008 - Miel... y hiel

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La historia original así como sus personajes no me pertenecen. El crédito es para sus respectivos creadores. Esta historia está escrita por diversión y deseo de entretener sin ánimos de lucro.

...

Ambos se quedan ahí, sin saber qué decir o hacer, Lucoa estaba impresionada y seguía procedando su derrota, aunqe e contuvo, no esperaba perder de esa manera, Ikal por su lado no sabía si declararse vencedor ya que implicaba que Lucoa y el sería pareja.

- Lucoa… -dice Ikal con nerviosismo, pensando que hizo enfadar a la dragona.

Sin previo aviso, Lucoa lo abraza y felicita, aunque le dolió la derrota, se sentía orgullosa de Ikal.

Estrujado, Ikal se sentía contento por no haber ofendido a Lucoa de alguna forma. Al saberlo. le devuelve  el abrazo y juntos contemplaron el atardecer, sin mencionar algo sobre su
apuesta, aunque Lucoa esperaba un poco impaciente que Ikal reclamará su recompensa.

Aunque no vivía en casa de Ikal como un miembro de la familia propiamente dicho, todos le habían dado la bienvenida y demostraron su buena fe hacia ella. Ikal sobre todo se sentía bien a su lado y demostraba su cariño, el cual Lucoa aceptaba y regresaba cada que podía, sentía que era su hogar.

- ¿No vas a reclamarme como tu esposa? -pregunta Lucoa, burlándose de Ikal entra solo miraba de reojo.

- Aún soy muy joven -bromea de vuelta Ikal -, pero si sigues estando de acuerdo…  me gustaría que tuvieras esto -dice dándole un anillo hecho por el mismo.

El anillo estaba hecho de oro y tenía una esmeralda en el centro. Lo tomó de un niño que se lo quitó a su madre para presumir en la escuela, ese niño se la pasó una semana con los ojos rojos de tanto llorar por su castigo.

Lucoa sabía de las tradiciones de los humanos, así que, extrañamente temblorosa, ansiosa pero más que nada deseosa, acercó su mano y estiró el dedo anular, dejando que Ikal se acercara con el anillo.

- Lucoa…. no… ¡Quetzalcoatl! -dice Ikal poniéndose sobre una de sus rodillas y estirando el brazo que sostenía el anillo, no quería proponer matrimonia llamándola por un sobrenombre- Llegaste a mi vida de la nada, te volviste parte de mi familia y te quedaste a mi lado, haciendo de mi hogar nuestro hogar, lo llenaste de luz y ahora… quiero que seas parte de mi -dice de manera nerviosa, ya que era inexperto en cosas de amor -, como mi pareja… yo quiero pedirte… ¡Que seas mi esposa!

Lucoa no sé movió ni cambió o quitó su  sonrisa, pero una lágrima rodó por su mejilla y mientras deslizaba su dedo dentro del anillo, solo podía decir.

- Seré tu esposa… Ikal -acepta Lucoa, cerrando su mano con el anillo sobre la mano de Ikal.

Lucoa sabía que Ikal se siente incómodo en situaciones sentimentales, coquetas o seductora por su cuerpo nim, así que para sellar su actual estado muto, usando magia lo transformó en su versión adulta de forma temporal.

Conservando su color de piel morena, su lunar , color de ojos y colmillos algo más grandes de lo normal, Ikal creció hasta los dos meses de altura, con una buena pero proporcionada musculatura que lo hacían ver atlético más no un mastodonte o poco entrenado. Lucoa solo pudo suspirar al ver lo atractivo que se volvería.

Sin pensarlo dos veces, ambos se acercaron y con un tierno beso, transmitieron sus sentimientos uno por el otro.

Esa noche, no regresaron a casa, Lucoa hizo dormir a los habitantes de la casa para evitar preocupaciones, así que se quedaron solos en la montaña.

A la mañana siguiente, ambos despertaron abrazados, sin decir algo, solo dos amantes disfrutando del calor del otro mientras contemplaban el amanecer.

- Ikal… -dice Lucoa de forma tranquila-, gracias por aceptarme.

- Gracias a ti también -dice Kal de vuelta -, me siento más vivo que nunca, me hace feliz tenerte a mi lado.

- Ikal… sabes que soy una ex diosa ¿Verdad? -pregunta Lucoa en un tono algo extraño.

- Lo sé y no me importa -responde Ikal, alegando a Lucoa, que aún le dolía su situación-, sigues siendo Lucoa.

- Gracias, pero aunque ya no soy diosa, sigo encargándome de mis responsabilidades -dice más contenta -, tanto en este y en el otro mundo.

- Debes ser muy querida -dice Ikal, pensando que sin ella, aún seguirían los grupos nómadas sin asentamientos ni desarrollo.

- Me siento halagada -dice Lucoa abrazando a Ikal-, por eso creo que comprenderás lo que diré -dice repentinamente tensa- ¡Debo regresar al otro mundo!

- ¿Qué? -dice Ikal sin creer lo que escucho -¿Te irás? Pero…

- Tranquilo, solo debo encargarme de dejar todo tranquilo y en orden -asegura Lucoa abriendo los ojos, que reflejaban una gran sinceridad -. Yo casi no intervenía directamente, así que no tardaré demasiado.

- Pero acabamos de… -dice Ikal,algo alterado, pero se detiene, entiende pero le duele- ¿Cuánto tiempo te irás?

- No más de diez años… -responde Lucoa con simpleza , eso era como un respiro para ella- y quien sabe, tal vez es tiempo dejes entrar a Nae a tu vida.

- ¡No bromees con eso Lucoa! -grita Ikal, empezando a llorar- Podría conquistar a muchas chicas, sabes… -dice queriendo hacerla enojar.

Sabia que sonaba como un idiota, pero no podía pensar correctamente.

- Lo sé y estoy bien con eso -dice sinceramente, en su mundo es normal y ella no le incómoda la idea de los harem, ahora menos ya que conoció a Ikal.

- Por favor Lucoa... no me dejes -pide Ikal, más triste que antes.

Lucoa sabía del pasado y de cómo se sentía, así que hizo algo para tranquilizarlo.

Tomó la arracada de su familia, que era solo una, ya que  la otra había sido destruida en la época de su primer dueño, y lanzó con su boca y vapor luminoso que fue absorbido por la reliquia, ahora parecía más brillante y bella.

- Así podremos saber cómo está el otro -asegura, devolviendo la pieza a Ikal-, podremos hablar y  sentir nuestras emociones -dice sonriendo, aunque con unas lágrimas en sus ojos -. Sé que es difícil, pero no puedo dejar las cosas así sin más, debo hacerme responsable.

- Lo sé .. pero me sentiré muy solo -acepta Ikal, tratando de volver a  su actitud normal. Sonar menos triste.

- Solo así podré quedarme mucho más aquí y regresaré ocasionalmente -asegura abrazando a Ikal-. Te amo pero debo hacer esto.

- Lucoa… sólo prométeme que regresaras, solo eso necesito -dice Ikal. Sosteniendo tiernamente el rostro de Lucoa.

Lucoa lo mira y sonríe, pensó que se opondia definitivamente, pero a final, solo quería una promesa, así que marcando su corazón, para formular una promesa irrompible sonríe y dice:

- Te lo prometo… no… ¡Te lo juro!

...

Continuará...

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Reencarnación inesperada en: Maid Dragon  (Pausada por falta de apoyo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora