Historia 1 - La Chaqueta Nueva

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Está historia sucede en el último día en Lomp, antes de comenzar el viaje a casa (entre los capítulos XXXII y XXXIII de la historia principal)

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La Chaqueta Nueva
(Historia desde la perspectiva de Dree)

Las obligaciones del trabajo los mantuvo en Lomp hasta el viernes, día que Moth utilizó para ir de compras. Según informó a Dree debía cumplir algunos encargos y llevar regalos a su familia en la granja. En estricto rigor, Moth hablaba de la familia del capataz pero, de acuerdo a lo que le había explicado, aunque Sam era bastante mayor que él, desde la generación de sus padres las familias habían crecido juntas, por lo que se conocían desde siempre y se tenían profundo aprecio mutuo.

Moth le ofreció la opción de permanecer en el hotel, sin embargo, Dree prefirió acompañarlo por si necesitaba cargar cosas.

Finalmente fue una buena idea, ya que la primera parada era una tienda de suministros para equiparse para el resto del viaje, quedaban dos detenciones antes de llegar a casa así que necesitaban algunas cosas para la carreta.

Luego se detuvieron en una tienda de ropa femenina donde Moth buscó un vestido para Ruth, esposa de Sam, y en una librería para pasar por cuadernos y lápices para Iris, la menor de los hijos de ambos.

Además, Moth quería una camisa nueva.

Para eso se dirigieron a una tienda de ropa para caballeros que Moth solía frecuentar estando en la ciudad, era una tienda grande y, según lo que le había explicado mientras iban hacia allá, tenía una más que aceptable variedad de prendas para elegir, la ropa era de buena calidad y bonita, pero sin llegar a considerarla “elegante”. Era justo lo que se necesitaba para su día a día en el campo.

El propietario partió buscando un cinturón para Sammy y un sombrero para su hijo del medio, Hatty, a él ya no le agradaban los juguetes, a sus 12 años consideraba que estaba “muy grande” para esas cosas, por lo que esto parecía una buena alternativa.

Dree pensó en él cuando tenía 12… un sombrero hubiese sido un regalo maravilloso… un juguete también… lápices o cuadernos. Se reprendió a sí mismo ante ese pensamiento.

Moth eligió una camisa para él, con un bordado delicado en tonos azules cerca del cuello. Luego se dirigió hacia las chaquetas, eligió una y se la entregó a Dree.

—Ven, pruébate esta —le dijo, era un chaquetón de cuero café oscuro con forro de lana de cuadros rojos.

Dree lo miró con sorpresa por un momento antes de contestar —No… —susurró, sin atreverse a recibirla.

—Es para ti, necesito que te la pruebes.

—No, no puedo… no podría usar algo como eso.

—¿Qué tiene de malo? ¿Quieres otro color? —miró evaluadoramente la chaqueta.

—No… no, no es eso… está bien, más que bien… es perfecta —se detuvo un instante antes de continuar —Es… demasiado —explicó bajando aún más la voz.

Moth lo miró sin entender. —Ya viene el invierno, está haciendo más frío. Las mañana y las noches son heladas, tu ropa es delgada, te he visto temblando frente el fuego. La necesitas —explicó Moth.

Dree dudó, el argumento de Moth era lógico y pero la chaqueta era más de lo que merecía, más de lo que le correspondía —A-sí, estoy bien… esa chaqueta es demasiado perfecta… y está demasiado nueva. Es más nueva que la que usted está usando.

Moth se vio a si mismo y su expresión cambió, pudo darse cuenta del error.

Dree continuó —Es incluso peligroso, si por alguna razón, estoy solo en la calle, o en el establo, o me alejo demasiado, alguien podría creer que la robé —decidió explicar las cosas lo más claramente posible. —De verdad así estoy bien. Gracias señor —le dedicó una sonrisa honesta. Estaba tan agradecido de estar con alguien que pensara en él así, como para elegir una prenda nueva y hermosa como esa.

—Bien… si tú lo dices —Moth, frunció el ceño, pero cedió regresando la chaqueta al perchero. Parecía decepcionado. Lo miró un instante y le pidió a Dree que lo esperara afuera.

Mientras caminaba hacia afuera, Dree repasó lo que había dicho y cómo lo había dicho, buscando algún error. Aunque había hecho algo que el propietario le había pedido, se sentía incómodo.

Solo esperaba que Moth no se enojara.
Cuando salió de la tienda, estaba oscureciendo y Moth tenía razón, el viento de la tarde era frío y traspasaba con facilidad su ropa, pero era algo que tenía que resolver de otra manera. Se quedó mirando las vidrieras iluminadas de la tienda, llenas de ropa hermosa.

Aunque sabía que había hecho lo correcto, dejó escapar un suspiro de decepción.

Moth salió unos minutos después con varios paquetes y la chaqueta que había elegido para Dree, puesta, usándola él mismo.

“Se ve bien” pensó por un instante antes de avergonzarse de la idea, aunque Moth sí se veía bien.

Se acercó a él y Dree no registró lo que Moth estaba haciendo hasta cuándo ya era más que evidente. Le había sacado las bolsas de las manos y estaba poniéndole la chaqueta que hasta hacía unos minutos estaba llevando. La misma que había usado desde que lo conoció en Naapor.

Era una chaqueta oscura, gruesa y desgastada, muy abrigadora que, aunque se notaba usada, se veía de buena calidad y estaba en perfectas condiciones. Cuando Moth la acomodó en sus hombros pudo sentir un perfume floral y el calor acumulado en la tela traspasando su camisa, abrigando su cuerpo al instante.

—No es nueva, pero te va a servir por ahora —comentó Moth mientras abotonaba la chaqueta para cerrarla.

Dree pestañeó un par de veces procesando lo ocurrido. No supo que decir.

Moth, concentrado en su tarea, desdobló los puños y acomodó el cuello. Lo miró de arriba abajo por un momento y asintió conforme —Te queda mejor que a mí. Era de mi padre y él era más alto que yo. Como tú —. Sonrió.

Dree sintió la calidez extenderse por su pecho —¿Está seguro, señor? —preguntó Dree casi sin voz, aún dudando.

—Sí, es necesario que tengas algo abrigado.

—P-pero es suya…

—No, ahora es tuya. Está bien, se ve bien —confirmó con una sonrisa, parecía de buen humor. Tomó las bolsas y comenzó a andar hacia la carreta.

Sus ojos se llenaron de lágrimas. No sabía cómo sentirse. Era la primera vez que alguien le daba algo así. Que se preocupaba de esa manera por él y que había escuchado sus razones, ajustándose a lo que necesitaba. “Es algo bueno, esto es algo bueno” repitió su mente para ubicar en el lugar correcto lo que había pasado recién.

Comenzó a caminar.

Moth ya se había adelantado un tramo así que Dree se apuró para alcanzarlo —No se preocupe. Voy a cuidarla mucho —dijo con tono alegre.

Moth rio —No lo dudo —comentó.

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