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Finales de los premios olímpicos en Voley, estoy bajo una sombrilla buscando entre las personas que hay en las gradas.

— ¿Están listas?

— ¿Dónde está? —pregunte con molestia, pero el entrenador me ignoro.

— Vamos, pronto las presentarán.

— No jugaré —dije bajando la cabeza— me duele la lesión en mi hombro —me toque apretando el músculo.

— Nunca tuviste una lesión en tu hombro.

— Pero eso solo lo sabemos nosotros —me acerqué a él estando aún sentada— el juez podría creerme y quedamos segundos —lo ví apretar su entrecejo con molestia, calmando su irá contra mí.

Se alejó de nosotras, con rumbo desconocido, tampoco estaba pendiente de él para saber dónde fue , yo solo me dedique a mirar viendo cómo todos se acomodan, en sus sillas, esperando verle pronto entre el público.

— Me gusta esta nueva Aranza Bello, eres la puta ama, don kamasutra te hace bien—mi amigo arreglo sus zapatillas

— Quizás sea mi último juego, no creo que el entrenador me llame de nuevo para estas cosas.

— Sería un maldito idiota si lo hiciera, no hay jugadoras mejor que nosotras, y si no estás, yo no juego —enredo nuestros meñiques, era una promesa.

Mi teléfono comenzó a sonar, era mamá, que me deseaba suerte y una foto de Yohan con un cartel con sus manitos marcadas con pintura.

— Se parecen mucho, ¿se lo dirás?

— ¿Y si lo pierdo?, ¿y si decide que no quiere familia y me deja? —bebí agua de una botella— aún no puedo —volví a verla— ¿Y Tae? —asintió.

— Anoche bebí leche de plátano

— No es lo que pregunte.

— Tampoco lo que quise decir —se acercó a mi— no es lo mismo beber leche de plátano.

— Cállate —dije riendo y comprendiendo.

— Que beber la leche de su plátano.

— Te dije que te callaras —carcajeo, no necesitaba ese tipo de detalles.

— Arriba —nuestras sonrisas se desvanecieron— es hora de jugar —me quedé viéndolo— está arriba Aranza, ¿si? Ahora a ganar

Mire por sobre el hombro del entrenador, ahí estaba, mirando en mi dirección, sonreímos al instante, levanté dos de mis dedos, él hizo el siete, besé la cadenita, el, su puño.

No lo había notado hasta que bajó su mano, algo brillaba en su dedo, sentí ganas de llorar, no quiero perderlo, no tengo idea de cómo lo haremos, pero no dejaré que me deje ni yo tampoco lo dejaré.

Mis nervios estaban de puntas, ha sido el partido más difícil de toda mi vida. Debo sacar, pero siento que cometeré un error, hemos empatado, y solo tenemos estos movimientos para coronar al primer lugar, los gritos del público apoyando no se a quien, se escucha en toda la cancha.

Rebotó la pelota, esperando a que el silencio se haga, si perdemos este saque, es el fin y nos llevamos a casa el segundo lugar, pero si lo saco bien, podemos ganar dependiendo de juego.

Inhaló, exhaló, miro a las gradas, él está tan nervioso como yo, levanto la pelota, saltó y golpeó con mi mano abierta, corro a la mitad de cancha, dan votes entre ellas, Dani está atenta, y cuando veo que solo lanzarán para que la pelota caiga despacio sobre la red, corro y alzó mis brazos, Dani hace lo mismo y logramos cubrir con una super muralla.

La pelota rebotó en nuestras manos, y cayó a mitad de su cancha, ellas no logran contestar y ganamos el partido, somos las primeras, me dejó caer sobre mis rodillas, tomo mi cadena, la beso y cansada levanto mis dedos mostrando el dos, sin notar que el hace lo mismo pues Dani me abraza de felicidad.

Ganamos, gané, y Jungkook está conmigo.

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