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Seungmin suspiró contra su pecho sus manos aferradas a su camisa y su cabeza sin ánimos a levantarla de aquel lugar tan cálido.

Hyunjin con una mano conducía y con la otra acariciaba su cabello, dejando que los suaves jadeos del menor inunden su mente.

Seungmin sentía que estaba a salvo a su lado, pasó sus brazos por el cuello del mayor y besó su manzana de Adán, Hyunjin besó su cabello y reposó el mentón en su cabeza dejando que el menor llene su cuello de pequeños besos.

- Mi pequeño ángel lamento haber tardado tanto, perdón por no llegar a tí antes y salvarte.

Seungmin negó con la cabeza y abrió sus ojos encontrándose con esa mirada que tanto amaba.

- Lamento que hayas tenido que preocuparte - habló el menor sentandose mejor en su regazo - gracias por salvarme, gracias por estar conmigo tanto tiempo y por soportar tantas cosas.

- Te amo y esa es razón suficiente para estar aquí junto a ti y protegerte.

Se unieron en un beso corto, porque fueron interrumpidos por Chan quien incómodo con ellos decidió bajarse e irse a su casa caminando.

Después de que se bajara, la pareja de sentó a horcajadas y siguieron con su cesión de besos.

Siempre amaron que el auto sea automático y se conduciera solo.

Y mientras el auto recorría las calles desoladas ellos se hundían en los asientos mientras sus prendas desaparecían.

La ropa desapareció por completo en segundos.

Hyunjin extrañaba tocar su piel, ahora marcada por hematomas que fueron tocados con delicadeza, Seungmin jadeaba ante sus dedos, y con lentitud empezó a masturbar al menor quien se hundía más en suspiros y gemidos roncos.

Hyunjin amaba a ese chico en todas sus facetas, su medicina para estar estable era verlo siendo feliz por él, su amor tóxico era la medicina para su locura.

- Se sueve conmigo, me siento sucio y solo quiero sentir que realmente no estoy roto por estar con alguien más, no lo quise...- Hyunjin no lo dejó seguir, besó con suavidad sus labios bajando a sus hombros dónde hizo un recorrido hasta su cuello.

- No digas nada amor, yo te amo y no estás sucio solo necesitas que yo vuelva a hacerte mío.

Hyunjin tanteo la entrada de Seungmin escuchándolo como se quejaba, probablemente estaba adolorido asi que fue suave, los dedos de Seungmin se apretaron en sus hombros cuando introdujo el primer dedo, tocó con suavidad la zona sintiendo como el cuerpo temblaba ante ello.

- Si quieres me detengo, no apuremos las cosas.

- N-no, yo lo quiero, te quiero a ti.

Hyunjin asintió y siguió moviendose, preparándolo con lentitud, ya no quería lastimarlo más.

Cuando estuvo lo suficientemente dilatado lo sujetó de la cintura y lo subió a su erección y mientras lo besaba fue bajando, uniéndose en aquel momento después de tanto desespero y dolor por el que pasaron.

Seungmin lo apretó haciéndolo perder el aliento, extrañaba esas sensaciones que le causaba el menor, y mientras subía la profundidad el besaba cada marca echa anteriormente, fue delicado como nunca lo fue.

Era como revivir recuerdos escondidos, lo extrañaba.

- Eres muy bonito - le habló al oído.

Seungmin gimió ante lo dicho, sus manos se apoyaron en su pecho subiendo por la erección y bajando lentamente, las manos de Hyunjin lo sostenían del trasero y lo ayudaban a subir, sentía las piernas del menor temblar ante el ejercicio.

Las piernas del menor se flexionaban con cada embestida que recibía, suaves pero que llegaban hasta muy adentro de él, nadie podía llenarlo de aquella forma tan magníficamente, era grande y grueso podía sentirlo a la perfección como perforada su interior dandole suaves gemidos.

Hyunjin tenía una vista hermosa del castaño, empezando no por su rostro sonrojado, esos ojos brillosos que derramaban lágrimas de placer, su boca entreabierta que dejaba escuchar esos suaves gemidos que revolvían todo en su cuerpo, su cuerpo perlado de sudor, sus pezones erectos y rosado por falta de atención, hinchados por no ser engullidos en la boca del mayor, como en su barriguita se formaba un bulto cada vez que bajaba, su miembro mirándose orgulloso dentro del cuerpo contrario, aquellas piernas largas temblando por como el cuerpo más pequeño recibió tanto placer y finalmente como su miembro se alzaba dejando gotear semen.

Era feliz con él, era feliz con esa imagen que la guardaría en su mente para siempre.

Seungmin mordió su cuello, dejando una marca roja muy grande cuando sintió que fue golpeado satisfactoriamente en aquel lugar que mandaba corriente a todo su cuerpo, su próstata fue tocada tan ricamente que perdió la noción, su cuerpo lo sentía flotar y su miembro palpitar ante el placer y la exitacion.

- Mng~ se siente tan bien, hazlo otra vez - y lo hizo tocó ese lugar que lo hizo delirar - Mng~ sigue así no te detengas.

Hyunjin sonrió por ello, reclinó el asiento recostando su cuerpo por completo y atrayendo a Seungmin junto a él haciendo que se recueste en su pecho y desde esa posición embistió al menor quien lo besaba con fervor y cariño.

Suspiró una última vez cuando su miembro fue apretado y un gemido de placer se escuchó de su prometido, sintiendo su abdomen ser manchado por algo caliente.

Dejó de embestirlo y tocó su cintura pequeña que bajaba en unas caderas anchan y su trasero redondo, tenía grabada en la mete su cuerpo y de solo imaginarlo se corrió dentro del menor, sintiendo su propio semen bajar por sus muslos.

- Eres perfecto Seungmin que nunca se te olvide, prometo que lo pagarán, eres mío solo mío y ellos tocaron lo prohibido - y con aquellas palabras Seungmin cayó dormido.

Era ya la madrugada cuando llegaron al escondite del mafioso, Seungmin por fin pudo descansar en una cama caliente, todos estaban sorprendidos con Hyunjin, el hombre realmente lo había traído de vuelta, todos quedaron custodiando el lugar al saber que Changbin había sido el traidor.

Hyunjin se quedó curando sus heridas hasta que por fin tapó la última herida, no una física.

Sino la de el alma.

No Conoces La Maldad || HYUNMIN||Where stories live. Discover now