VENGANZA A MI EX

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Giré la cabeza de izquierda a derecha mientras respetaba el stop y con precaución, comencé a avanzar cuando de repente, se cruzó un coche que pareció salir de la nada. Frenazo terrible, pero al menos no me lo había llevado por delante. Choqué la cabeza con el duro volante quedándome un poco traspuesto y cuando volví en sí, abrí la puerta del coche blasfemando a voces sobre el imbécil que se había cruzado a esa velocidad.


—¡Eh, tampoco te pongas así, que el stop lo tienes tú! —exclamó saliendo de su vehículo y viniendo hacia mí.
Esa voz, aun sin ver quién se acercaba por detrás, se clavó en mis oídos y dio un pellizco de odio enorme en el interior de mis entrañas. Me giré con calma para comprobar que, efectivamente, era el capullo de Jeff Satur mi ex.

La mandíbula se me tensó y las manos se me cerraron formando puños. Habían pasado unos tres años desde nuestra ruptura, nos habíamos encontrado mil veces por la ciudad, pero nunca nos habíamos visto obligados a dirigirnos la palabra.


Resumiré nuestra historia contando que lo encontré follando con otro y me enteré de que se había tirado a unos cuantos más. Me humilló todo lo que pudo cuando fui a pedirle explicaciones y me marché sin más, dejando todo el dolor acumulado dentro de mí sin haberlo podido desfogar con él. Ya no le quería, ni mucho menos, ni siquiera ocupaba mis pensamientos, pero siempre tuve claro que algún día llegaría mi venganza. Aunque aquel no era el día, no en mitad de la calle y formando un espectáculo. Él se quedó mirándome fijamente mientras me daba la vuelta, volvía a subir al coche, pegaba un portazo y le dedicaba bien alto un «muérete, gilipollas».


Pasaron unos cinco meses hasta que, por desgracia, coincidimos en una barbacoa nocturna, celebrando el cumpleaños de un amigo que, como la mayoría de mi grupo, era también amigo de él.


La noche transcurrió con normalidad, su novio, aquel chico con el que me había engañado y del que estaba seguro de que sabía quién era yo, ni siquiera me miraba, y él, alguna que otra vez intentó cruzar miradas conmigo de manera seria sin conseguir agotar la mía, que no se cansaba de observarlo con desprecio minutos y minutos ante la incomodidad de todos los presentes, conocedores de nuestra historia. Bebí demasiado, bailé y reí, olvidándome incluso de que él estaba allí.


Serían alrededor de las cuatro y media de la mañana cuando se tranquilizó la cosa y pasamos dentro de la casa para dormir, pero al tumbarme en la cama comencé a marearme un poco y decidí salir fuera a tomar el fresco. Quizá había bebido demasiado.


Vi las ascuas de la hoguera encendida rato antes y decidí sentarme en una de las muchas sillas que había alrededor de ella. Me encendí un cigarro y me acurruqué en la gran sudadera que me había prestado un amigo. Relajado en aquel lugar oscuro que solo se alumbraba por la pálida luz del leve fuego, y evadida en mis pensamientos, escuché detrás de mí:


—Cuando te enfadas Ta, te pones igual de guapo o más que antes. No has cambiado

nada…


Era él, y supuse que se refería a nuestro encontronazo unos meses atrás.


—Tú eres más gilipollas y algo más cabrón quizá. Mira por dónde, has conseguido superarte.


Sonrió dejándome claro que se lo pasaba bien con mi comentario. A mí, en cambio, me molestó su actitud de mierda. Me giré en la silla, quedando frente al respaldar, a mirarle más detenidamente, dándome cuenta de que realmente no había cambiado demasiado desde que lo dejamos.

Un poco más maduro físicamente, no más. Pensé con detenimiento que era la ocasión perfecta para llevar a cabo mi venganza y decirle lo que tanto tiempo había callado, creándose en mí un cúmulo de rencor y resentimiento, pero entonces se acercó con rapidez y me besó en los labios. Puse las manos contra su pecho y le empujé con fuerza, pero él aferró sus dos manos a mis mejillas y continuó con su boca pegada a la mía. Le golpeé con furia, pero no le importó. Estaba más duro de lo que le recordaba.

17 Orgasmos (ONE SHOT) - (Adaptada) (Por Becha) (JEFFTA)(FINALIZADO)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant