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— Felicidades —me abraza dulcemente, estamos rodeados de periodistas y debemos disimular, aunque solo quiero que me bese y me diga lo bien que lo hice, por alguna razón sus palabras logran convencerme aunque sienta que lo hice horrible.

— Gracias —me quedo viéndolo fijamente, sonreímos, mi mano no deja de tomar la suya, y en un movimiento alcanzó a tocar el anillo que lleva puesto, lo que me hace sentir mucho mejor.

— Fotografías —dijo el entrenador sacando a Jungkook del campo de visión de todos.

Si bien estos premios no son tan llamativos o "importantes" para algunas personas, me hacen sentir famosa.

Si porque, siempre las noticias solo cubren el fútbol, básquet, natación, carreras… La rama de mi deporte es la más baja, pero me siento orgullosa de ella, todo el mundo piensa que el Vóley solo es un juego de playa, pero para mí va más allá.

Luego de que las fotos cesarán, en el salón solo quedaban un par de personas, Jungkook hablaba por teléfono, y yo no dejaba de mirarlo, hasta que cortó y se acercó a mí, ahí decidí que sería bueno meterme en cualquier conversación simulando que no estaba pendiente de él.

— Tengo algo para tí —susurro en mi oído gire mi cabeza a verlo y sonrió mostrando sus dientes, con tan poco me hace feliz.

— ¿Una cena? —pensó mirando el techo y sacudió su cabeza

— Algo mejor, pero luego podríamos ir a cenar.

— ¿Un beso? —sus mejillas se pusieron coloradas y rió con nerviosismo, ¿Quien diría que es el mismo ser indomable que me enamoro?.

— ¿Aquí?... ¿Ahora? —subí mis hombros mirando quienes estaban, no quiero pensar en las consecuencias si se enteran de lo nuestro, pero quiero gritarle al mundo que lo amo.

Su mano tocó mi cintura, y se acercó a mis labios, besándome con ternura, su otra mano viajó hasta mi cuello dónde me guío en movimientos sutiles, mordió mi labio inferior culminando el ósculo y soltó un suspiro.

— Tu madre está aquí —dijo con suavidad y yo sentí que el mundo se caía a pedazos en mis pies, di un paso atrás no creyendo en sus palabras.

— ¿Qué?

— No sabía cómo decirte que estaba apoyándote, no nos dejaban vernos así que la traje hasta aquí.

— ¿Qué hiciste, qué? —esa silueta en mis labios se fue desvaneciendo poco a poco.

— ¿Hice mal? —me soltó— tengo entendido que te llevas bien con ella, quería que te sintieras apoyada y yo no estaba.

— ¿Dónde está?

— Hace unos minutos, recién llegaba al edificio —mire a las puertas del lugar donde estábamos, el momento preciso en que se abrieron, dejando finalmente ver a mi madre y a Yohan.

Solté mi respiración y todo lo demás pasó en cámara lenta desde ese instante.

Mi pequeño de casi dos años gritó en mi dirección, mamá lo dejó en el piso y a la rapidez que el pudo corrió hasta mí, llegando a mis piernas y sosteniéndose de ellas.

Jungkook miro esa acción no comprendiendo que sucedía, todos en la sala me miraban extraño, bueno, así yo lo sentía, la campeona mundial de voley, es madre soltera.

Ahora todos sabrán que, cuando mi entrenador dijo que fui intervenida por una lesión de hombro, en realidad fui intervenida porque debía parir a un hijo concebido en una noche fugaz…

…La que no fue solo una noche, fue, la noche que marcó mi vida.

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