7- Jodidamente experto

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                   .      <•Capítulo 7•>

«Kira Klein»

—Es cerca de aquí —le aseguro a papá—, así que puedes estar tranquilo.

—Igual nos llamas si necesitas que te busquemos —mamá me dice.

—Sí, vale —asiento.

—¿Entonces ya nos podemos ir? —Nicole les pregunta y ellos asienten—. ¡Sí!

—Buenas noches —beso la mejilla de cada uno y luego salimos de la casa para comenzar a caminar hasta la disco.

—¡Amé a tus padres! —Nicole chilla.

—Sí, mis antiguas amigas me decían lo mismo.

—¿Antiguas amigas? Kira, aún son tus amigas, o eso creo.

—Ni siquiera me han escrito para preguntar cómo me va.

—¿Y tú les has escrito?

—No. Pero es que... Haber, ellas son las que debían hacerlo. Cuando les dije que me iba a mudar comenzaron a llorar y me prometieron escribirme. ¿Y dónde quedó eso? En las palabras las cuales se las llevó el viento porque ni puta de eso.

—Bueno, tranquila. Me tienes a mí, jamás te abandonaría —enlaza su brazo con el mío sonriendo.

—Gracias, me hace feliz saber eso.

—A mí me hace feliz tenerte como amiga.

Cruzamos la calle y dos minutos después llegamos a la fiesta.

El ambiente es el normal de las fiestas: alcohol, adolescentes bailando y tomando para hacer el verdadero desmadre, vasos rojos por doquier, música a todo volumen y uno que otro porro con maría.

—Y ahora a buscar un vaso con alcohol para la sed —Nicole sonríe y agarra de la primera mesa que ve dos vasos para pasarme uno—. Por nuestra amistad.

—Por nuestra amistad —lo bebo todo de golpe y sonrío al sentir el sabor del alcohol bajar por mi garganta.

—¡Y ahora que comience el desmadre! —la chica chilla y vamos al centro de la casa para comenzar a bailar.

Pero yo no lo hago.

Mientras Nicole nueve su esqueleto como Dios manda yo sólo miro a todas las personas que se encuentran a mi alrededor.

Algunos bailan como si estuvieran cogiendo. Otros parecen que aplastan hormigas, y hay algunos de pie como yo sólo mirando.

Y no es que me dé vergüenza bailar, pues no. Lo que sucede es que no tengo ganas.

—¡Hermano! —Nicole saluda a un chico y comienza a hablar con otros más.

Ella es muy social, además de ser popular, y claro que no va a alejarse de su ambiente sólo por estar a mi lado.

—Voy a dar una vuelta por aquí —le digo a la chica y ella me mira señalandome con su dedo acusador.

—Pero no te pierdas, eh. Cualquier cosa me llamas y responderé. Y si deseas irte me avisas y nos vamos.

—Vale —sonrío y ella hace lo mismo para retomar su conversación.

Yo me alejo de allí esquivando a las personas y llego hasta el segundo piso de la casa.

Es como el primero, bien igualito. Incluso hay un tercer piso.

Vaya, esta casa de fiestas es enorme.

Pero mejor voy al primer piso, así no me...

El comienzo de todoWhere stories live. Discover now