En este pequeño laberinto
el tiempo se ha detenido.
El río fluye todavía
sediento, a la espera de nuevas
lluvias. Los recuerdos se amontonan
unos sobre otros y dejan
en el tacto una masa informe,
falta de dirección y volumen.
Presente unidimensional.
Los hilos ya no se adhieren
a ninguna parte del tejido.