10- Siempre a la defensiva

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                         <Capítulo 10>

«Kira Klein»

—¿No hay nadie aquí? —le pregunto a Arthur al ver tan solitaria la sala de estar.

—Mis padres viajaron desde ayer por cosas de negocios. Mi hermana debe estar en la casa de mi tía y pues sí, estamos solos.

Inmediatamente una incómoda sensación recorre mi cuerpo.

Estamos solos, ya él lo ha dicho.

Pero no va a suceder nada.

No lo voy a permitir.

—Bien, ¿deseas comer algo? —me pregunta y sacudo mi cabeza en gesto de negación—. Claro, me puedes comer a mí si quieres.

—Ay no inventes —resoplo y el chico ríe.

—Bien, era broma sustitos. Como no quieres comer nada vamos a mi habitación.

Pensé que lo haríamos aquí abajo.

¿El delicioso?

¡El proyecto conciencia!

Hoy la habitación de Arthur está igual de ordenada que la última vez que vine y aún me asombra demasiado.

¿Cómo el chico puede ser así?

Haber, no es que me disguste que sea ordenado. Sino me asombra porque la mayoría no lo es, pero él sí.

—Toma asiento, ya vuelvo —señala el escritorio y se marcha a su baño.

Asiento, aunque él ya no puede verme,  y me siento en una de las sillas del escritorio.

Luego de unos minutos Arthur regresa y se sienta junto a mí.

—¿Sabes? Me asombró la manera en la que actuaste hoy en la cafetería —me dice y elevo ambas cejas—. Me gustó ver que dejaras humillada a la mejor amiga de mi hermana. No soporto a la tipa esa.

—¿Enserio? Pero se supone que los padres de ella son amigos de tus padres.

—Sí, pero no la soporto a ella. Lleva intentando estar en mi cama desde que tengo memoria —resopla—. Y no soporto cuando son tan atrevidas.

Tomaré ese dato para luego...

La vengativa le dicen.

Pues sí.

¿Tan atrevidas? —frunzo mi ceño.

—Haber, sí me gusta que sean atrevidas, pero ella se pasa.

—Entiendo —asiento—. Pero no entiendo por qué me cuentas eso a mí.

—Porque me gustó que le tiraras la botella de agua de Tyler encima, aunque después él me quitó la mía —rie—. Pero en fin. Tú en modo mala es algo digno de ver.

—No es mala, es estar a la defensiva y saber actuar cuando es necesario. No me gusta que me ofendan de tal manera.

—Pero cuando mi hermana te dijo que tenías nombre de perra no hiciste nada.

—Sí, lo sé —lo miro—. Como también sé que me utilizaron para su plan de comienzo de curso.

—Igual te iba a defender. Mi hermana suele sobrepasarse con sus bromas, y no me gusta que se metan con las chicas. Y ella lo hace seguido.

—Es Amber, ¿no? Por Dios.

—Sí, es ella —rueda sus ojos—. Mejor hacemos el proyecto.

—Cierto —asiento y Arthur lo abre—. Comienza a decirme qué escribir.

—Ok —pienso por unos segundos—. La soledad en la que...

                             (....)

Arthur sacude su manos haciendo una mueca y me mira.

—No siento mis dedos.

—Y a mí me duele la lengua de tanto hablar —resoplo y tomo mi mochila para levantarme—, pero al final terminamos el proyecto.

—Uhm, tienes razón. Creo que será el mejor de todos —sonríe.

—Eso espero —miro la puerta—, y bueno, yo ya me voy, mi madre está al llegar.

—Ok, ve con cuidado —asiente y le doy una última mirada antes de salir de su habitación.

Bajo las escaleras con una lentitud que ni yo me explico.

Me siento rara. Hoy Arthur actuó como un buen chico... y eso me dejó algo confusa.

Vaya, y no intentó sobrepasarse conmigo.

Eso es lo que te duele, hermana. No lo niegues.

Sí, claro. Eso era lo que quería, así que no inventes.

Termino de bajar las escaleras y voy directo a la salida de la casa, pero antes de salir el flash de un teléfono me deja ciega.

—Perfecto para: Noticias con Amara —ríen frente a mí y sacudo mi cabeza riendo al ver a la chica y a su amiga.

Kira Klein sale a su defensa.

Siempre a la defensiva, hermana.

—Uh, pero si ya está seco tu cabello. ¿Se te cayó el lasiado perfecto? Igual puede hacertelo de nuevo, ¿no? O si quieres te lo pago, no hay problema con eso.

—No te hagas la tipa —Amber me mira con sus ojos entrecerrados—, que aquí las tipas somos nosotras. Entre más trates de humillarnos más trataremos de hundirte.

—No te molestes en gastar palabras, Amber —la colombiana rueda sus ojos—. La puta barata no soporta ver que las populares pueden con todo.

—¿Y tú puedes con todo, Amara? —me cruzo de brazos—. Porque creo que no es así. No pudiste con Arthur, llevas años intentando caer en su cama, y mira, ningún avance. Entonces no puedes con todo, lástima que yo sí, ¿no? Lástima que la puta barata te arrebate al bad boy de tus manos.

—Eres una idiota —la redactora me fulmina con su mirada—. Te crees demasiado.

—Me creo lo que soy —me encojo de hombros aunque una pequeña curiosidad se instala en mí.

¿Dónde escuché esa frase?

—Mejor entremos, Amara —Amber toma la mano de su amiga—. Con las moscas no se puede hablar demasiado.

—¿Por qué? ¿Porque sabes que pueden sacarte los dientes? Hermana, te saco hasta las uñas, no voy a dejarme aplastar por un par de mosquitas. Publiquen lo que quieran de mí, al final me vale madres

—Idiota —la chica murmura y entran a la casa.

Suelto un largo suspiro de inmediato.

—¿Y eso a qué se debe? —la repentina voz de Arthur se hace presente y pego un respingo.

—Amas asustarme.

—Ya sabes la razón de eso —se encoge de hombros—. Pero ahora quiero saber la razón por la que utilizaste lo que te dije contra Amara.

—Estabas escuchando —afirmo.

—Sí, todo. Ahora dime, Kira —me mira desafiante—. Dime la razón.

—La única razón es que podía usar lo que me dijiste contra ella. Se sintió bien ver a alguien que me cae mal poner cara de: es una estúpida y no sé cómo sabe eso.

—Entonces te gustó decir que me fijé en tí y no en ella, ¿cierto? —se acerca a mí y trago saliva.

—Sólo lo dije porque sabría que le molestaría.

—Sí, claro —sonríe de lado—. Nos vemos mañana.

—Ok —asiento y deja un inesperado beso en mi mejilla para luego entrar a su casa.

Al final hubo acercamiento.

Cállate.

El comienzo de todoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang