música. Seguí el ritmo de aquellas caderas pensando que era mi primo Code el que bailaba conmigo, como había hecho todo el tiempo.


Giré en dirección al cuerpo allegado para continuar con otra coreografía y mi corazón dio un vuelco cuando descubrí a Jeff ahí plantado ante mí, con su hermoso pelo negro revuelto, sus ojos negros chispeantes y aquella hermosa sonrisa que, de pronto, grabó en mi mente cada vez que mi pecho había suspirado por ella.


—Estás precioso —dijo.


Y solo esas dos palabras bastaron para deshacer el gran escudo que año tras año construí ante él. No le contesté, mi mirada fue a parar al balcón de aquel gran salón de celebraciones. Había visto por última vez a Joss allí, fumando con algunos familiares míos. Exacto, allí estaba. Charlaba tranquilamente en el mismo lugar mientras mi cabeza se repetía ese «estás precioso» miles de veces y mi cuerpo respondía a tenerlo frente a mí, sintiéndome demasiado mal persona por experimentar aquella sensación tan profunda con un simple piropo de cortesía. Pero no, para mí no era un simple piropo. Era un piropo de Jeff, un roce de Jeff... El mismo que me ignoró once años mientras yo mendigaba su atención.



—Ta, ¿estás bien? —Su voz sonó preocupada y supe que tendría que reaccionar con rapidez para ocultar el asombro que me había producido verle.


—Sí, perfectamente. Si me disculpas, voy a servirme una copa.


Y me marché como un cobarde. Al fin y al cabo siempre lo fui. Cuando lo di por imposible y en aquel momento que debería haberle preguntado de qué coño iba su juego.


La noche se me hizo incómoda, bailaba con Joss, con Code, con mis padres..., pero siempre bajo su atenta mirada que me ponía más y más nervioso, obligándome de vez en cuando a repasar su escultural cuerpo apoyado sobre una columna, los brazos fuertes que se avistaban con la camisa remangada, las manos metidas en los bolsillos del pantalón y su mirada clavada en mí sin intentar ocultarlo.

17 Orgasmos (ONE SHOT) - (Adaptada) (Por Becha) (JEFFTA)(FINALIZADO)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt